Viene de aquí:
A mediados del invierno del año
73-72 a.c., Mitridates decidió abandonar el asedio de Cicico.Tras repetidos
intentos de asalto por tierra y mar, las tropas pónticas habían sido rechazadas
por los defensores una y otra vez. La falta de alimentos, los rigores del
invierno y la presión de los legionarios
de Lúculo sobre la retaguardia de Mitridates obligaron al rey a tomar una decisión.
Una noche tomo a su escolta y
embarcó en uno de los barcos de su flota, dirgiendose a continuación al Helesponto.
La infantería de su ejército intento escapar la misma noche, tratando de evitar
las patrullas romanas en completo silencio. Pero cuando intentaban vadear el rio Granico, el sonido
del agua y el entrechocar de las armas
alertó a los centinelas romanos, que dieron la alarma. Lúculo envió a su caballeria en persecucion de los escapados.Ateridos de frio, hambrientos y agotados, poco pudieron
hacer para defenderse, Mas de 20.000 infantes del ejercito de Mitridates murieron, y cerca de
10.000 fueron apturados.El resto apenas pudo llegar a refugiarse en Lampsaco, de
donde fueron rescatados por los piratas aliados del rey.
Cuando Lúculo tuvo conocimiento
de la huida de Mitridates casi enloqueció de ira, y envió a sus tropas a exterminar
a las decenas de miles de civiles que aun permanecian, desarmados e indefensos,
en el campamento de Mitridates ante las murallas de Cicico.
Decenas de miles de esclavos,
miles de mujeres y niños, las familias de los soldados del ejercito de Mitridates
que habían seguido a sus esposos y padres fueron asesinados mientras los
frustrados legionarios saqueaban lo poco
que quedaba en el campamento.
Lúculo entró en Cicico entre las aclamaciones
de sus habitantes, que le colocaron la corona de laurel por su victoria. Desde
allí y tras unos días de descanso, puso a todas sus tropas a construir una
potente flota, aprovechando las excelentes instalaciones portuarias de Cicico.
Por su parte, Mitridates había
navegado hacia Nicomedia, dejando 50 de sus barcos y 10.000 soldados al mando
de Marco Vario, Alejandro de Paflagonia y Dionisio el eunuco, para tratar de bloquear
el estrecho del Helesponto y evitar la entrada en el mar Negro de la flota
romana.
Lúculo envió su flota en persecución
de la flota de Marco Vario, a la que diviso atracada en Lemnos,una pequeña isla
cercana a Lesbos. Incapaz de maniobrar en las poco profundas aguas cercanas a la isla,desembarcó a la infantería en el lado opuesto de la
isla.Mientras atacaba con su flota a los
barcos de Marco Vario, la infantería romana atacó por la retaguardia, en un movimiento
de pinza que atrapó a los hombres de Mitridates, que fueron rodeados y prácticamente exterminados.Solo unos pocos pudieron escapar e internarse en la isla.
Lúculo quería capturar vivos a
los generales de Mitridates, para trasladarlos a Roma y asi poder celebrar convenientemente el triunfo que sin
duda le concedería el senado. El senado romano premiaba con un triunfo si el general
al mando de las tropas romanas conseguía matar al menos a 5.000 enemigos en un
solo combate en tierra extranjera.
Cientos de miles de civiles romanos se
congregaban en las calles de Roma para observar a los derrotados jefes
barbaros y sus familias, cargados de cadenas y vistiendo sus ropajes raidos y deshilachados.
Junto a ellos desfilaban los carros
cargados con los tesoros expoliados a los derrotados, y cientos de cautivos de
menor rango.
Al término el desfile, los
cautivos eran enviados a prisión, o vendidos como esclavos, o estrangulados ante
la estatua de Marte Vengador , el dios romano de la guerra y la venganza.
Ruinas del Templo de Mars Ultor ,Marte Vengador,en Roma.
Los soldados de Lúculo descubrieron
a Marco Vario,Dioniso el eunuco y Alejandro de Paflagonia ocultos en una cueva.
Mitridates siempre surtía con bolsitas de veneno a sus oficiales de más alta graduación
para esa clase de emergencias.Dioniso el eunuco utilizo su veneno y murió instantanemante,
pero los otros dos fueron apresados con vida.
Lúculo ordenó cargar de cadenas a Alejandro
y mantenerlo con vida, pero ordenó ejecutar inmediatamente al general Vario, ya
que consideraba impropio y demasiado humillante para un senador romano el tener que desfilar como derrotado en un triunfo.
Lúculo envió a Voconius, uno de
sus mejores generales ,a Nicomedia, con el encargo de buscar y encontrar a Mitridates,
y capturarlo con vida. Y al mismo tiempo envió una misiva al senado romano,anunciando su victoria total por anticipado sobre el rey del Ponto .
Pero su confianza en Voconius fue
traicionada por este, que en vez de dirigirse
a Nicomedia, navegó hasta Samotracia, para iniciarse en el culto y los misterios
de los dioses Cabiros.
Ruinas del templo a los Dioses Cabiros,en Samotracia,(en donde se encontro la Victoria Alada)
Tras superar un par de
fuertes tormentas, que redujeron el tamaño de la flota del Ponto a la mitad, Mitridates consiguió llegar
a Heraclea del Ponto. Allí recibió el refuerzo de unos 60 barcos de la flota
del pirata Seleuco de Cilicia.Dejando en Heraclea una guarnición de 4.000 hombres
al mando del gálata Konnarix, Mitridates y su renovada flota zarparon hacia la
capital del reino, Sinope.
Desde Sinope, Mitridates se
dedicó a enviar emisarios (con las alforjas bien cargadas de oro) a todos
aquellos reyes y nobles que pudieran ayudarle; a su hijo Mazaares, virrey del reino
del Bósforo; a su yerno Tigranes, a sus aliados de Escitia, a las tribus de
Crimea, etc. A principios del año 71 a.c., marcha hacia Kabeira, para levantar
un nuevo ejercito desde allí.
Ni Mazares ni Tigranes
respondieron a la solicitud de ayuda de Mitridates. SI lo hicieron desde
Escitia y Armenia, con lo que en pocos días Mitridates ya disponía de 40.000 soldados
de infantería y 4.000 a caballo, que puso bajo mando del general Dorileo.
Mitridates envío un contingente
para defender Sinope, y colocó otros grupos más pequeños en la ruta hasta Kabeira, para tratar de anticipar y más tarde entorpecer la llegada de las
tropas de Lúculo, segurmaente a
principios de la primavera.
Pero Lúculo tenía otros problemas
mas acuciantes.Habia declarado antes de tiempo la victoria sobre Mitridates, y
cuando llego a Roma la noticia de la nueva amenaza del rey del Ponto, su
prestigio cayó en picado.
La caida en desgracia de Lúculo
fue ampliamente aprovechada ror su mayor rival, Pompeyo, que no solo había terminado
con el insurgente Sertorio en Hispania sino que además se había atribuido todo
el merito del fin de la revuelta de esclavos del tracio Espartaco, que había muerto en combate antes de ver a seis
mil de sus seguidores crucificados a lo largo
de la vía Apia.
Lúculo tenía serios problemas de disciplina
entre sus legionarios, enojados y desmoralizados por que se les había prohibido
ejercer el pillaje sobre las ciudades conquistadas.Ademas, su línea de aprovisionamiento
principal desde los puertos de Cilicia se veía constantemente atacada por los gálatas
.Y muchos de sus oficiales le incitaban a abandonar la guerra y volver a Roma.
Ante tanta dificultad, Luculo decidió atacar. Sabía que la única manera
de detener a Mitridates era terminar físicamente con él. Y decidió invadir el Ponto. Para resolver el problema de los gálatas atacando su ruta principal de suministro,
decidió contratar a 30.000 gálatas para que cada uno de ellos transportara sobre sus
hombros un saco de trigo, desde los puertos de Cilicia a través de Galacia y Bitinia hasta el reino del Ponto.
Comenzaba la
invasión del Ponto.
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