viernes, 14 de agosto de 2015

Zenobia, reina de Palmira (3ª parte)



Viene de aquí:

 Principales deidades de Palmira : De izq. a dcha.,Aglibol (dios de la luna ),Beelshamen (Dios supremo ) y Malakbel (dios del sol )


  Aureliano tomo Antioquia prácticamente  sin oposición. Al observar que la mayoría de la población había huido temerosa de la venganza romana, emitió varios edictos en los que garantizaba que no tomaría venganza sobre la población civil de Antioquia, ya que habían sido obligados a someterse a la reina Zenobia.


  Con la garantía imperial, los ciudadanos regresaron a la ciudad, probando que la política de clemencia  con los rebeldes que Aureliano estaba llevando a cabo estaba dando muy buenos frutos.Ganandose a la población del medio oriente, se estaba asegurando un rápido avance a través del territorio enemigo.


  Pero aun quedaba derrotar al grueso del ejercito de Zenobia, ya que el emperador sospechaba que el contingente derrotado en Antioquia no era más que la vanguardia, y que el resto del ejercito se ocultaba en algún lugar al sur del rio Orontes.


  Tras la derrota y la huida del general Zabdas, Zenobia había decidió tomar personalmente el mando de su ejercito, y decidió enfrentarse a cara a cara con el ejército romano a las afueras de la ciudad de Emesa (actual Homs).Con las montañas del Líbano al oeste y las desérticas llanuras de Siria al este, Emesa se encontraba en la ruta caravanera que iba desde Antioquia a Palmira. Sin duda, Aureliano tomaría ese camino.


  Zenobia disponía aun de unos 70.000 guerreros, la mayoría de caballeria.Su caballería pesada, los clibanarios y catafractos,se complementaban a la perfección con enormes grupos de caballería ligera arabe,excelentes arqueros reclutados de las diferentes tribus árabes de Siria, más acostumbrados al bandidaje y la escaramuza que a una batalla en campo abierto.


  Junto a ellos había unos pocos miles de infantes, utilizados para ocupar puntos defensivos y de enlaces entre contingentes de caballeria.Reclutados entre la población civil  de la zona  de Siria, no eran excesivamente confiables para una batalla en campo abierto contra las legiones romanas.



  El emperador Aureliano llevo a Emesa lo mejor de su ejército; sus legiones estaban compuestas mayoritariamente de veteranos contingentes de Moesia y Panonia, legionarios de origen celta y germano llegados desde las guarniciones romanas de Noricum y Raetia (Austria y sur de Alemania, aprox.), caballería de Dalmacia y Mauritania ,y contingentes de auxiliares reclutados en Mesopotamia, Palestina, Fenicia y Capadocia.


 A la llegada de las tropas romanas al campo de batalla, la reina Zenobia decidió no esperar y ordeno un ataque general, tratando de tomar al ejercito romano por sorpresa y sin dar tiempo a que Aureliano pudiera desplegar sus tropas adecuadamente.

 "Zenobia arengando a sus soldados",obra de Giovanni Battista Tiepolo.


  La caballería ligera árabe fue la primera en tomar contacto con las legiones romanas, lanzando jabalinas y flechas. Detrás de ellos llegaron las catafractos y clibanarios, tratando de encontrar un hueco entre las apretadas filas romanas.


  Temiendo ser flanqueado, Aureliano opto por repetir la misma táctica que tan bien le había funcionado en Antioquia. Ordenó a su caballería que se retirara ante la caballería árabe mientras desplegaba a su infantería. Era una maniobra muy complicada, que necesitaba de una disciplina y una sangre fría considerables.


  Con la caballería  árabe pisando los talones de la caballería romana, lo que debía haber sido una retirada ordenada se convirtió en una huida descontrolada. La caballería romana rompió su formación y huyo.


  Viendo la victoria al alcance de la mano, Zenobia ordenó a los clibanarios azuzar a sus caballos y lanzarse sobre la caballería romana, a la que prácticamente exterminaron con sus hachas y lanzas.La mayor parte de los clibanarios y catafractos desmontaron de sus caballos para saquear los cadáveres romanos, sin obedecer las órdenes de sus oficiales.


  Pero entre el polvo del campo de batalla aparecieron las legiones perfectamente formadas, que cargaron sobre los incautos y descabalgados árabes, que seguían pensando que la batalla había terminado. Fueron presa fácil para las cohortes romanas, que metódicamente iban rodeando a grupos de clibanarios y catafractos a pie que apenas podían moverse por el peso de sus protecciones.


  Los auxiliares palestinos del ejército de Aureliano se destacaron grandemente en la labor, ya que usaban unas largas cachiporras tachonadas de largos clavos de hierro, con las que a palos convirtieron a  los clibanarios en una masa informe dentro de sus armaduras de escamas de hierro.


  Al ver lo ocurrido, Zenobia y sus generales dieron la vuelta a sus caballos y se dirigieron al galope hacia Palmira, abandonando la ciudad de Emesa y el considerable tesoro que allí se encontraba en las manos del victorioso emperador.


  Aureliano fue recibido con gran alegría por los ciudadanos de Emesa, que insistieron en agasajar  al emperador y sus soldados para que permanecieran en la ciudad una larga temporada,seguramente preocupadas ante la posibilidad de un retorno del ejercito de Palmira.


  Pero Aureliano se mantuvo en Emesa el tiempo justo para descansar sus hombres y caballos, Muy pronto, el ejercito se puso en marcha directamente en dirección a Palmira. 

  En el camino fue atacado en varias ocasiones por bandas de nómadas árabes, furiosos por su derrota en Emesa.Habia mas de 200 kilómetros entre Emesa y Palmira, y la mayor dificultad de Aureliano fue la de conseguir provisiones y agua para el camino. Para ello, consiguió la ayuda de varias tribus árabes,como la de los tanukh, los salih y los lajmidas, ancestrales enemigos de los gobernantes de Palmira.


  Cuando el emperador llego a la vista de Palmira se detuvo varios días para valorar detenidamente las defensas de la ciudad.

 Plano de Palmira.


  Palmira estaba defendida por dos murallas concéntricas .La muralla exterior cubría una gran zona pero era de poca altura, y seguramente fuera utilizada simplemente para delimitar los límites de la ciudad, incluyendo sus campos de labor y huertos.

 El muro exterior.


  La muralla interior, denomida hoy en día “el muro de Zenobia”, rodeaba el palacio real y los principales edificios públicos, administrativos, religiosos y culturales de la ciudad. Esta muralla era mucho más poderosa que la otra, y estaba construida  de altos muros de piedra reforzados por torres y bastiones.


  Caminando alrededor de la muralla, Aureliano buscaba un punto débil por el cual pudiera comenzar su asalto a la ciudad. Palmira disponía de gran cantidad de alimentos con los que soportar un largo asedio y de varios manantiales, mientras que los romanos se enfrentaban a un panorama de hambre y enfermedades si el asedio se alargaba.

 Muralla interior,el "muro de Zenobia".

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