Viene de aquí:
Las dinastías de constructores refinaron continuamente la galera de guerra veneciana durante dos siglos, hasta convertirla en el navío de guerra más temido del Mediterraneo. Ligera, estrecha, rápida y manejable, el modelo veneciano era capaz de alcanzar los 7 nudos con el casco perfectamente calafateado , a 26 paladas por minuto. La clave estaba en la forma del casco y la ubicación del equipo de remos y aparejos. Todo lo demas, incluida su escasa navegabilidad a baja velocidad, era secundario para su función principal: lanzarse a toda velocidad sobre los navíos enemigos. Así estaba diseñada, con la mayor parte del casco hundida en el agua hasta las bordas cuando navegaba a toda velocidad, con una pobre navegación en alta mar, pero soberbia en el combate cuerpo a cuerpo.
Venecia recompensaba generosamente a sus constructores navales más talentosos, y surgió una feroz competencia entre ellos. A principios del siglo XV, los principales constructores de barcos eran los Baxons, una familia de origen griego.
Anticipándose a la muerte del patriarca de la familia Baxons, Teodoro, los funcionarios venecianos conservaron algunas de sus galeras como prototipos, e intentaron sobornar a Nicolo Palopano , que trabajaba para la ciudad estado de Rodas. Tardaron 17 años en convencerlo, y al final marcho a Venecia para enfrentarse al maestro local Bernardo di Bernardo. El estado veneciano envió galeras de ambos hombres para ser evaluados por al flota, pero fue el mar quien decidió el ganador. En 1437 los funcionarios venecianos despedían a di Bernardo después de que varias de sus galeras se hundieran en una tormenta.
Así, en el arsenal prevalecieron los diseños de Palopano, que cuando murió, dejo los secretos de su oficio a su hijo Giorgio. Tras ellos llegó el turno a los Bressan, una dinastia veneciana que domino la construccion de navios la primer mitad del siglo XV. Los Bressan no solo llevaron la galera de guerra a un nuevo nivel de perfeccionamiento técnico, también fueron los primeros en experimentar con navíos mas grandes, los precursores de las carabelas.
La extremada atención al detalle y las constantes pruebas en el mar dieron a la flota veneciana una ventaja apreciable. Y la determinación del estado veneciano en controlar todas las etapas de la producción de barcos se extendió hasta las materias primas.
El suministro de madera era un asunto de seguridad estatal, ya que la flota requería grandes cantidades de roble para el armazón, abetos para los mástiles y madera de haya para los remos.
Las necesidades de madera del Arsenal eran enormes : una sola haya madura producía solo 6 remos de 12 metros para las galeras de guerra. A mediados del siglo XV, los supervisores del arsenal gestionaban la practica totalidad de los bosques venecianos, controlaban el número de arboles de cada especie y guardaban los especímenes mas valiosos para uso exclusivo del arsenal.Los carpinteros del arsenal visitaban personalmente los bosques para seleccionar los mejores arboles : para contar con robles para quillas y nervaduras curvas, los carpinteros del arsenal colocaban las ramas de tal manera para que crecieran en la dirección y con el ángulo deseado.
Una atención similar se prestaba a las cuerdas. El cáñamo de mejor calidad se daba en Bolonia, pero era caro y solía estar bajo el control de la casi siempre hostil ciudad estado de Florencia. Así que en 1455, Venecia contrato a un experto cuidador del cáñamo boloñés con un salario considerable, que dreno las tierras que consideraba mas adecuadas y enseño a los campesinos venecianos los secretos del cáñamo.
Durante los siglos XIV y XV, Venecia fue la unica potencia marítima mediterránea que mantenía una flota de galeras permanentemente en el mar. Su flota activa en tiempos de paz era pequeña, solo unas 10 galeras, aumentando a 25 o 30 en tiempos de guerra. Pero su dominio del mar era indiscutible hasta 1453, con la caida de Constantinopla en manos otomanas, que dejó a Venecia en la vanguardia en el enfrentamiento entre Europa occidental y el imperio otomano.
El momento algido llegaría en el verano de 1470, cuando el sultán Mehmed II "el Conquistador" llego al Egeo con una enorme flota y tomo una de las bases navales más valiosas de la republica veneciana en Negroponte ( actual isla de Eubea ), cerca de Attica.
El peligro del imperialismo otomano sumió al arsenal veneciano en un nuevo ciclo de crecimiento e innovación, obligado por las circunstancias, y en 1473, se dio inicio a una ambiciosa expansión de las instalaciones.Cuando se termino la ampliación, mas de 4 kilómetros de muro de 15 metros de altura, coronados por almenas, protegían en su interior 25 hectáreas de dársenas, hangares, talleres, depósitos de materias primas almacenes de suministros, etc
Así, el arsenal se convirtió en el centro neurálgico de una enorme máquina de guerra naval que consumía el 20% del presupuesto de la republica veneciana.
Sobre el renovado porton de entrada al arsenal había un león siniestro; aunque los leones venecianos solían tener en sus patas una biblia abierta, ofreciendo paz, el leon que corona la Puerta Magna del arsenal tenia el libro cerrado. El mensaje era claro; no habría paz, el arsenal estaba preparado para la guerra.
Los visitantes de la renovada instalación quedaron asombrados por su tamaño y la concentración de actividad industrial.Cuando el prelado y diplomático milanés Pietro Casola visito el arsenal en 1494, observo en su almacén de armamento : ”corazas cubiertas y descubiertas, espadas, ballestas, arcos, flechas grandes y pequeñas, cascos, arcabuces, artilleria”. En uno de los vastos cobertizos utilizados para almacenar galeras observo 20 dársenas, con una galera grande en cada uno de ellas.
En su diario personal, el prelado Casola describía con más detalle las operaciones de construcción naval que pudo observar:
“en una parte del arsenal había una gran cantidad de maestros y obreros que se dedicaban exclusivamente a construir los cascos de las galeras y otros navios.En otro lugar, 12 herreros, cada uno de ellos con su propia forja y sus propios obreros, trabajaban continuamente haciendo anclas y todo tipo de herrajes necesarios para las galeras. Parece que allí hubiera todo el hierro que podría extraerse de todas las montañas del mundo. Luego hay una habitancion grande y espaciosa donde hay mucha mujeres que no hacen nada mas que coser velas, y en otro lugar un curioso artilugio para sacar del agua cualquier galera grande u otro tipo de barco."
El prelado Casola también pudo visitar la Tana, la sala en donde se fabricaban las cuerdas, un pasillo estrecho de 300 metros de largo “tan largo que apenas se podía ver un extremo desde el otro”, los molinos de pólvora, y los almacenes de salitre. Las enormes unidades de fabricación y la sensación de orden y limpieza impresionaban a todos los visitantes. Parecía una visión del futuro de la industria, y, de hecho, lo fue.
Cordeleria de la Tana, obra de Giovanni Pividor., ya en 1836 |
La concentracion de materiales combustibles y pólvora dentro del arsenal requería de estrictas medidas de seguridad. Vigilantes nocturnos patrullaban todo el perímetro del arsenal, tanto desde dentro como desde fuera de los muros. El miedo al desastre estaba bien fundado, ya que en marzo de 1509, cuando el historiador veneciano Marino Sanuto asistía a una sesión en el senado veneciano, a casi un kilometro de distancia del arsenal,una fortísima explosion sacudio el edificio.
“la explosión fue tan intensa que temblaron las casas y el palacio Ducal y hasta las estrellas del cielo”. Sanuto corrió hacia el arsenal, donde presencio un espectaculo dantesco : “me encontré con muchos cuerpos sacados de las ruinas, algunos quemados, otros mutilados, algunos sin cabeza, sin brazos, algunos medio locos, sin poder hablar, con rostros oscuros como sarracenos, ennegrecidos por el fuego, que estaban siendo sacados sobre tablones”
Uno de los constructores de barcos más respetados murió en la explosión, que fue provocada por una chispa que salto sobre la pólvora cuando un operario estaba sellando un barril con un martillo y un clavo.
La implacable presión de la armada del imperio otomano, con mano de obra y recursos aparentemente inagotables obligo al arsenal veneciano a una furiosa innovación técnica y organizativa.
"Bucintoro", la galera oficial del Dux de la Republica de Venecia. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario