miércoles, 26 de marzo de 2025

"Adiós, Europa": Indochina (XIII)

 


Viene de aquí:

  En su informe a Ho Chi Minh, fechado el 23 de enero de 1951, Giap admitió algunos errores, pero no se privó de culpar de la derrota a parte de sus tropas, tanto por falta de agresividad como por cobardía, sobre todo por falta de determinación entre los oficiales para atacar posiciones artilleras francesas.

  Pero no se olvidó de felicitar a las decenas de miles de porteadores civiles, que habian transportado , tanto en bicicleta como en mula , o sobre sus propias espaldas, más de 5.000 toneladas de arroz, municiones y armas a la zona de la batalla de Vinh Yen.

 

  La conclusión que sacó el alto mando vietminh era clara : las tropas comunistas aun no estaban preparadas para participar en una contraofensiva para expulsar a los franceses.

  Por su parte, el ejército francés en Indochina tenía escasez de medios de transporte todoterreno, y tampoco aviación suficiente para explotar la inesperada victoria en Vinh Yen. Incluso bajo el liderazgo del general De Lattre, los franceses poco más podían hacer  que reforzar sus posiciones defensivas y esperar el siguiente ataque vietminh.

  Poco preocupado por la gran cantidad de bajas sufridas en Vinh Yen, Giap comenzó a preparar su próxima ofensiva, sobre las colinas de Dong Trieu, una importante zona de la defensa francesa en el delta del Rio Rojo, ya que desde allí los franceses controlaban no solo las minas de carbón del norte de Vietnam, sino que su ocupación por el vietminh dejaría el puerto de Haiphong a solo 20 kilómetros de distancia.

  Dejando a las divisiones 304 y 320 en el noroeste del delta del Rio Rojo para atraer la atención de las reservas francesas, Giap tomo las divisiones 308, 312 y 316 en dirección a Mao Khe.El ataque comenzó la noche del día 23 de marzo. En apenas un par de días, la mayor parte de los puestos defensivos franceses de primera línea habían caído en manos vietminh.

 

  Pero la profundidad de las aguas de la bahía del rio Da Bach  permitió la intervención de  tres destructores franceses y varios buques auxiliares más, sobre todo lanchas fluviales de la unidad Dinassaut, cuyo fuego concentrado sobre las concentraciones de  tropas vietminh impedía al enemigo penetrar en Mao Khe.

Lanchas fluviales Dinassaut.
 

  Como ocurría a menudo , un pequeño puesto defensivo frances podía pasar en minutos de ser absolutamente desconocido a convertirse en el centro de una gran batalla.Ese iba a ser el caso de Mao Khe, originalmente un puesto defensivo para guarecer la zona de las minas de carbón.

 Compuesta de tres posiciones, su pequeña guarnición estaba compuesta de 95 guerrilleros de la tribu tho, recién llegados de Lang son, tres suboficiales franceses y el comandante del puesto, el teniente Xuan-Toan, desplegados en las inmediaciones de la mina. Un pelotón de automóviles blindados perteneciente al RICM ( regimiento de infantería colonial marroquí ) defendía el pueblo, a un kilómetros de las minas.

Vehículo blindado "Coventry", uno de los mas utilizados pro Francia en Indochina.
 

 En la iglesia católica de Mao khe se situaban una compañía del batallón de  fusileros senegaleses y medio centenar de guerrilleros tho.. En total, unos 400 hombres iban a  defender las instalaciones del ataque de tres divisiones vietminh.

Guerrilleros Tho en una posicion defensiva.
 

  A las 4 de la mañana del día 27 de marzo, la mina de carbón de Mao Khe se convirtió en objetivo de la artillería vietminh, con piezas de 75 y 57 mm. En los primeros minutos del bombardeo, el teniente Xuan-Toan resulto gravemente herido, y dos de los suboficiales franceses murieron, pero los dos primeros asaltos masivos de la infantería vietminh fueron rechazados.

  A las 5 y cuarto de la mañana, una tremenda explosión sacudía todo el complejo defensivo. Varios "voluntarios de la muerte" vietminh ( la versión vietnamita de los kamikazes japoneses ) habían logrado infiltrarse en el complejo y habían detonado las cargas explosivas que portaban., abriendo una brecha en el muro exterior, por el que comenzó a entrar la infantería vietminh.

  Con las primeras luces del amanecer, bajo el mando del único suboficial frances que quedaba con vida, los guerrilleros tho repelieron el ataque y expulsaron del complejo a  los infantes vietminh.

 

 Tras reparar y consolidar sus posiciones, los defensores pudieron disfrutar de unas horas de “descanso”·, ya que los B26 y Hellcats de la fuerza aérea francesa en Indochina bombardearon sin descanso las posiciones vietminh en la zona con napalm y proyectiles de fragmentación.

Grunman "Hellcat" de la Fuerza Aerea Francesa.
 

  A las 14 horas, los paracaidistas del 6º batallon de  paracaidistas coloniales intentaban alcanzar la mina de Mao Khe desde el oeste, pero fueron rechazados por las ametralladoras y los morteros vietminh.

  Un Hellcat, bombardero en picado, fue alcanzado por el fuego antiaéreo vietminh, y se vio obligado a aterrizar en tierra de nadie. Pese al fracaso de los paracaidistas, su ataque había obligado a varias unidades vietminh a abandonar sus posiciones  cerca de la mina, ocasion que iba a ser aprovechada por los defensores.

 

  A las 7 de la tarde, el teniente Xuan-Toan  ordenaba la evacuación de la mina de Mao Khe. Caminando en silencio absoluto entre las posiciones vietminh entre la mina y el pueblo, los guerrilleros thao supervivientes de la batalla de la noche anterior consiguieron llegar  a Mao Khe llevando consigo  a todos los heridos y una larga columna de  mujeres y niños , familiares de los guerrilleros que habian defendido la mina.

  Fue un respiro corto, ya que los vietminh, al darse cuenta  que habian sido burlados, pasaron a  convertir el pueblo de Mao Khe en objetivo prioritario de su artillería. Oleada tras oleada de soldados vietminh gritando atacaban sin descanso el pueblo y la iglesia. Dos de los bunkers que defendían la iglesia fueron volados por voluntarios de la muerte, y pronto cayeron en manos vietminh. En el pueblo,dos de las torres de vigilancia fueron atacadas con RPG y bazookas, y se vinieron abajo , matando a  sus defensores.

  Los tres automóviles blindados del RICM quedaron pronto enterrados por los escombros de las casas del pueblo que caían sobre ellos, y sus tripulantes formaron un peloton de  infantería, para tratar de enlazar con los paracaidistas del 6º  batallón, que en un nuevo intento habian alcanzado los arrabales del pueblo , tomando las posiciones vietminh a punta de bayoneta.

Soldados marroquies del RICM.
 

  La artilleria francesa, que disparaba desde las colinas de Dong Trieu, y los proyectiles de la artilleria vietminh, pronto convirtieron Mao Khe en un infierno ardiente.

  Cuando las luces del amanecer comenzaron a despuntar, los paracaidistas, los partisanos tho, los senegaleses y los marroquíes de la caballería mantenían sus posiciones y más de 500 cadáveres de soldados vietminh yacían  por todo el pueblo. A cambio, las tropas coloniales francesas habían sufrido 40 muertos y 150 heridos.

  Una vez más, Giap había fracasado en su intento para expulsar a los franceses del delta del Rio Rojo.

 

Prisioneros vietminh.

(Continuara…)

viernes, 21 de marzo de 2025

Agripa, la mano derecha de Augusto ( 19ª parte )

 


Viene de aquí :

 La decisión de Marco Antonio de invadir Partía desde el norte resultó ser poco apropiada. Su avance con sus trece legiones llego hasta Praaspa, la fortificada capital de Media Atropatene ( actual Zohak Qal'eh).

Praaspa.
 

  Según Plutarco, Antonio habia decidido dejar atrás sus máquinas de asedio, que necesitaban mas de 300 carros para ser transportadas, y un enorme ariete de más de 25 metros de longitud, imprescindible para destruir las puertas de las ciudades que pensaba conquistar. La columna con los 300 carros y una fuerte escolta al mando de Oppio Estaciano , viajaba unos  días  por detras del grueso del ejercito.

  Al llegar a Praaspa, Marco Antonio se encontró rápidamente en dificultades.Tuvo que emprender un asedio a una poderosa fortaleza con gruesas murallas y una nutrida guarnición, sin sus ingenios de asedio.

Marco Antonio frente  a las murallas de Praaspa, segun un codice aleman del siglo XVI.
 

 Se tuvo que limitar a ordenar a sus legionarios cavar trincheras y túneles, que progresaron muy lentamente, mientras esperaba la llegada de la columna de Oppio Estaciano.

  Mientras tanto, el rey parto Frates IV había comenzado  moverse con su ejército. Al enterarse de la presencia de la columna de  Oppio Estaciano, el rey decidió obviar de momento al ejército de Marco Antonio, y decidio atacar la columna de Estaciano, que marchaba muy lentamente.

 

 Los jinetes partos sorprendieron y rodearon a la columna de  Estaciano cerca de la localidad de Ganzak. Aunque lo que ocurrió en la batalla no está claro, se sabe que la gran  mayoría de los legionarios de Estaciano murieron en la batalla, y que las maquinas de asedio cayeron  en manos partas, que las destruyeron.

  Fiel a la costumbre romana, Estaciano se suicido para no caer en manos partas y entre los prisioneros  se encontraba Polemon I,rey del Ponto y el Bosforo, que ayudaba con sus tropas a la invasión romana.

 

  Parece que otro de los aliados que marchaba con la columna de Estaciano, el rey armenio Artavasdes II decidió no tomar parte en la batalla con su experimentada caballería.

  Este desastre sin solución, ya que en la región apenas había madera para reparar o construir nuevos ingenios de asalto, iba a tener gran influencia en el resultado final de  la campaña de Marco Antonio en Partía.

  El rey de Armenia abandono de inmediato el campo de batalla, y regreso a Armenia con su caballería intacta, que , estando entrenada en las tácticas partas, hubiera sido de gran utilidad al líder romano.

Artavasdes II.
 

  Al saber lo que había ocurrido, Antonio había marchado rápidamente a ayudar  a Oppio Estaciano, pero cuando llegó al campo de  batalla solo encontro cadáveres de romanos y las maquinas de asedio destruidas. Y tuvo que reanudar el asedio de Praaspa privado de máquinas de asedio.

  Marco Antonio estaba decidido a perseverar y esperaba poder obligar a los partos a una gran batalla decisiva donde sus experimentadas legiones  pudieran aplastar definitivamente al ejército enemigo. Los partos, por su parte, retomaron inicialmente sus tácticas clásicas basadas en incursiones repentinas de la caballería y emboscadas a unidades enemigas aisladas seguidas de rápidas retiradas.

 Incluso los sitiados en Praaspa mostraron agresividad y alta moral y sus constantes salidas y escaramuzas mantenían ocupados a los romanos, impidiéndoles poder descansar apropiadamente. Antonio temía que esta serie de fracasos minara la moral de los legionarios y buscaba una batalla decisiva cuanto antes.

 Decidió marchar con diez legiones, tres cohortes pretorianas y toda la caballería hacia terreno abierto en busca de suministros, con la esperanza de atraer al ejército enemigo. Tras un día de marcha, el ejército parto apareció en campo abierto, aparentemente decidido a repetir la batalla de Carrae y aniquilar de nuevo al ejercito romano.

 Pero esta vez  Marco Antonio estaba preparado y decidido a luchar. Mantuvo preparados a los honderos y a la caballería y desplegó las legiones en formación cerrada. Los legionarios avanzaron en masa con orden y disciplina, impresionando e intimidando a los partos que pasaron a ser tomados como blanco de los honderos y repentinamente atacados por la caballería. Los partos no tuvieron tiempo de llamar a sus arqueros, pero los jinetes catafractos resistieron el ataque de la caballería romana. La intervención de las legiones fue  entonces decisiva; Los legionarios cerraron filas y avanzaron, los caballos partos se asustaron y todo el ejército de Fraates escapo.

 Antonio creía haber conseguido una victoria decisiva e inmediatamente comenzó la persecución del enemigo, contando con concluir la guerra con esta batalla, pero la persecución resultó estéril y los partos pudieron escapar, a pesar  que las legiones continuaron la persecución durante casi diez kilómetros y la caballería durante treinta kilómetros , sin resultado apreciable.

 El ejército enemigo, altamente móvil, huyó a un lugar seguro dejando sólo ochenta muertos y treinta prisioneros en manos romanas. Una gran decepción se extendió entre las legiones por los pobres resultados obtenidos en la batalla. Marco Antonio volvio a llevar sus fuerzas a Praaspa ,pero la retirada se realizó con gran dificultad ante los continuos ataques de la caballería enemiga que había vuelto a la acción y se mostraba plenamente eficaz. Las legiones, cansadas y deprimidas, encontraron refugio dentro de sus campamentos.

 La situación de los romanos también había empeorado en Praaspa, donde las tropas que permanecían alrededor de la ciudad sitiada habían sufrido una severa derrota tras una atrevida salida de la guarnición.  Marco Antonio, al regresar al campamento con las legiones, se mostró extremadamente irritado y tomó medidas draconianas para imponer la disciplina, procediendo a diezmar las unidades implicadas en la derrota.

 En las semanas siguientes, Antonio reanudó el asedio de la fortaleza de Praaspa; Aún esperaba poder conquistarla prolongando las operaciones y mostrando tenacidad y obstinación inflexible, pero era consciente de las crecientes dificultades para abastecer a sus tropas.   

 En octubre del año 36 a. C. la escasez de provisiones comenzó a empeorar. A medida que las tierras alrededor de Praaspa  se quedaban sin suministro, las operaciones de abastecimiento, realizadas por pequeñas unidades y extendidas sobre distancias mayores, se volvieron cada vez más peligrosas y costaban pérdidas de vidas continuas debido a las emboscadas de la caballería parta.

  Pero Marco Antonio no se dio por vencido y continuó el asedio; Creía que la tenacidad y disciplina superiores de las legiones romanas podrían finalmente prevalecer sobre los inestables e impresionables ejércitos orientales. De hecho, las condiciones del ejército parto también habían empeorado y el rey Fraates estaba seriamente preocupado por la prolongación del asedio; Sus tropas temían la llegada del invierno y mostraban signos de poca firmeza y aún menos espíritu de lucha.

 El rey temía un colapso de sus tropas en caso de que continuaran las operaciones alrededor de praaspa. Decidió entonces intentar engañar a los romanos, simulando sumisión y falta de voluntad de luchar por parte de sus tropas.

  Pasaron a  producirse las primeras conversaciones entre ambos contendientes con propuestas de los partos para negociar y suspender la guerra. Marco Antonio sospechó un engaño y pidió más información antes de tomar una decisión.

  Finalmente, tranquilizado por sus informantes de la sinceridad de las propuestas del enemigo y consciente del cansancio de sus legionarios y de su deseo de paz, decidió enviar a sus emisarios al rey Fraates, proponiéndole interrumpir la guerra a cambio de la devolución de los prisioneros y los estandartes perdidos.

(Continuara…)