sábado, 17 de octubre de 2020

197 a.c.: Cinoscefalos, el fin de la falange macedonia ( 8ª parte )


 

 Viene de aquí:

  En realidad, no era solo Filipo quien estaba descontento con el lugar elegido para la inminente batalla. Tampoco Flaminino estaba dispuesto a desplegar sus legiones por un lugar pedregoso recorrido por barrancos y zanjas.

  Así que envió a su infantería ligera etolia, que rápidamente comenzó a distinguirse en las primeras escaramuzas con los mercenarios tracios del ejército de Filipo. Mientras, ambos ejércitos enviaban a su caballería para reconocer el terreno. Pero, sin posibilidad de desplegar  adecuadamente legiones o falanges, ninguno de los comandantes de ambos ejércitos se decidió a presentar batalla, permaneciendo a la espera.

  Filipo tomö la iniciativa, levantando su campamento y marchando hacia Scotussa, cerca de las nacientes del rio Onchestus.Alli se aprovisionö, y aseguro su línea de suministros principal con la ciudad de Larissa.Despues, fortificó los lugares más probables por donde podrían aparecer las legiones, ya que el monte Karadag no iba a suponer ningun problema.

 

 Flaminino esperaba de Filipo un movimiento similar para acercarse a alguna ciudad  en la que pudiera reaprovisionarse.Podia haber elegido Demetrias, al sureste, o Scotussa, al oeste.Cuando Filipo se dirigió a Scotussa, Flaminino ya estaba preparado, y lo siguió muy de cerca.

  Flaminino instalo su campamento en Eretria, 10 kilómetros al sur de Scotussa, con el monte Karadag entre ambos ejércitos.

  A partir de ese momento, ni Tito Livio, Plutarco o Polibio s e ponen de acuerdo  en qué lugar exactamente se produjo la batalla decisiva. Y sigue sin saberse en que lugar se produjo, aunque se puede deducir que fue en alguno de los pasos que atravesaban la cordillera de Karadag entre Eretria y Scotussa.

  Con sus soldados descansados, Filipo se dirigió hacia el suroeste, mientras Flaminino lo hacia el noroeste. Así, ambos erjcitos finalizaron la jornada acampados a ambos lados de unas colinas  a las que los lugareños llamaban Cinoscephalae,”cabeza de perro”, ya que en la cima se encontraba una gran piedra, que mirada desde un determinado angulo, parecía una cabeza de perro.

  Filipo estaba decidió  a actuar en primer lugar, y se subió a una altura para dirigirse y animar  a sus soldados.Pero apenas había empezado su arenga cuando sus oficiales, aterrados, le informaron que estaba subido sobre un túmulo funerario, algo que además de ser un insulto para los muertos allí enterrados, era una terrible maldición.

https://www.imperivm.org/vidas-paralelas-tito-quincio-flamininio-por-plutarco/

  Así que, tras reflexionar unos momentos, el rey Filipo decidió dejar la batalla para el día siguiente, paro no provocar desasosiego entre sus soldados.Ademas,el clima había cambiado, la niebla y una fina lluvia había mojado la hierba del campo de batalla en donde se suponía ambos ejercitos iban a enfrentarse.

  Flaminino estaba  impaciente por saber que tramaban los macedonios y envió un pequeño grupo de velites,  infantería ligera, para explorar las colinas y regresar con el detalle del despliegue macedonio, sobre todo si Filipo estaba moviendo su ejercito hacia el este o el oeste.

 

  Pero los exploradores se despistaron, y se encontraron de repente en la retaguardia macedonia, donde chocaron con los forrajeadores macedonios en una serie de sangrientas escaramuzas. Los exploradores actuaron según las órdenes recibidas, que eran encontrar el lugar en donde se encontraba el grueso del ejercito macedonio.

  Flaminino seguía sin saber donde se encontraba Filipo, y decidió enviar mas infantería ligera para sacar a la retaguardia macedonia del campo de batalla.Pero los macedonios respondieron enviando sus propios refuerzos, que obligaron a la infantería ligera romana a retroceder.

Era el momento para que ambos líderes  comenzaran a desplegar sus tropas frenéticamente.

  En principio, la ventaja era para Flaminino, con sus tropas desplegadas en manípulos, con tres líneas de legionarios, con un par de metros entre cada hombre en la línea. Era esta formación  de una gran flexibilidad, que podía variarse en segundos si era necesario.

  En el otro lado, Filipo  iba desplegar a su infantería pesada en falanges, una masa de hombres de 16 filas de profundidad, con apenas un metro para cada hoplita.

  Cuando se formaba la falange, los hoplitas presentaban al frente cinco filas de sarissas, mientras las filas traseras mantenía sus sarissa en un ángulo  tal para despejar jabalinas o flechas lanzadas por el enemigo. Era una formación de orden muy cerrado, que había que desplegar de manera perfecta antes de la batalla, ya que su rigidez impedía que fuera rapidamente modificada  en caso necesario.

 

  Para empeorar el asunto, la colina de Cinoscefalos no era el lugar preferido para combatir para  ninguno de los lideres. Los romanos se iban a  ver obligados a combatir cuesta arriba contra una falange que iba a combatir con la pendiente de la colina a su favor, unas circunstancias del terreno en el que la falange había sido, hasta entonces, invencible.

  Pero los macedonios tenían sus propios problemas, ya que el terreno en su flanco izquierdo estaba sumamente quebrado, y Nicanor, el general que dirigía ese flanco, tenía serios problemas para mantener la estructura de su falange mientras avanzaba.

  Filipo sabía que el tempo jugaba en su contra. Tenía que mantener a toda costa su ventaja en la colina, y necesitaba tomar la iniciativa antes que las más flexibles legiones romanas se adaptaran al terreno y comenzaran a atacar los flancos de sus falanges.

  Así, ordeno a las tropas de su flanco derecho comenzar a descender la colina, enviando ordenes a Nicanor en el flanco izquierdo, para que avanzara también en cuanto lograra mantener la cohesión de su falange en un terreno tan quebrado.

Despliegue inicial y primeros movimientos.  

  Seguro que la vision de  la falange bajando la colina hacia ellos  causo honda preocupación  a los romanos, que lanzaron sus pilum cuando los hoplitas estuvieron a su alcance.

  Pero estaban lanzando proyectiles cuesta arriba, sobre hoplitas bien acorazados y que usaban sus sarissas de más de 5 metros para desviar proyectiles.

  Tras lanzar sus proyectiles, a los legionarios solo les quedaba la opción de sacar sus espadas y cargar contra la muralla de escudos de la falange.

  Los hoplitas de la primera linea de la falange dependían para su defensa de las sarissa de los hoplitas de la segunda línea, y así sucesivamente, y si los romanos querían llegar al combate cuerpo a cuerpo con los macedonios, debían superar al menos tres filas de sarissas.

  No lo lograron, y tras unos minutos de combate, sufriendo  cientos de bajas, los legionarios retrocedieron.

  

 Flaminino tomó la decisión abandonar momentáneamente a sus hombres del flanco izquierdo, y se concentro en el flanco izquierdo macedonio, en donde Nicanor, aunque avanzaba a duras penas, aun no había logrado desplegar su falange apropiadamente debido al terreno.

  Al mismo tiempo, la caballería romana había sacado del campo de  batalla a la caballería macedonia, impiendo así que pudiera servir de ayuda si los romanos flanqueaban a la falange de Nicanor.

  En ese momento la batalla estaba de parte macedonia, con Filipo ganando claramente en su flanco derecho mientras en el flanco izquierdo  aun había tablas.

  Si los macedonios del flanco derecho seguían presionando  los romanos, tarde o temprano cederían y se retirarían, dejando así paso a la falange para girar y tomar a los romanos por el flanco mientras la falange de Nicanor los mantenía fijados.

  Flaminino, mientras tanto, solo podía confiar en la veteranía de sus soldados, esperando que se mantuvieran, cediendo terreno poco a poco si era necesario, pero sin romper su formacion.


 

(Continuara…)

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