Viene de aquí:
La tarde del 8 de noviembre
Hitler había difundido el rumor de que se iba a encontrar en un mitin del NSDAP en Lowenbraukeller, una
cervecería situada en el centro de Munich, para tratar de desviar la atención de
la policía y cualquier oponente político que tratase de obstaculizar sus
planes.
Hitler se reunió con su grupo de
confianza en la redacción del periódico
del partido, Volkischer Beobachter, para decidir los movimientos de esa
noche.Puesto que el discurso de Gustav von Kahr esta previsto para las 8.30,
Hitler ordenó reunirse en el patio de la
cervecería media hora antes, para entrar en la cervecería justo a las 8:30. Telefónicamente
se convoca a los lideres del partido y de las SA para que reúnan sus
hombres en cuatro puntos determinados de
Múnich a las 7 de la tarde. Se comunica con los propietarios de tres imprentas,
indicando que deben mantener su maquinaria y trabajadores preparados para
imprimir gran cantidad de carteles durante la madrugada del día siguiente.
Entre las 7 y las 8 de la tarde
comienzan a congregarse en los puntos de reunión los hombres de las SA, que son
informados por sus líderes que en apenas hora y media participaran en un golpe
de estado contra el gobierno bávaro. Una vez reunidos todos los participantes, se
dirigen en cuatro columnas hasta las cercanías de la cervecería Burgerbraukeller.Alli les esperan Goering y cuatro camiones repletos de armas y
municiones.
Von Kahr había comenzado su
discurso unos minutos antes de la hora prevista, las 8:30.Unos minutos después,
los stosstrupp (la escolta armada del NSDAP) llega con Hitler y Goering a la
cervecería.Algunos de los policías que vigilaban el mitin piensan que son
tropas del ejército bávaro y deciden no intervenir. Los miembres de las SA que esperaban en las inmediaciones
comienzan a preparar las ametralladoras, unos en la calle y otros en el jardín
de la cervecería, cubriendo todas las salidas .Hitler, Goering y los stosstrupp
entran en la sala en donde se llevaba a cabo el mitin, y Hitler se dirige hacia
el escenario.Alli, un par de disparos al techo para tratar de sofocar el alboroto,
y Hitler anuncia que da comienzo la revolución nacional con el objetivo de tomar el poder en toda Alemania. Avisa que la sala de la cervecería está ocupada por
600 hombres armados y que si alguien intenta salir de allí había una ametralladora colocada en la entrada de la
cervecería.
Hitler lleva a los participantes
del mitin (von Kahr,von Lossow y Seisser ) hasta un cuarto aledaño al salón,
y les explica sus intenciones,el papel que cada uno de ellos tendría en el nuevo gobierno
y trata de conseguir su colaboración, ofreciendo el cargo de dictador de Baviera
a Ernst Phoner, el anterior jefe de policía despedido por sus simpatías nazis.
Quedan retenidos en la habitación y vigilados por un par de stosstrupp armados.
A las 9, Hitler comunica
telefónicamente con los lideres de las agrupaciones paramilitares de las cercanías
de Múnich y le invita a abrir un sobre que les había sido entregado el día
anterior .En los sobres se indica que sus grupos deben ser movilizados
inmediatamente y enviados a tomar los cuarteles del ejército y la policía bávara
de Múnich.
A esa hora,Philipp Kiefer, uno de
los policías bávaros encargados de vigilar el mitin, consigue escabullirse de
la cervecería y llega al cuartel de policía
mas cercano, donde informa de lo que está ocurriendo en al cervecería. Desde allí,
se llama al cuartel general de la policía bavara, en la Etttrasse, que envía
varias unidades policiales a proteger las estaciones de telégrafo y teléfono de
Múnich.
Dado que el jefe del ejercito, von Lossow,se encuentra en la cerceveceria y se sospecha que pueda ser uno de los
cabecillas del golpe, se opta por llamar al segundo al mando del ejército bávaro,
el general von Donner, un oficial abiertamente monárquico que odia a los nazis.
General Von Donner.
A las 9 y media aparece en la cervecería
el general Ludendorff, vestido con un traje de tweed, con el que habia podido
despistar a los agentes de policía que solían vigilar su domicilio.
Mientras, en la ciudad de Múnich
los miembros de las SA desataban un reino de terror.La residencia del dirigente
socialdemócrata Erhard Auer fue asaltada y saqueada, la práctica totalidad de
los ministros del gobierno bavaro fueron detenidos y mantenidos como rehenes y cientos de izquierdistas y judios fueron acosados y perseguidos.
Ernst Rohm y 2.000 miembros de las SA y otras organizaciones paramilitares de la extrema derecha bávara habían
salido de la cervecería Lowenbraukeller y se habían dirigido hacia el Cuartel General del Ministerio de Defensa del distrito militar bavaro, que tomaron sin realizar un solo disparo. Pero
entre el entusiasmo de los conspiradores, ninguno se percató de la existencia en
los sótanos del edificio de la centralita de teléfonos y
telégrafos.Rapidamente,algunos de los oficiales leales a la republica que no se
habían unido al golpe comenzaron a llamar a cuarteles y comisarías de policía
y centros de comunicaciones de toda Baviera, para indicarles lo que había
ocurrido y que Rohm estaba al mando de los conspiradores y no debían fiarse de él.
Otro grupo de conspiradores que tuvo relativo éxito y logro
tomar su objetivo fue un grupo de seis soldados de caballería liderado por Gerhard Rossbach.Rosbach,un veterano de la 1 guerra mundial, al término de esta se habia unido a los Freikorps y había
combatido en Polonia contra los invasores soviéticos en 1919,en el Báltico
contra los lituanos y los soviéticos también en 1919,habia participado en el
intento de golpe de estado de Kapp en 1920 y luego había luchado contra los revolucionarios
comunistas en Oberschlesien en 1921.
Había sido encarcelado durante
siete meses en Munich,acusado de actividades antigubernamentales, y a la salida
de prisión su amplia experiencia militar y sus amistades entre los altos mandos del ejercito bavaro le habían servido para obtener un puesto
como instructor de combate en la Academia de infantería.
Rossbach tenía el encargo de
convencer a los cadetes de infantería y unirlos a su grupo. A su llegada a la Academia,Rossbach puso bajo arresto al director de la academia, general Von Tieschow y a sus oficiales,que quedaron confinados en sus cuartos, mientras más
de 400 cadetes se unen a los
conspiradores,dirigiéndose a pie hacia la
cervecería Burgerbraukeller.
Otro grupo de conspiradores, 200 aprox. se dirigió al
cuartel del 19º regimiento de infantería, y exigieron la entrega de las armas de
los arsenales de la unidad a los oficiales
de servicio.Estos, que ya habian oído rumores de lo que estaba ocurriendo, cerraron
las puertas del cuartel y se negaron a entregar las armas. Los conspiradores
abandonaron el lugar, sin haber obtenido ninguna de las armas que esperaban. Es
el primer fracaso del golpe.
Otro grupo de 400 conspiradores se desplazó a los cuarteles
del 2º batallón de ingenieros de Bavaria, donde el capitán Oskar Cantlzer
se negó a entregar las armas. El capitán Cantzler propuso entonces a los conspiradores entregarles unas
cuantas armas, pero solo para utilizarlas en la galería de tiro, nunca para
sacarlas del cuartel. Tras un largo tira y afloja, los conspiradores aceptaron el
trato, y entraron en la galería de tiro para que les fueran entregadas las
armas.Entonces, el capitán Cantlzer ordenó a sus hombres cerrar las puertas de
la galería y colocar dos ametralladoras cubriendo las salidas.400 conspiradores
quedaron encerrado en la galería de tiro.
Mientras, a oídos de Hitler
habian llegado las noticias del fracaso de los conspiradores en los cuarteles de ingenieros
y del 19 de infantería. Decidio entonces abandonar momentáneamente la cervecería y
dirigirse al cuartel del 19º regimiento de infantería para tratar de solucionar
el problema y conseguir las armas.
Hitler decidio dejar al mando en
la cervecería al general Ludendorff, con la orden de mantener cautivos a Von Kahr, Von Lossow y Seisser.Cuando Hitler partió ,Ludendorff,cada vez más impaciente
y deseoso de recuperar su cargo al frente del ejercito,conversó con los cautivos,
que le convencieron que les dejara salir de la cervecería,jurando por su
honor de oficiales prusianos que en cuanto salieran de la cervecería se
dirigirían a tomar el mando de sus unidades,para respaldar por completo el
golpe.
Ludendorff creyó las palabras de los cautivos, y los dejó salir de la cervecería.Acababa de dar el golpe de
gracia al golpe de estado en el que estaba participando.
(Continuara…)
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