lunes, 9 de abril de 2018

Gurkhas, al servicio de su graciosa majestad (2ª parte)




Viene de aquí:


  Las cuatro columnas británicas partieron desde sus respectivos puntos de concentración  a finales del otoño de 1814,encontrandose con serias dificultades desde el principio de las operaciones.


  El ya anciano general Wood,al mando de la columna que había partido de Benarés con objetivo en el distrito fronterizo de Butwal, se empeñó en asaltar una empalizada de madera defendida por campesinos nepalíes y media docena de gurkhas  armados de palos y piedras.


  Tras la pérdida de varios soldados britanicos a  causa de las pedradas, el general Wood decidio entonces retirarse, justo cuando los campesinos habían decidido rendirse. Viendo la oportunidad que se abría ante ellos, los gurkas saltaron la empalizada y salieron en persecucion de  los britanicos, hostigándolos durante una decena de kilómetros.


  La columna del general Marley tampoco tuvo demasiado éxito.Habia salido de Dianpore en direccion a  la capital nepalí,Katmandu.Tras varios desafortunados  encuentros con los combativos gurkas, Marley decidió retirarse,dejando abandonados a los defensores hindues de un par de puestos defensivos en Samanpore y Persa.


  Un par de semanas después, a  finales de febrero de 1815, Marley recibió la noticia de que ambos puestos defensivos habían sido asaltados por los gurkas y sus guarniciones pasadas a cuchillo.Sintiendose responsable de la muerte de sus soldados, el general Marley  decidió desertar, saliendo una noche del campamento británico.


  El gobernador general de las Indias Orientales británicas en aquellos días, Sir Francis Rawdon Hastings,intento ocultar la deserción de su general incluyendole en la lista oficial de enfermos y lisiados del ejercito britanico.Pero unas cartas de varios oficiales británicos del la columna del general Marley llegaron a manos de  la prensa britanica, que aireó el escándalo.


  "Incapaz de soportar las molestias de la campaña, el mayor general Marley decidió súbita y extraordinariamente, abandonar el campamento “

 Gurkas,segun la prensa britanica de la epoca.


  No fue el unico oficial británico que desertó ante las dificultades de la campaña. Tampoco en el bando nepalí se libraron de las deserciones de altos mandos.


  Uno de ellos, un comandante llamado Bagat-sing se habia negado a atacar a una de las columnas britanicas alegando que las tropas enemigas superaban en un ratio de 10 a 1  a sus propias fuerzas.


  EL primer ministro nepalí Bhim Sen Thapa ordenó al  rebelde comandante dirigirse a Katmandu, donde tuvo que pasar por la humilllación de  presentarse ante la asamblea  local vestido con unas enaguas femeninas como castigo a su cobardía.


  En el oeste las cosas se desarrollaron de manera diferente. El general Gillespie y sus 4.000 soldados se internaron en el valle del rio Doon y consiguieron separar a las tropas del general Amarsing Thapa de sus lineas  de aprovisionamiento.Gillespie siguió avanzando hasta llegar a la zona de Kalunga,donde se encontraba la fortaleza de Nalapani (en realidad, unos pequeños edificios de adobe rodeados de una empalizada de madera) donde se encontraban 600 defensores (entre los que había mujeres y niños) liderados por el comandante Balbahadur Kunwar.

Kalunga,con la fortaleza de Nalapani a la izquierda.


  La fortaleza  en si se encontraba estrategicamente situada en una colina a unos 200 metros  por encima del valle del rio Doon.Los flancos de la fortaleza estaban protegidos por terreno rocoso y la jungla nepali, por lo que era muy complicado flanquearla. El acceso a la fortaleza también estaba obstaculizado por un arroyo que corría a través de un escarpado barranco frente a la entrada de la fortaleza.


  La noche del 29 de octubre de 1914, el general Gillespie envió una carta ofreciendo respetar la vida de los defensores si entregaban la fortaleza.Pero el comandante Kunwar  ni siquiera leyó la carta.


  Al amanecer del dia30, la artillería británica abria fuego sobre la empalizada, mientras la infantería se preparaba para el asalto.Gillespie, un impetuoso oficial, ordenó el ataque antes  de que la totalidad de sus tropas estuvieran en sus posiciones de salida.


  Los regimientos británicos e hindúes atacaron en total desorden, y el resultado fue el fracaso en el asalto y un gran numero de  bajas. Un segundo intento, esta vez con el contingente completo y liderado por el propio general Gillespie también terminó con la retirada de las tropas inglesas,incapaces de superar la empalizada defendida por los gurkas.


  Gillespie estaba furioso por el poco provecho que habían sacado los artilleros britanicos a sus cañones, ya que la empalizada era reparada  por los nepalíes en pocos minutos tas haber sufrido algún impacto.


  La noche del día 2 de noviembre, Gillespie ordenó avanzar la artillera pesada de la que disponía (seis cañones  y cuatro obuses ) hasta una posición situada a menos de 300 metros de la empalizada.


  Los nepalíes reconocieron el peligro que suponía la artilleria a tan corta distancia , y una docena de gurkas saltó la empalizada, se situó al flanco de la nueva posicion de artillería británica y comenzó a  disparar sobre ella  a eso de las 9 de la mañana, antes de que la artilleria hubiera podido realizar un solo disparo.


  Frustrado,Gillespie ordenó a una de las compañías de infantería cargar a la bayoneta para rechazar a los gurkas.El error critico de la batalla fue lo siguiente que determinó Gillespie. Impulsivo,ordenó a sus tropas perseguir a los gurkas que había desalojado  cargando a bayoneta calada , y  se retiraban hacia la fortaleza.


  Los principales encargados de la persecucion de  los gurkas fueron un centenar de dragones a pie del regimiento Royal Irish, considerados por Gillespie como tropas de choque.Pero cuando llegaron al pie de la empalizada, no tenían escalas con las que superarla. Los ingenieros  estaban construyéndolas protegidos por unas cabañas cercanas a la empalizada.


  Mientras esperaban la llegada de las escalas, los defensores, armados con arcos, piedras, viejos mosquetes y el legendario kukri, saltaron de nuevo la empalizada y cayeron sobre los britanicos.En pocos  minutos, 58 dragones habían sido heridos y una decena había muerto.El resto se retiro a toda velocidad.

 Ruinas de la fortaleza de Nalapani.


  En el caos, las cabañas y chozas cercanas en donde los soldados britanicos trataban de reagruparse se incendiaron,incendiando también las escalass que los ingenieros trataban de construir,terminando con toda esperanza británica de superar la empalizada.


  Gillespie estaba furioso, y  a las 10 de la mañana exigió la llegada de nuevos contingentes de refuerzo, afirmando que tomaría el mando del siguiente intento de asalto.


  A las 10 y media llegaron tres columnas de infantería del 53 regimiento de infanteria, y Gillespie tomó el mando, Un explorador había divisado una brecha en la empalizada en la parte noroeste, y hacia alli se dirigió el siguiente asalto britanico, favorecido por el intenso humo producto del incendio de las cabañas, que ocultaba  a los defensores los movimientos de las tropas británicas.


  Pero Balbahadur Kunwar sabía perfectamente que existía una brecha en el muro, y había colocado un pequeño cañón y una barricada de piedras para protegerla.


  Gillespie ordenó una descarga de artilleria sobre la barricada, que destruyó el cañon nepalí y abrió brecha. A continuacion, envió un pequeño grupo de asalto para apoderarse de la entrada. Pero un nuevo contraataque de los defensores nepalíes volvió a rechazar a los infantes británicos, y amenazaban con tomar la posicion artillera britanica.Gillespie se puso a la cabeza de su reserva,soldados hindúes del 13º regimiento de  infantería nativa, y se lanzo sobre los defensores,entre un intensísimo fuego de mosquete y con la metralla de la artilleria volando sobre sus cabezas.


  A las 11:15, un francotirador gurkha localizaba a  Gillespie mientras enarbolaba su espada frenéticamente, y disparó.Gillespie recibió el impacto del proyectil en el pecho, atravesando la coraza ,muriendo en el acto.


  Tras la muerte del general Gillespie,.su segundo al mando, el coronel Sebright Mawbey, asumió el mando de todas las tropas británicas en la zona de Kalunga.Su primera orden fue cesar con los intentos de asalto  a la fortaleza, y plantear un asedio clásico,acabar tomando al fortaleza privando a  los defensores de alimento y agua.


  Tras dos meses de asedio , solo quedaban con vida 68 guerreros gurkas, además de decenas de mujeres y niños,que pudieron abandonaron la  fortaleza con la promesa británica de respetar sus vidas, a cambio de la entrega del cadaver del general Gillespie, que fue introducido en un barril de alcohol hasta que pudo ser trasportado a Meerut, donde fue enterrado.


  El 30 de noviembre,Balbahadur Kunwar  y los guerreros gurkas supervivientes salieron de la fortaleza y lograron abrirse camino entre las tropas britanicas,perdiendose a continuación entre la espesa jungla.Cuando los británicos lograron acceder a las ruinas de la fortaleza de Nalapani, solo encontraron muertos.Retiraron de allí a los suyos, y abandonaron el lugar, que ya no tenia ninguna importancia estratégica.

 Balbahadur Kunwar,heroe de la resistencia nepalí.


  Balbahadur había perdido 520 gurkas (además de docenas de mujeres y niños), y los británicos dejaron allí a 31 oficiales y 750 soldados.


  En la colina de Kalunga, cerca de las ruinas de la fortaleza de Nalapini se construyeron dos obeliscos blancos, uno en honor a Gillespie y los británicos que cayeron allí, y otro obelisco dedicado  sus valerosos enemigos.


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