lunes, 18 de abril de 2022

1807: Napoleón: 1ª guerra peninsular ( IV )

 

"Franceses de la 1ª invasion".

 Viene de aquí:

  El 16 de octubre el emperador había escrito a Junot, apremiándole a darse prisa.Informaba que las tropas inglesas que habían atacado Copenhague ya estaban de vuelta en Inglaterra y posiblemente serian utilizadas en un probable ejército expedicionario británico en Portugal.

"Bombardeo de Copenhague por la flota inglesa", obra de Gerhard Ludvig Lahde.
  

  Napoleón sabia que debía establecer rápidamente una fuerte presencia en Portugal para detener cualquier posible invasión britanica. Incluso si el ejercito de observación del Gironda de Junot tenia éxito, llevaria tiempo asegurar el territorio conquistado.

  Napoleón indiciaba a Junot que debía tomar la carretera en direccion a Abrantes en vez de marchar hacia Ponte Murcella.Segun los mapas franceses, era un camino más corto y evitaría el encuentro con la fortaleza portuguesa de Almeida.

  

  Aunque Napoleón no esperaba una fuerte resistencia, el avance de Junot podría verse interrumpido si debía enfrentarse a un asedio. Así, encargo a los cartógrafos del ejercito  estudiar la zona y actualizar los mapas. Porque los mapas de los que disponía el ejercito frances sobre Portugal estaban muy desactualizados,y no revelaban lo montañosa e impenetrable que era la región del valle del Tajo, sobre todo para un ejercito  que transportaba gran cantidad de artillería y caballos.

  Desde la formación  de Portugal, las turbulentas relaciones con su vecino del este había llevado a numerosas disputas  y conflictos. Aunque claramente superiores en número, los ejercitos españoles siempre habian tenido serios problemas para invadir Portugal. Aunque territorialmente Portugal es un país largo y estrecho con una larga frontera , había muy pocas rutas practicables para un gran ejercito bien equipado. La mayor parte de la frontera era montañosa y poco poblada, presentando dificultades para un ejercito dotado de artilleria y un ejercito invasor debía contar con unas lineas de aprovisionamiento seguras y eficaces.

  El escabroso terreno contribuía a favorecer a los defensores, y por eso la mayoria de las guerras entre España y Portugal se habían limitado a las zonas fronterizas.

  Además, pocas carreteras y caminos tenían las condiciones adecuadas para permitir el trasiego de gran numero de soldados, cañones y carros de provisiones. Durante siglos, esos factores habían cotribuido a mantener independiente el reino de Portugal.

  Debido a la mutua antipatía entre España y Portugal, la mejor carretera entre Bayona y Lisboa ignoraba el paso por la capital española, Madrid. Existian muy pocas relaciones comerciales entre ambas naciones, y Portugal comerciaba básicamente gracias a su flota.

Madrid en 1807.
  

 A su llegada a Salamanca, Junot recibió nuevas misivas del emperador incitándoleignorar la tentacion de  reunir provisiones, para no perder tiempo. Citando su propia experiencia en campaña, el emperador afirmaba que “veinte mil hombres pueden encontrar comida y lugares para descansar en cualquier lado, incluso en el desierto."

Pero, en este caso, el emperador se equivocaba.

  El ejercito de Junot marchaba dividido en brigadas, separadas entre por si por un día de marcha. La vanguardia llegó a Ciudad Rodrigo el 12 de noviembre, y giro hacia el sur en paralelo a la frontera, entrando así en el valle del Tajo por Perales del Puerto y Moraleja.

  La incesante lluvia y el paso de miles de hombres, animales y cañones  convirtieron los caminos en cenagales. Y, en una zona prácticamente despoblada por anteriores guerras, era casi imposible conseguir provsiones. Los soldados, sin nada para comer, comenzaron a escabullirse de sus formaciones para asaltar a labriegos y paisanos.

  A la llegada  a Alcantara, el ejercito estaba en unas condiciones lamentables. Alcantara era una importante ciudad fronteriza con una pequeña fortaleza, que se elevaba sobre un antiguo puente romano sobre el Tajo. Junot esperaba aprovisionar allí a sus hombres, pero las tropas españolas del general Carafa se habían adelantado, y, llevando allí estacionadas durante una semana, la ciudad ya no tenia nada que ofrecer al ejército francés.

  Afortunadamente, en la fortaleza se encontraban miles de cargas de mosquete, que sustituirían a las cargas dañadas por la humedad y la lluvia. Pero no había provisiones para cubrir las necesidades de los soldados, y solo los más avispados pudieron conseguir algo de comer de manos de los lugareños.

  Junot estaba determinado a seguir, y tras ordenar a su segundo al mando,  comandante Francois Bagneris , detenerse en Zarza la Mayor para obtener provisiones, y continuo la ruta. El 17 de noviembre, las unidades de vanguardia del ejercito de Junot entraban en Portugal, cruzando el rio Erjas por el puente de  Segura. Una compañia de infantería, seguida de dos compañías de zapadores catalanes y 300 húsares del regimiento María Luisa tomaron posiciones para proteger el cruce del rio del grueso del ejército.

 

Husar Regimiento Maria Luisa.
  

  La mayoría de los paisanos con los que se cruzaba el ejercito de Junot parecían amistosos, pero apenas nadie sabía nada de lo que ocurria. Cuando el ejército llego a Castelo Branco, la administración de la ciudad desconocía absolutamente que hacia allí un ejercito francés. No habían recibido ninguna información de parte del gobierno portugues, y no sabían si tratar a los franceses como invasores o como aliados.

  El ejercito continuo su marcha. Los estrechos caminos montañosos obligaban a los soldados a marchar en fila india, lo que reducía la velocidad de marcha. Ademas, varios afluentes del Tajo cruzaban las montañas, creando desfiladeros o zonas pantanosas. Incluso los veteranos del ejercito francés que habían combatido en Suiza y Austria estaban sorprendidos por la dureza de las condiciones del terreno. Se hizo necesario requisar botes para cruzar el rio Ocreza, y montar tirolinas se convirtió en una costumbre que había que repetir varias veces al dia.Se estima que, en total, el ejercito de Junot perdió, en su trayecto por el valle del Tajo, mas de 200 hombres, ya fuera ahogados en los torrentes, despeñándose por precipicios o de fatiga y hambre.

  La artilleria debia ser desmontada, y las piezas eran transportadas en trineos tirados por bueyes y mulas.

  Aunque a la llegada de Junot a Abrantes el ejercito francés se encontraba en un estado lamentable, las opciones de una resistencia portuguesa a los invasores eran muy escasas. El 11 de noviembre, varios nobles habían ofrecido al gobierno portugués dinero para armar y vestir a las Ordenancas, milicias locales de voluntarios. Pero el mayor problema era la baja calidad del ejército portugués, debido a su pobre armamento, falta de disciplina, falta de liderazgo, escaso entrenamiento y aun mas escasa paga.El sistema militar portugués era un caos.

Milicia de Ordenanca, 1808.
  

  Algunos oficiales portugués habían visto en el victorioso ejercito napoleónico un espejo a imitar ,y se habían convertido prácticamente en un mando francofiilo. La derrota portuguesa en la Guerra de las Naranjas en 1801 había tenido un efecto desmoralizador, y aunque se había empezado a reorganizar el ejercito, diviendo el país en tres zonas, faltaba una gran cantidad de oficiales, y sobre todo, de suboficiales con experiencia.


 
 

  En las fechas de la invasion francesa , alrededor de 14.000 militares portugueses se concentraban en cuarteles situados en las cercanías de Lisboa, más preparados para defender la capital ante una incursión inglesa que para repeler una invasión terrestre francesa o española.

  Otro contingente del ejercito portugués se encontraba en el Alentejo, frente  a una fuerte concentración de  tropas españolas muy cerca de la frontera entre ambos países.

  No eran demasiadas tropas para oponerse al avance de Junot, pero se contaba con 43 regimientos de milicianos de la Ordenanca, que hubieran podido causar problemas a Junot organizando escaramuzas, defendiendo los puentes que cruzaban los numerosos ríos de la llanura del centro de Portugal, pero la reputación del ejercito frances  había sido suficiente para desanimar a los milicianos.

  Aunque, en todo caso, el regente portugues había aconsejado a su pueblo no resistirse a la invasión francesa.


 

(Continuara…)

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