martes, 1 de marzo de 2022

Lepanto, choque de imperios (VIII) ; Asedio en Famagusta (2ª parte )

 

Busto de Marcantonio Bragadin en el palacio Bragadin Bigaglia en Venecia.

Viene de aquí:

 Como el desventurado Dándolo, Bragadin era descendiente de una de las grandes familias venecianas, un verdadero patriota veneciano.

  En aquellos años Bragadin contaba con poco mas de 40 años de edad, una modesta carrera en la marina veneciana y un gran sentido del deber. Su ardiente deseo de preservar a toda costa el honor de la republica veneciana iba a ser clave en las acciones que iba a tomar en los siguientes meses.

  Gracias al recio liderazgo de Bragadin, las defensas de Famagusta eran aun más poderosas que las de Nicosia. Habia una fuerte disciplina interna, los soldados recibian su paga a tiempo y la distribución de alimentos era sistemática y justa. Según algunos relatos de la época “Donde había un poco de comida, Bragadin no tardaba en distribuirla, y donde no la había, quedaba la promesa y la voluntad de distribuirla en cuanto llegara”.

  

  A pesar de la tremenda  disparidad numérica ( 80.000 otomanos contra 8.000 defensores), la moral era alta. La imparcialidad de Bragadin y su respeto por todos los habitantes de la ciudad independientemente de sus orígenes o su religión aseguraba que incluso la población griega y sus sacerdotes ortodoxos apoyaban incondicionalmente lal defensa de la ciudad.

  Y lo mas importante, Bragadin era lo suficientemente inteligente para dejar los detalles del mando militar a su capitán,Astore Baglioni, un condotiero de Perugia, muy respetado por sus hombres y con amplia experiencia militar combatiendo a turcos y piratas del norte de Africa.

  

  Bragadin también tenía grandes esperanzas de recibir refuerzos. A esas alturas Chipre se habia convertido en una causa para toda la cristiandad ,y en el Vaticano, el papa Pio V, que soñaba con lanzar nuevas cruzadas contra el mundo islámico, trabajaba sin descanso para tratar de convencer a venecianos y al rey Felipe II para crear una liga santa y enviar una armada conjunta para enviar al rescate de la isla.

  No era tarea fácil. Todo el Mediterráneo cristiano estaba plagado de tensiones entre reinos y celos enrte monarcas, con el rey Felipe II y los venecianos compartiendo una fuerte desconfianza mutua. Así, mientras el Papa intentaba negociar un acuerdo en Roma, Lala Mustafá pasó el invierno acampado cerca de Famagusta, esperando la llegada del buen tiempo para iniciar el asalto a la ciudad.

Pio V.
  

  Durante la espera, las escaramuzas y los combates singulares fuera de las murallas de la ciudad aliviaban el tedio. El propio capitán Baglione participó, y ofrecía premios en metalico para aumentar el interés: dos ducados por matar a un oponente, cinco por derribarlo de su caballo.

 Toda la población de la ciudad observaba desde la muralla, y acusaba a los turcos de hacer trampa, ya que huían cuando sus caballos eran heridos, en lugar de reconocer la victoria de su vencedor.

Ojala los problemas de hoy en dia se pudieran resolver con un combate singular entre quienes los crean.
  

  En medio de ese enfrentamiento de bajo nivel, Venecia pudo dar un agudo golpe a su enemigo, golpe que iba a tener unas consecuencias imprevistas. En enero, Venecia habían nombrado  al capitán Marco Querini como comandante de las galeras venecianas de la isla de Creta.

  Al llegar a Creta, el capitan Querini se enteró que los turcos habian retirado su flota de Famagusta debido a las inclemencias invernales,dejando solo  una pequeña flotilla en apoyo de los atacantes. Así, Querini se decidió a asestar un golpe audaz de alto riesgo, y que debía coincidir con el comienzo del Ramadan.

  El 16 de enero de 1571, Querini zarpo de Creta al mando de una flota  de una docena de galeras y cuatro galeazas, cargadas con 1.700 soldados destinados a reforzar la guarnicion de Famagusta.En diez días, la flotilla llego a la vista la isla de Chipre.

  Querini envió a las 4 galeazas  hacia el puerto, llamando la atención las galeras otomanas. Las galeras venecianas, que habían permanecido fuera de la vista de los otomanos, tomaron a estos por sorpresaa, mandando al fondo del Mediterráneo a tres galeras.

  

  A continuación Querini remolco a las 4 galeazas venecianas al puerto de Famagusta, para alegría de los defensores, y paso las siguientes tres semanas arrasando la costa, destruyendo fortificaciones e instalaciones portuarias otomanas y capturando barcos mercantes enemigos, dando así un nuevo impulso a los hombres de Bragadin.

  El día del retorno de Querini hacia Creta, Bragadin y Baglione organizaron una elaborada emboscada. Ordenaron que, a la mañana siguientee, nadie ocupara las murallas, ni siquiera los centinelas. Luego cargaron sus cañones con metralla y perdigones, prepararon los arcabuces y colocaron a la caballeria dispuesta tras las puertas de la ciudad.

 Al amanecer, los otomanos miraron hacia las murallas, silenciosas. Nada se movía, y los barcos de Querini ya no estaban anclados en el puerto ,se habían marchado.

  Los otomanos salieron de sus trincheras, sin percibir  señales de vida, y empezaron a pensar que la guarnicion se había marchado en los barcos de Querini.

 


  Informado Lala Mustafa,  ordenó que todo el ejercito otomano avanzara.Cuando estuvieron dentro del alcance de los cañones de la ciudad, se izo un estandarte en la muralla, la señal convenida , seguido de una descara furiosa desde las murallas, que abatió a cientos de soldados otomanos ,seguida de una carga no menos furiosa de la caballería, que salió en tromba por todas las puertas de la ciudad.

  Querini se había marchado con promesas de llegada de un sustancial refuerrzo. Tambien dejo en manos de Bragadin un barco lleno de peregrinos musulmanes capturados cuando navegaban destino a la meca, para emplearlos como rehenes si era necesario.

  Los desafortunados peregrinos iban a desempeñar un papel fundamental en los acontecimientos que iban a  seguir.

  La visita de Querini sirvio como un recordatorio de lo que Venecia podía hacer aun, conmociono al mando otomano y desencadeno una serie de medidas reactivas. En Constantinopla, el sultán se sintió humillado e indignado por la captura de los peregrinos a la Meca. Como protector de los fieles musulmanes, una de las labores del sultán era mantener abiertas y seguras las rutas de peregrinación a la Meca de los fieles musulmanes.

Selim II el "Borracho".
  

  El sultán ordeno ejecutar al comandante que había permitdo la captura del navío musulmán y se dispuso a preparar una flota, que debía zarpar a principios de año para llegar a Chipre justo al principio de la primavera.

  La primavera trajo nuevos refuerzos para el sultán otomano. Todo el oriente medio sabia las ricas ganancias que se habían obtenido tras el saqueo de Nicosia, y el sultan había hecho correr la voz de que los tesoros en Famagusta era incluso superiores a los de Nicosia.

  Aventureros y mercenarios acudieron en masa al llamamiento del Sultan, y en abril, las fueras otomanas en Famagusta ascendían a más de 100.000 hombres. Los otomanos se jactaban de que el sultán había enviado a tantos hombres al asedio que, si cada uno de ellos arrojaba un zapato al foso, lo llenarian y podrian asaltar entonces las murallas. Dentro de los muros aun resistían 4.000 soldados venecianos y otros 4.000 soldados griegos.

  A mediados de abril, Lala Mustafá estaba listo para reanudar el asedio. Bragadin hizo un recuento de sus existencias de viveres y decidió que no tenía otra alternativa que expulsar de la ciudad a los no combatientes. Cinco mil de ellos, ancianoso, mujeres y niños recibieron comida para un día y salieron de la ciudad en busca de algún puerto desde el que escapar de la isla.

  Cualquier general que hubiera dirigido un asedio se hubiera aprovechado de la situacion.En una situación similar, Julio Cesar había dejado morir de hambre a las mujeres y niños que Vercigentorix había expulsado de Alesia en el año 52 a.c., acorralados entre  los legionarios romanos y los guerreros galos.

  Tambien el almirante otomano Barbaroja había obligado a los no combatientes de Corfú a regresar a la ciudad en 1537, contribuyendo asi a la rápida finalización de las provisiones de la isla, que había caído en manos otomanas poco despues.

  Pero Lala Mustafá no lo hizo. Dejó a los ciudadanos de Famagusta atravesar las lineas otomanas, un notable gesto de buena voluntad que iba a granjearle las simpatías de la población griega de la isla de Chipre.


 

(Continuara…)

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