martes, 25 de octubre de 2022

1808: Napoleón: 1ª guerra peninsular ( X )

 


Viene de aquí:

  La primera medida de la Junta Suprema de gobierno de Oporto fue restaurar todos los símbolos de la monarquía portuguesa que los franceses habían, en muchos casos, destruido. La segunda medida fue un edicto el 19 de junio, en el que se anunciaba que los soldados veteranos del ejército portugués debían viajar a Oporto y reengancharse en dos regimientos que  se estaban organizando allí.

  Cientos de veteranos se encaminaron a Oporto, junto a otros muchos soldados que habían abandonado el ejercito tras la ocupación francesa. La mayoría del ejército regular portugués formaba parte de distintas unidades francesas y españolas, y las deserciones comenzaron a extenderse entre sus filas.

  

  La administración de Junot trataba por todos los medios de mejorar las relaciones con la ciudadanía portuguesa. Pero el sentimiento anti-francés crecía cada día.

  En el sur, en la localidad de Olhao,el coronel José de Sousa había exhortado a la población a levantarse contra los ocupantes. Aunque los hombres del Algarve eran considerados los más pacíficos del país, pescadores y marineros asaltaron una armería de la localidad, y armados con trabucos , escopetas y sables tomaron Olhao.

"Inicio de la revuelta en Olhao", azulejo obra de Jorge Colaso.
  

  Como un castillo de  naipes, todas las localidades costeras del sur de Portugal se levantaron en armas, y el 18 de junio la fortaleza de Faro caía en poder de los patriotas.

  Los franceses habían colaborado involuntariamente con la rápida expansión del nuevo ejército portugués. Tras desmantelar el ejercito, muchos antiguos soldados se habían quedado sin sustento, y  con escasas perspectivas de obtener un empleo remunerado, así que no les fue difícil unirse a la nueva milicia. Ademas, los franceses también habían colaborado permitiendo al general Antonio Henríquez alistar cinco compañías de infantería en el Alentejo para cumplir tareas de guarnición en Elvas. La mayoría de los soldados prefirieron unirse  la nueva milicia portuguesa en vez de guarnicionar Elvas para los franceses.

  Las revueltas se extendieron por el norte, y Junot, sorprendido por el súbito estallido de la insurrección, convoco a su estado mayor el 19 de junio. La situación era tan preocupante que Junot dio el norte de Portugal por perdido temporalmente, e incluso se valoro seriamente la opcion de organizar la retirada general de las tropas francesas de Portugal hacia España, por Badajoz.

  Pero la posición francesa seguía siendo muy solida en la capital portuguesa, así como en las fortalezas de la frontera luso-española y el sur de la costa .Aunque solo tenía unos 25.000 hombres en Portugal, Junot no quería debilitar las guarniciones de las ciudades que aun dominaba, y en vez de reunir una fuerza de maniobra, decidió formar unas pocas columnas de unos pocos miles de hombres para reconquistar las mas importantes ciudades que habían caido en poder de los insurrectos portugueses.

  La division del general Carafa fue pronto rodeada y desarmada. Los soldados españoles en Portugal ni  siquiera conocían las noticias de los disturbios en España, y se rindieron sin resistencia.

  Solo el regimiento de  dragones de la Reina pudo escapar, retirándose hacia el centro de Portugal antes de pasar de nuevo la frontera para unirse al ejercito español que se estaba formando en Andalucía.

Dragones de "la Reina."
  

  La mayoría de los soldados españoles capturados fueron retenidos en grandes balsas y barcazas en medio del Tajo, pero a los oficiales españoles se les concedió permiso para pernoctar en Lisboa.

  Junot encargo al general Loison dirigir una de las columnas hacia Oporto para retomar la ciudad, mientras otra columna se dirigía hacia el norte desde Torres Vedras.

 


  En el sur, Junot planeaba restablecer el dominio francés sobre Evora y Estremoz.

  El día 20 de junio, las tropas del general Loison   (dos batallones de infantería , un escuadrón de dragones y una batería de seis piezas de artilleria, entre 2000 y 2500 hombres) salieron de Almeida en dirección a Oporto. No encontraron resistencia organizada, aunque a menudo recibían disparos aislados desde las colinas y varios centinelas fueron degollados durante la noche.

  El 21, Loison llegaba a la localidad de Regua , en la orilla norte del rio Duero. Mientras sus tropas pasaban el Duero a bordo de barcazas y pequeñas barcas de pesca, el general Loison observaba a gran cantidad de milicianos portugueses en las colinas al norte de la ciduad. Se trataba de los hombres del general Silveira, que había logrado reunir una gran fuerza compuesta mayoritariamente de milicianos , aunque también había un pequeño contingente de soldados regulares.

  

  Aunque los milicianos iban armados con picas, escopetas de caza y algunos sables y pistolas, el general Silveira había logrado confiscar varios cientos de mosquetes, ademas de dos cañones de pequeño calibre. Aunque sabia que sus soldados no podrían derrotar a los franceses en campo abierto, estaba confiado en detener a las tropas de Loison o al menos retrasar su marcha hacia Oporto.

  Como hoy en día ,Oporto era en aquellos tiempos famoso por sus vinos de excelente calidad. Las colinas que cubrían Regua por el norte estaban cubiertas de viñas, lo que hacia el ascenso de dichas colinas muy dificultoso para formaciones  de hombres.

  El colapso del comercio de vinos por la invasión francesa había animado aun más los sentimientos anti-franceses de la población de la región de Oporto, y muchos civiles , perfectos conocedores de la zona, se unieron al ejercito del general Silveira.

  Así, el día 22 de junio Loison encontró su camino bloqueado por los insurgentes en Teixeira, donde Silveira había organizado una fuerte posicion defensiva con sus tropas, unos 9.000 hombres entre soldados regulares, milicianos y civiles,

  Tras un reconocimiento preliminar, Loison y su estado mayor observaron que la mayoría de los insurgentes estaban pobremente armados, y llegaron  a la conclusión que un ataque frontal por su infantería bastaría para desbaratar la línea defensiva portuguesa.

  El general Loison dividió sus dos batallones de infantería en cuatro columnas y las envió colina arriba, precedidas por una vanguardia de tiradores  que debían ir debilitando la línea defensiva portuguesa con sus certeros disparos.

  

  Al principio, el plan del general Loison funciono perfectamente, ya que los milicianos portugueses armados con picas no tenían ninguna opción para responder al fuego graneado de los infantes franceses. Los cañones de los portugueses tampoco causaban más que heridas de poca importancia en las filas francesas, y los milicianos comenzaron a retirarse con los infantes franceses pisando sus talones.

  Pero, según avanzaban colina arriba, los franceses empezaron a recibir un certero fuego de mosquetes por ambos flancos, obra de grupos de milicianos que se ocultaban tras las rocas y en viñedos.

  Una y otra vez, las columnas francesas debían detenerse para reorganizarse y enviar de nuevo a los tiradores. Los milicianos  estaban bien protegidos contra los tiradores franceses y también contra la artillería francesa, que debía moverse penosamente cuesta arriba.

  Las numerosas bajas en las filas francesas y la lentitud en su avance  animaban aun mas la resistencia local, que comenzó a recuperar terreno colina abajo.

  El general Loison recibio una leve herida en un brazo mientras trataba de animar a sus soldados para que continuaran atacando, pero viendo que sus hombres empezaban a flaquear, ordeno la retirada general para reagruparse.

  Loison recibió informes que indicaban que una fuerza de tropas regulares portuguesas habian salido de Oporto y marchaban para reforzar al ejercito de irregulares de Silveira. Además, su retaguardia se veía atacada por milicianos que disparaban sus mosquetes sobre sus carros de municiones y provisiones desde los viñedos.

Estela de granito en Teixeira : "No pasaran de aqui ;Homenaje a los valientes de la región que, bajo el mando del General Silveira, detuvieron las tropas invasoras del Général Loison".
  

  Con la posibilidad de verse empujado por los portugueses hasta terminar con su retaguardia en el rio Duero, Loison decidió retirarse sabiendo que Junot no perdonaria la perdida de dos de sus batallones de infanteria.

  La retirada francesa se pudo seguir por los portugueses gracias al humo de los pueblos y granjas que Loison había ordenado incendiar, sabiendo que muchos civiles de esos pueblos y granjas se habían unido a las tropas del general Silveira.

  Regua fue saqueada, y el tiempo que allí perdio la retaguardia francesa la puso al alcance de la vanguardia del general Silveira, que hizo pagar con su vida a muchos soldados franceses los desmanes que habían cometido en tierras de Oporto.

  Uno de los más animosos civiles que participaron en la matanza de franceses en Regua fue el padre José Joaquín de la Asunción, que marchaba a la cabeza de los insurrectos disparando su mosquete sin cesar sobre los soldados franceses que se ponían a su alcance.

  Otro monje, el padre José Bernardo de Azevedo, junto a un grupo de  milicianos, marchó hacia Coímbra, y se unió a los civiles de la ciudad que asaltaron el hospital  y asesinaron a varias decenas de soldados franceses  heridos.


 

(Continuara…)  

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