Viene de aquí:
Muy pronto, Hitler iba a
respaldar sus palabras con hechos, y el 9 de noviembre de 1923 lideraba un
intento de golpe contra el gobierno
bávaro, el llamado Putsch de la cervecería :
Mientras Hitler dedicaba su tiempo
en prisión para escribir su manifiesto, Mein Kampf, Rohm fue puesto en libertad
condicional y expulsado temporalmente del ejercito. Rohm paso a dedicarse entonces a crear un nuevo grupo,Frontbann, que llegaría
a tener más de 30.000 miembros, para reemplazar a las SA, que habían sido
ilegalizadas a consecuencia del golpe fallido del 9 de noviembre.
Los conspiradores del Putsch de la cerveceria.
Cuando Hitler fue liberado,
discutió con Rohm sobre la estructura del Frontbann, ya que Hitler quería
controlarlo y Rohm se oponía.Rohm decidió renunciar al mando del grupo y se
retiro de la política, marchando a Boliva para trabajar como instructor del ejercito.
Rohm con el uniforme del ejercito boliviano.
El sucesor de Rohm al frente de
las SA (de nuevo una organización legal tras ser rehabilitado el NSDAP), Franz Pfeffer Von Salomon, queria llevar una línea de acción mas combativa frente
a la intencion de Hitler, que desea tranquilizar un
tanto a los miembros de la SA ya que no quiere que su violencia obstaculice sus
planes electorales.
Rudolf Hess Y Franz Pfeffer Von Salomon.
En 1930, Hitler releva del mando
a Von Salomon y toma el control de la SA, hasta que consigue convencer a Rohm
para que abandone su autoimpuesto exilio en Bolivia y vuelva para hacerse cargo
de la organización, que ya cuenta con un millón de miembros.
Habiendo aprendido momentaneante
la lección que debía supeditarse siempre
a los deseos de Hitler,Rohm envió a sus hombres a la batalla callejera con
radicales de izquierda, a intimidar y atacar judíos, maltratar a periodistas y profesores
universitarios opositores,etc
Pero al mismo tiempo, algo comenzó
a cambiar dentro de la organizacion.Los
miembros de la SA comenzaron a creerse
su propia retorica revolucionaria, colocándose a menudo del lado de los trabajadores
en huelga contra los propietarios conservadores de las empresas y sus violentos
grupos de reventadores de huelgas, todo ello con gran disgusto de Hitler, que
no quería que la violencia revolucionaria de las SA perjudicara sus campañas
electorales y el apoyo financiero de los
mismos propietarios de las empresas.
Destacados miembros de la SA comezaron a clamar por una segunda revolución
socialista contra las fuerzas capitalistas.Hitler objetó afirmando que "la revolución
no es un estado permanente ni aconsejable, no se puede permitir que sea así”.
En julio de 1933, Wilhelm Frick ,el ministro del interior,
uno de los mayores aliados de Hitler, fue incluso más
contundente contra las veleidades revolucionarias de la SA:
“El éxito de nuestro partido se verá
seriamente comprometido si continuamos hablando de la próxima fase de la
revolución o de una segunda revolución.Cualquiera que continúe hablando en
esos termino debe darse cuenta que esta hablando
de rebelión contra el propio Furher, y serán tratados en consecuencia”.
Ante 80.000 miembros de las SA formados
en el aeropuerto de Tempelhof en agosto de 1933, Rohm contestó:
"Aquellos que piensan que el trabajo de las SA ha finalizado deben
aceptar el hecho de que estamos aquí, y seguiremos estando aqui, pase lo que pase.
Debemos limpiar la pocilga, ya
que algunos cerdos quieren demasiado y debemos empujarlos de vuelta al lugar en
el que deben estar”.
“se han levantado muchas voces
entre las clases media afirmando que la SA ha sobrevivido a su utilidad, y que
ya no es necesaria.Esos caballeros están muy equivocados, extirparemos el viejo
espíritu burocrático de la pequeña burguesía, con gentileza, si es posible,sino
lo es, sin ella”.
Cuando Hitler se sintió lo suficientemente
poderoso y seguro de su control sobre gran parte de los mecanismos
policiales y de seguridad de Alemania,envió una carta a Rohm en la que agradecía sus servicios al partido
nazi.
En la carta, fechada el 31 de
diciembre de 1933 y dada a conocer a la prensa alemana, Hitler elogiaba a su
“estimado jefe de personal” por su papel en la eliminación del “terror rojo”.
"Es sobre todo gracias a ti y los hombres
que diriges que el partido y sus integrantes se habían convertido en pocos años
en la fuerza que le había permitido librar la batalla por el poder político, y
poner de rodillas a nuestros adversarios marxistas.
Debo agradecerte, Ernst, los
inestimables servicios que has prestado
al nacionalsocialismo y al pueblo alemán. Debes saber que estoy agradecido a la providencia que me ha permitido llamar a
un hombre como tu mi amigo y compañero de armas.”
Pero, irónicamente, la consolidación
del poder de Hitler convirtió a la SA en una organización superflua. Tras
librarse de sus enemigos callejeros, los SA comenzaron a apalear a cualquiera que los mirara mal o
hiciera algún gesto de desagrado en su presencia.
Impulsados por largas de noches
de incesante consumo de alcohol, los miembros de la SA atacaban a transeúntes
absolutamente inocentes, y luego agredían a
la policía que acudía en ayuda de la víctima.
En los periódicos del partido comenzaron
a aparecer quejas sobre el comportamiento
de los SA y sobre la abierta homosexualidad de Rohm y buena parte de la más alta
oficialidad de la organización.
Pero eso no preocupaba a Hitler,
que ya conocía las tendencias sexuales de Rohm desde hacia años.Lo que le preocupaba
era un informe del jefe de la Gestapo, Rudolf Diels, que afirmaba que el 70% de los nuevos reclutas de la SA eran
excomunistas,atraídos por los continuos llamamientos de Rohm a la revolución
radical.
Mientras, Rohm seguía creándose enemigos,
entre ellos los líderes del Reichswehr, los aristócratas que dirigían el ejercito
alemán, que debido a las limitaciones que imponia el Tratado de Versalles,tenia menos miembros que la
SA.
En octubre de 1933, rohm se reunía
con el general Walter von Riechenau, ministro del ejercito, al que espetaba “el Reichswehr es simplemente una escuela de formación para los ciudadanos de Alemania”.
El estupefacto general tambien tuvo que oír como Rohm afirmaba que el futuro de
las fuerzas armadas se encontraba en las SA.
Muchos de los principales oficiales del Reichswehr, orgullosos aristócratas prusianos que descendían de los legendarios generales de Federico el Grande, comenzaron a alarmarse con los cada vez mas incendiarios
discursos de los lideres radicales.
Y su preocupación llegó al máximo
cuando Max Heydebreck, el líder de las SA en Rummelsburg, insultó gravemente a
los líderes militares llamandoles “cerdos”, agregando a continuación: "la mayoría de los
oficiales son demasiado viejos y deben ser reemplazados por jovenes.Vamos a
esperar hasta que papa Hindenburg muera, y entonces las SA marcharan contra el
ejército”.
Aunque en privado Hitler
compartía muchas de las opiniones de Rohm sobre la vieja guardia del ejercito,necesitaba el apoyo tácito del Reichswehr para los acontecimientos
políticos que se avecinaban, con el presidente Hindenburg ya con 86 años.
En abril de 1934, Hitler se reunía
en secreto con los líderes del ejercito, en el crucero blindado Deutschland.A
cambio del apoyo del ejercito cuando muriera Hindenburg, Hitler se comprometió a
reducir el número y la fuerza de la cada vez más numerosa SA, controlar las ambiciones
revolucionarias de Rohm y garantizar al ejercito su primacía para los asuntos
nacionales.
Hitler obligó a Rohm a firmar un documento en el que el líder
de la SA también reconocía la supremacía del Reichswehr en asuntos militares,
aunque en privado Rohm aseguraba no tener la más mínima intención de respetar
las instrucciones de Hitler o sus “amos prusianos”:
“este ridículo cabo no va a
decirnos como actuar. Si nosotros no podemos trabajar con Hitler, seguiremos
adelante sin él. Hitler es un traidor, tendremos que enviarlo a unas largas
vacaciones”.
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