Viene de aquí :
Durante tres días , y en preparación
para la batalla, los lideres cruzados declararon un ayuno general. Aunque no era necesario, los
cruzados llevaban muchos meses hambrientos: los sacerdotes y clérigos de la cruzada
organizaron múltiples procesiones alrededor de todas las iglesias de Antioquia
que aun se mantenían en pie, junto a eucaristias multitudinarias.
Uno de los religiosos era el
visionario Pedro Bartolome, que tras conseguir encontrar la Lanza Sagrada
seguía recibiendo la visita del Apostol san Andrés.
Delante de la práctica totalidad
de los habitantes de Antioquia, Bartolome se dispuso a contarles las últimas órdenes
recibidas del apóstol.
Primero, todos los habitantes deberian realizar al menos 5 actos de caridad, en conmemoración de las cinco heridas
sufridas por Jesucristo en la cruz.
Segundo, las tropas cruzadas
debían cambiar su grito de batalla.En vez del habitual “Dios lo quiere”, pasaría
a ser “Dios nos ayuda”. Pero el obispo Ademar interrumpió el discurso de Pedro
en este punto, ya que el grito original de la cruzada había sido obra del
mismo papa Urbano II, y el obispo no iba a tolerar que nadie incumpliese las instrucciones papales.
Tercero y ultimo, Pedro Bartolomé
anuncio a los presentes que los días en que Dios había prometido a la virgen Maria y a los apóstoles que el reino de los cristianos prevalecería sobre los
paganos, habian llegado al fin.
En otras palabras, lo que san Andrés
había contado a Pedro Bartolomé es que el Apocalipsis estaba allí, al alcance de
la mano, a muy pocos días por delante.
El 28 de junio de 1098 finalizo
el ayuno de los cruzados, que se dispusieron a hacer lo que Kerboga menos esperaba:
atacar.
Pero cuando Kerboga fue informado
que los distintos contingentes cruzados comenzaban a salir por las puertas y se
desplegaban delante de las murallas, no tuvo ninguna duda que su victoria iba a
ser fácil. La superioridad numérica de los sarracenos era evidente, y además, la
fuerza más poderosa de los cruzados, su caballeria pesada, estaba muy mermada, ya
que buena parte de los caballeros no tenia caballo ( solo quedaban 200 caballos utilizables ), y montaba en grandes
percherones de carga o en simples mulas.
Tras desplegar a todas sus tropas
fuera de las murallas, Bohemundo de Tarento, el verdadero líder militar de la cruzada,
dividió su contingente en seis grupos principales y un grupo de reserva.
El primer grupo, franceses y
flamencos, liderados por Hugo de Vermandois y Roberto de Flandes.
El segundo, franceses de Lorena,
liderado por Godofredo de Bouillon.
El tercero, los normandos franceses,
mandados por el duque Roberto de Normandía.
Cuarto, las tropas de Raimundo de
Tolosa, que estaban mandadas por el obispo Ademar, ya que Raimundo estaba
enfermo y se le habían encomendado 200 hombres para evitar cualquier salida que
intentaran los turcos asediados en la ciudadela.
Los grupos 5º y 6º estaban
compuestos de italianos del norte y de normandos del sur de Italia, bajo mando
de Bohemundo y Tancredo.
Tras un servicio religioso y una eucaristia general, los diferentes contingentes se dirigieron en formación
hacia la puerta de la Mahomeria, manteniéndose en la orilla este del rio Orontes.
La moral de los cruzados era muy alta,
con cada contingente encabezado por los estandartes de cada noble, y, delante
de todos ellos,Raimundo de Aguilers, que llevaba la lanza sagrada en alto, para
que todos la vieran y la siguieran.
Uno de los comandantes de origen
árabe del ejército sarraceno, Wassab ibn Mahmud, insto a Kerboga a atacar cada
contingente cruzado uno por uno. Pero Kerboga quería atrapar a todos los
cruzados juntos para destruirlos de un solo golpe.
Pero cuando vio la marcialidad y
la perfecta formación de los diversos contingentes cruzados,Kerboga empezó a
tener dudas. No confiaba en buena parte de sus soldados, así que decidió enviar
un emisario para tratar de discutir una tregua con los cruzados.
Pero los cruzados ignoraron al emisario,
y continuaron avanzando en direccin a las lineas enemigas.Kerboga intento detener su avance al estilo usual otomano,
con la caballería de arqueros acosando los flancos.
Pero los cruzados siguieron avanzando,
y tomaron contacto con el centro del ejército de Kerboga. En el combate mano a mano no había discusión, la ventaja
estaba de lado de los cruzados debido a su mejor preparación militar y sus
mejores armaduras.
Muy pronto, las tropas de Kerboga comenzaron
a retroceder, y algunos de sus principales comandantes, comenzaron a desertar.
El emir Dukak de Damasco, que llevaba varios días escuchando noticias del
avance de un ejército egipcio en dirección a sus dominios de Palestina, decidió que era ese el
mejor momento de dejar abandonado a Kerboga, y se retiro con todos sus
hombres.
Su retirada causo el pánico
generalizado entre las tropas sarracenas, que huyeron a la carrera hasta el
puente de Hierro acompañados de Kerboga y el emir de Homs, seguidos a corta
distancia por la caballería cruzada, que desistíos de saquear el abandonado
campamento otomano y prefirió perseguir a los fugitivos en retirada.
Mataron o hirieron a gran
cantidad de enemigos, mientras los campesinos cristianos de la zona se encargaban
de rematar a los heridos.Mientras, Kerboga se dirigía a Mosul con el resto de su
ejército, con su prestigio y su poder arruinado.
Ahmad ibn Marwan, el comandante
otomano que ocupaba la ciudadela de Antioquia decidió rendirse. Raimundo envió
a sus 200 hombres encabezados por sus estandartes, pero el comandante turco se
negó a abrirle las puertas, ya que tenía un pacto secreto con Bohemundo por el
cual solo a el sería entregada la fortaleza.
Así fue, solo se abrieron las puertas
de la ciudadela cuando Bohemundo apareció en persona. La guarnición turca de la
ciudadela pudo marchar tras dejar sus armas, y Ahmad ibn Marwan prefirió
convertirse al cristianismo y pasar a formar parte del ejercito cruzado.
La espectacular victoria cruzada
aseguraba la posesión de Antioquia, pero no aseguraba quien la iba a gobernar.
Según los tratados que los líderes cruzados habían firmado con el emperador Alejo,
la ciudad volveria al imperio bizantino.
Pero el emperador Alejo no tenia ningún
representante en Antioquia, y Bohemundo reclamo la ciudad para sí. El había
capturado la ciudad, habiaganado la batalla posterior y había capturado la ciudadela,
así que la mayoría de los líderes no tuvieron inconveniente en cederle la
ciudad.
Solo Raimundo, celoso de los
éxitos de Bohemundo y deseoso de seguir en buenas relaciones con el emperador Alejo,
se opuso a las pretensiones del noble tarentino.
(Continuara…)
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