martes, 29 de marzo de 2022

1807: Napoleón: 1ª guerra peninsular (III)

 

El Zar Alejandro y el emperador Bonaparte en Tilsit.

Viene de aquí:

 Tras la firma del tratado de Tilsit y la paz firmada entre Francia y Rusia, Austria y Prusia, el imperio británico  estaba virtualmente aislado. Los únicos aliados que le quedaban, Suecia y Sicilia, no tenían ninguna oportunidad de ayudar militarmente al imperio, y en ocasiones requerían la asistencia del ejercito británico para defender sus propias fronteras.

  La alianza entre Francia y Portugal ,el más antiguo aliado de gran Bretaña, era una posibilidad muy preocupante. Ante las noticias que llegaban a Londres, Gran Bretaña amenazó a Portugal con interceptar sus navíos y bloquear sus puertos si Portugal declaraba la guerra a gran Bretaña, como exigía el emperador francés.

  Si finalmente Portugal cedía a la presion de  Napoleón y declaraba la guerra a Gran Bretaña, la primera acción que llevarían a cabo los ingleses sería capturar la flota portuguesa, al igual que habían capturado parte de la flota danesa. Gran Bretaña sabia que cada barco portugués  que cayera en manos de Napoleón se uniría a la flota francesa, incrementando así la posibilidad de una invasion francesa a Gran Bretaña.

  Dom Joao, el regente portugués, trataba por todos los medios de mantenerse en una posición neutral. Ante los requerimientos de  Napoleón, el regente trato de aplacarlo enviando al marqués de Marialva a Paris,con una proposición de matrimonio entre el príncipe de Beira, de solo 9 años de edad (mas tarde, Pedro II, emperador de Brasil ), y una de las hijas del duque de Berg, el mariscal Murat.

  

  Pero el marques de Marialva quedo retenido en Madrid, oficialmente porque no tenía permiso de las autoridades españolas, aunque los españoles ya sabían que un ejercito francés se encaminaba ya hacia Portugal y que la probabilidad que Napoleón aceptara la oferta portuguesa era nula.

  Napoleón había elegido al general Junot para dirigir la invasión de Portugal, uno de los mas fieros generales del ejército frances.

  

  Aunque en principio fue un ferviente partidario de  la revolución, se había convertido en un devoto seguidor del emperador .Destacado duelista, había defendido a sus amigos, familia o regimiento con sus puños, a sable o con pistolas. Herido varias veces en combate, se había aficionado al juego, a la bebida y a las mujeres. Era un militar de fuerte carácter, lo que significaba que el emperador estaba dispuesto a meter a Portugal en el Sistema Continental al precio que fuera.


 
Junot había conocido a Napoleón en el asedio a Toulon de 1793, y allí se convirtió en secretario del futuro emperador. Después de la campaña de Italia de 1795, Bonaparte, Junot y el por entonces capitán Marmont volvieron a París en espera de nuevo destino. En Paris, los tres se convirtieron en amigos inseparables, frecuentando tabernas, restaurantes y salones de baile de la capital francesa, mientras se alojaban a todo trapo en uno de los mejores hoteles de la capital, Hotel de la Libertad en Montmartre.

Tropas britanicas abandonan Toulon durante el asedio de 1793.


  Aunque Junot tenía cierto éxito en el juego, no era suficiente para soportar el tren de vida del trío de amigos, tanto que el padre de Junot se vio obligado a vender parte de las joyas de la familia para pagar algunas de las deudas de su hijo en Paris.

  A partir de entonces,Junot habia acompañado a Napoleón en todas las campañas que había realizado en Europa y en oriente medio. Tras el final de  la campaña en Alemania de 1804, Junot había esperado que el emperador le pusiera al mando de algún cuerpo de ejercito de la Grande Armee, y se sintió un poco molesto cuando Napoleón le anuncio su intencion de  nombrarlo embajador francés en Portugal.

  “No estoy hecho para la diplomacia. El mariscal Lannes me dijo que la corte de Lisboa es un verdadero lugar de reposo para ancianos diplomáticos y funcionarios. Francia tiene la amenaza de Austria en cuanto demos la espalda al este, y los rusos y prusianos también estaraa preparados.Mientras allí habrá mosquetes y disparos de cañón, yo estaré tomando una siesta en Portugal.”

  El 18 de marzo de 1805, Junot llegaba a Madrid en compañía de su esposa y su hija. Fue recibido por Godoy, con quien hizo buena amistad, y por el rey Carlos IV, con quien estuvo de  acuerdo en crear una futura alianza franco española, y al que conto en voz baja que el emperador estaba considerando seriamente la opcion de  invadir Portugal.

  La continuación del viaje de Junot hacia Portugal fue una pesadilla, dada la poca comodidad de los alojamientos y los caminos. En algunas ocasiones se negaron a dormir en establecimientos para dormir en sus propios carruajes

  Cerca de Badajoz, pernoctaron en una hacienda, y cuando dormían, Junot fue despertado bruscamente por los gritos de su esposa, que había descubierto un cadáver debajo de la cama. Junot casi mata al dueño de la hacienda cuando le dijo que además de hacienda para viajeros, también era la funeraria local.

  La estancia de Junot en Lisboa como embajador francés transcurrió sorprendentemente bien. Optó por dejar los asuntos administrativos en manos de los funcionarios de la embajada, y se dedico a intentar descubrir a la gran cantidad de agentes y espías que gran Bretaña tenía en Portugal, sobre todo en el Algarve y en Oporto. También se dedico a sobornar con grandes cantidades de dinero a comerciantes y armadores navales portugueses, para beneficiar los envios de mercancías a Francia en vez de Inglaterra.

  

  El emperador convoco a Junot para dirigir la invasión de Portugal mientras el general pasaba los días en Paris con el cargo de gobernador de  y comandante en jefe de la primera división de infantería , de guarnición en Paris.Napoleon se había enterado que Junot pasaba los días jugando al billar y las cartas y las noches las pasaba borracho y encontrando consuelo a sus penas en brazos de Carolina Bonaparte, hermana del emperador y esposa del mariscal Murat.

  La furia del emperador cuando escucho la notica del affaire de Junot con su hermana solo fue superada por la furia del mariscal Murat.Para evitar el duelo que ambos habían acordado para resolver sus diferencias, Napoleón ordeno a Junot abandonar Paris para desactivar los rumores que corrían por la ciudad sobre la relación de Junot con la hermana del emperador.

"Retrato de Carolina Bonaparte", obra de Jean Baptiste Wicar.
  

  Y Napoleón encontró el sitio ideal para enviar a Junot, el mando del 1er cuerpo de observación del Gironda, destinado a invadir Portugal.

  El 18 de octubre de 1807, el ejército de Junot se ponia en marcha, cruzaba el rio Bidasoa y entraba en España.

  Napoleón esperaba que las tropas llegaran  Burgos el 1 de noviembre. Sabia que era muy probable que Inglaterra enviara tropas a Lisboa, y el emperador estaba deseoso de saber cuántas tropas estaría España dispuesta a implicar en la guerra que se avecinaba.Tambien tenia claro que la contienda no terminaría hasta que las tropas de Junot tomaran Lisboa.

  Las estimaciones sobre el tamaño y la composición del Cuerpo de Observación del Gironda varian, pero se estima que habría unos 25.000 infantes y 3.000 de caballería y artillería.

  En Alcántara esperaba al ejercito frances  un cuerpo de tropas españolas bajo el mando del general Carrafa compuesto de 8.000 infantes y 3.000 de caballería, además de 30 cañones. Este cuerpo auxiliar español disponía también de artilleria pesada y dos compañías de zapadores por si eran necesarias para participar en algún asedio.

Zapador del Regimiento de infanteria "Asturias".
  

  Mientras las tropas francesas se ocuparian de tomar el centro de Portugal, incluyendo Lisboa, las tropas españolas atacarían el norte (Oporto y el curso bajo del rio Duero) con 6000 hombres, bajo el mando del general Taranco y Llano ,y el sur con 9.500 hombres  al mando del general Solano Ortiz de Rozas que saldrían de Badajoz para tomar la fortaleza de Elvas, y otro grupo  saldría desde Ciudad Rodrigo y Salamanca para atacar en dirección a Almeida y Coímbra y apoyar al grupo principal francés.

  Técnicamente, los generales que iban a  comandar los contingentes españoles actuarían independientemente del mando francés, e incluso Junot estaba obligado a someterse a la autoridad del rey Carlos IV o incluso a la de Godoy, en el muy improbable caso de que alguno de ellos apareciese en persona en el frente.

  Pero los observadores españoles que marchaban con el Cuerpo de observación del Gironda estaban con la mosca tras la oreja, ya que los oficiales de ingenieros franceses no cesaban de dibujar esquemas de cada castillo o lugar fortificado por el que pasaban, dibujando mapas de caminos y desfiladeros y preparando informes sobre las posibilidades de aprovisionar un ejercito entero en su ruta a través de Castilla la Vieja y León.

  Parecía que, tras invadir Portugal, el emperador francés tenia la intencion de invadir España.


 

(Continuara…)

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