viernes, 1 de julio de 2022

Lepanto, choque de imperios (XIII ) : La batalla ( III )

 


Viene de aquí:

  Frente a la flota de la liga Santa, la flota otomana se desplego de similar manera, con la Sultana, el buque insignia de Ali Pasha, al frente y en el centro, justo frente a la Real, la nave insignia de  Juan de  Austria.

  Cada escuadron otomano tenía unas 60 galeras, con la escuadra de la izquierda al mando del almirante y corsario Uluj Ali, que en realidad era el renegado italiano Giovanni Dionigi. En al derecha, el almirante Mehmet Suluk disponía de 61 galeras y 30 galeotas. En la reserva otomana, el almirante Reis, con 8 galeras y 22 galeotas.

  

  Al igual que en la batalla de Actium del año 31 a.c., que se disputo a apenas 80 kilómetros al norte de Lepanto, 16 siglos antes, ambas flotas estaban dispuestas en tres escuadrones con una pequeña reserva en la retaguardia.

"Batalla de Actium", obra de Lourenzo Castro.

 
Aunque las convenciones de la guerra naval de la época impedían que los buques insignia de ambas flotas se enfrentaran en combate singular, ambas naves, la Real y la Sultana encabezaron los movimientos de sus respectivas flotas.

  Mientras aun estaban a varios kilómetros de distancia, la Sultana disparo uno de sus cañones, rompiendo el silencio. Respondió otro cañón a bordo de la Real. Resonó un segundo cañonazo otomano, y otro cañón cristiano respondió. Ambas flotas se dirigían lentamente, a base de remos, para enfrentar a la otra, hasta que llegaron a una distancia de unos 500 metros.Entonces, ambas flotas  se lanzaron sobre la otra a la máxima velocidad que pudieron alcanzar.

  En esos mismos momentos, según escriben los cronistas de la época, el papa Pio V estaba consultando con sus asesores financieros en el Vaticano cuando de repente, el pontífice dejó de hablar, abrió una ventana y miro al cielo. “este no es el momento de las monedas”, le dijo al tesorero del Vaticano.” Id y dar gracias a dios, porque nuestra flota esta a punto de encontrarse con los turcos, y dios nos dará la victoria.”

  A 800 kilómetros al suroeste del Vaticano, en el golfo de Patras, los cristianos tenían la intención de romper la línea otomana con sus grandes galeazas, mientras que los turcos, temiendo que sus galeras ligeras fueran aniquiladas en un enfrentamiento frontal, planeaban flanquear  a la flota cristiana para después atacarla por la retaguardia.

"Batalla de Lepanto", mural  de Fernando Bertelli en la galeria de mapas del Vaticano.
  

  Llenas de cañones pero muy pesadas e incapaces de maniobrar con rapidez, cuatro de las seis galeazas cristianas habían sido remolcadas por varias galeras ligeras hasta unas posiciones fijas situadas  a un kilometro por delante del flanco derecho y el centro cristiano.

  Las dos galeazas sitiadas mas a la derecha no pudieron desplegarse a tiempo para los primeros intercambios de cañonazos, y solo pudieron entrar en accion a  partir del mediodía.

  En cualquier lugar de la línea cristiana que las galeras turcas intentaban atravesar se veían obligadas a maniobrar para tratar de evitar el intenso cañoneo que las galeazas podían desarrollar, causando graves pérdidas a los turcos.

  Las galeazas, auténticos bastiones artilleros flotantes, pudieron así romper la formacion enemiga, pero no de manera definitiva.

A media mañana comenzaron los combates entre las galeras de ambas flotas.

"Batalla de Lepanto", obra de Juan Luna.

   En la derecha de la flota cristiana, el excesivamente precavido almirante Doria estuvo a punto de  ser flanqueado por la brecha que se había abierto entre su escuadrón y el centro cristiano. Gracias  a las galeras de la reserva cristiana del marqués de Santa Cruz, que lanzaron un devastador cañoneo sobre las galeras turcas, se pudo resolver la situación.

  Mientras, a la izquierda, las galeras del almirante Barbarigo se aproximaron a  la costa, a aguas poco profundas, para dificultar cualquier intento de flanqueo de la escuadra turca. Al levantarse la visera para que se escucharan mejor sus ordenes, Barbarigo fue herido de muerte por una flecha en su ojo izquierdo.

  A la 1 de la tarde, el centro de ambas escuadras estaban combatiendo borda contra  borda, con los cañones resonando y el aire lleno de humo, llamas y gritos de hombres que luchaban y morían.

Replica de la galera "Real", en el Museo Maritimo de Barcelona.
  

  La batalla se convirtió en un tumulto generalizado cuando las galeras chocaron entre sí, y los grupos de abordaje de ambos bandos luchaban sobre ensangrentadas y resbaladizas cubiertas.

  Los navíos de la liga Santa disparaban sus cañones contra las galeras turcas prácticamente a quemarropa, para a continuación utilizar a los arcabuceros y mosqueteros, que lanzaban andanadas de proyectiles con tal eficacia que a menudo conseguían despejar las cubiertas de los navíos enemigos antes de que pudieran ser abordados.

"Batalla de Lepanto", obra atribuida a Tintoretto.
  

  Pero el combate mas intenso y sangriento se produjo entre ambos buques insignia, cuando la Sultana, que transportaba 300 arcabuceros jenízaros y 100 arqueros, se abalanzo sobre la Real.

  Los artilleros otomanos destrozaron el aparejo del buque insignia cristiano, y los soldados turcos intentaron abordar dos veces a la Real.

  Pero no pudieron lograr su objetivo, ya que la Capitana, la galera del almirante Colonna ,embistió a la Sultana, mientras sus arcabuceros  arrasaban la cubierta del buque insignia enemigo con su fuego graneado. 

 

  Ali Pasha recibió el impacto de una bala en la cabeza, y murió al instante. Momentos despues, hombres tanto de la Real como de la Capitana abordaron el buque insignia otomano y lo capturaron, reemplazando el estandarte musulmán, por el estandarte cristiano.

  Los soldados cristianos tardaron poco en terminar con toda resistencia en la Sultana, solo los jenízaros trataron de resistir, pero fueron aniquilados por varias andanadas de los arcabuceros y mosqueteros cristianos.

  Uno de los marinos de don Juan de Austria cortó la cabeza de Ali Pasha, salto por la borda y nado hasta la Real para presentársela al almirante. El espeluznante trofeo, clavado en una pica, “adornó” brevemente la popa del buque insignia cristiano hasta que alguien la arrojo al mar.

Estandartes de la flota cristiana en la batalla de Lepanto, en la catedral de Toledo.

 

(Continuara…)

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