martes, 21 de febrero de 2023

Heraclio, azote de Persia ( 37ª parte )

 


Viene de aquí:

  No se sabe exactamente de donde surgió la plaga de Anwas, aunque se asocia con el ciclo de peste bubónica que había comenzado con la peste de Justiniano en la década de 540-550 aprox, la primera pandemia en Europa  de la que existen registros.

  El brote de la peste de Eamus tuvo un enorme efecto sobre los pueblos árabes que entraron en contacto con él, ya que su anterior aislamiento en los desiertos de oriente medio los había protegido de brotes anteriores, y, por tanto, no habían conseguido ninguna  inmunidad o resistencia a la enfermedad.

 

  Pero la peste de Eamus no se convirtió en una pandemia intercontinental que pudiera afectar a Europa, como si lo había hecho la peste de Justiniano y la peste negra 700 años después.

  El impacto de la plaga sobre los ejercitos islámicos no fue excesivamente fuerte, ya que en poco tiempo estaban de nuevo en marcha sobre tres frentes geográficamente separados: Egipto, Irán y Anatolia.

  La sequia del año de las cenizas y la plaga ayudaron  y dieron tiempo al emperador Heraclio para reforzar sus posiciones defensivas en Anatolia, aunque para eso debiese abandonar  varias importantes ciudades como Adana y Cesárea.

  Heraclio ordenó la retirada de todas las tropas bizantinas y aliadas situadas al sur de los montes Taurus, ya que temía las incursiones de la rápida caballería musulmana, que podrían haber cortado las rutas de suministro bizantinas a través de los montes  para caer sobre la retaguardia bizantina  al sur  de las montañas antes que hubiera podido retirarse.

Zona fronteriza entre el imperio bizantino y el islam, en los Montes Taurus.
 

  Pero Siria, Palestina y la Mesopotamia bizantina no eran las unicas regiones en las que los musulmanes arrasaban con unas defensas cada vez mas desesperadas.

  Tras las victorias en Yarmuk y Qaddisiyah, la Mesopotamia persa había quedado totalmente expuesta, y la ruta hacia Ctesifonte estaba abierta.

  Umar y Saad temían que la capital sasánida podía convertirse en el punto de partida de algún contraataque persa, y decidieron que debían neutralizar o capturar Ctesifonte.

  Menos de 15 días después de la batalla de Qaddisiyah, el ejercito de Saad, organizado en cinco columnas al mando de Zuhra, Abdulah, Surabil, Hashim y Arfarath se dispuso a cruzar las inmensas llanuras del este de Mesopotamia hacia Ctesifonte.

  Conscientes de la fuerza  de las guarniciones persas que se ba encontrar en la ruta a Ctesifonte, Saad ordeno a Zhura adelantarse con una fuerte vanguardia de caballería con la orden de tomar las ciudades si podía, pero si se topaba con un ejercito sasánida debía detenerse y esperar al resto de columnas musulmanas.

  Pero, a pesar de la prudencia de los generales musulamnes, solo encontraron una muy limitada resistencia.

  Najaf fue ocupada sin ninguna oposición, y al llegar a Burs, aunque la guarnición decidió resistir, el propio general Zuhra derroto en combate singular al comandante sasánida Busbuhra, y la guarnición decidió capitular.

 

  En diciembre del año 636 parece que se produjo una gran batalla cerca de la antigua ciudad de Babilonia contra una gran concentracion de  tropas persas lideradas por los comandantes Hormuzan, Mihran, Nakerzan y Berzan, aunque la aparición posterior de los mismos contingentes persas en otras batallas parece indicar que el combate cerca de Babilonia no fue más que una escaramuza, en realidad.

  De hecho, Zuhra derroto a las tropas de Nakerzan en Deir Kabir, usando la misma táctica de flanqueo con la caballeria ligera musulmana , capturando un puente clave y obligó a las tropas persas a retirarse.

  El último intento por detener a las tropas musulmanas antes de su llegada a Ctesifonte se produjo a principios de enero del 637 en las cercanías de la localidad de Kusa, a 15 kilómetros de la capital sasánida.

  Una vez más, en otro duelo singular, el comandante de las tropas persas, Shariar, fue muerto por uno de los lugartenientes del general Zhura, lo que provoco, una vez más, la retirada de las tropas persas sin combatir.

  Tras  la captura de Kusa, no quedaba nada entre los contingentes musulmanes y los muros de la capital sasánida. Pero Ctesifonte, a pesar de la rapidez del avance musulman, no iba a ser fácil de capturar o rendir.

 

  Ctesifonte no era una gran ciudad, sino una metrópoli, compuesta de varios importantes asentamientos además de la propia ciudad : Seleucia, Veh-Ardasir Vologaesocerta y Al-Madainen las orillas del rio Tigris.

  Desde el oeste, las tropas musulmanas se encontrarían en primer lugar con Vologaesocerta, Seleucia y Veh Ardasir. De esas tres, parece que el emperador sasánida Yazdgerd III y sus generales decidieron poner el foco de sus  defensa en Veh Ardasir, seguramente por que era el asentamiento mas cercano a Ctesifonte y podria recibir refuerzos  y aprovisionamiento con mas facilidad en caso necesario.

 

  Se cavaron trincheras y se pusieron en posición balistas y catapultas. La presencia de estas máquinas de guerra impedía a los musulmanes acercarse a los muros. Como no acostumbraban a usar ese tipo de  artefactos ofensivos, los musulmanes emplearon persas para construirlos y así igualar las fuerzas.

  En marzo del año 637, la guarnición persa, desesperada, salió en un intento de romper el asedio. Según una leyenda, los persas utilizaron un león especialmente entrenado para atacar a los caballos y  a la infantería musulmana, hasta que el general Hashim lo mató de un solo golpe de su espada.

  El general Zuhra fue alcanzado por una flecha y murio. Los persas, como su salida para romper el asedio no había tenido éxito, , se ofrecieron a  reconocer las conquistas musulmanas hasta las orillas del Tigris a cambio de poner fin a la lucha.

  Saad respondió que solo habría paz cuando el emperador Yazdgerd III aceptara el islam y pagara la jizya correspondiente.

  A la mañana siguiente, los musulmanes encontraron Veh Ardasir abandonado, ya que la guarnición de alguna manera había logrado cruzar el Tigris y llegar a Ctesifonte, destruyendo los puentes tras ellos y llevándose cualquier artilugio flotante con ellos.

  Pero los persas no pudieron evitar que los musulmanes cruzaran el rio Tigris. Tras torturar a varios prisioneros persas, Saad supo de un lugar por donde podría vadear el rio. Envió a 600 voluntarios para intentar el cruce por el lugar acordado. Los voluntarios fueron interceptados por la caballería persa, pero los musulmanes rechazaron el ataque y establecieron una cabeza de puente en la orilla oriental del Tigris, manteniendo su posición el tiempo suficiente para recibir refuerzos.

  Con el ejercito musulmán bien asentado en la orilla oriental del Tigris, el general persa en Ctesifonte, Khuzarrad, decidió que cualquier intento de defender la capital era inútil. El emperador sasanida Yazdgerd ya habia abandonado  la ciudad con su escolta y buena parte del tesoro imperial.

  Aparte de algunos pequeños focos de resistencia, Said y su ejercito de musulmanes arabes tomabauna de las ciudades más grandes del mundo antiguo, junto a gran cantidad de  botín, prácticamente sin lucha.

Dracma de plata del rey Yazdgerd III

 

 (Continuara…)

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