lunes, 27 de marzo de 2017

859 - 862 : Vikingos ; Hispania e Italia (3ª parte )



Viene de aquí:


   “En ese momento los piratas del norte llegaron de nuevo a  nuestras costas. Se esparcieron por toda España,asolando sus costas a sangre y fuego.De allí cruzando el mar, invadieron la ciudad de Naacor (Nakur) y asesinaron a una multitud de caldeos (musulmanes).Después se dirigieron hacia las islas de Mallorca y Menorca y las despoblaron. A continuación viajaron a  Italia y Grecia y finalmente regresaron a sus tierras tres años después.”


Crónicas asturianas,Cronica de Alfonso III




(Texto original en latin, pag. 132)


  Tras arrasar Nakur durante 8 dias, un ejercito combinado de tribus bereberes expulsó a los vikingos de Hastein y Bjork  del norte de Africa.La flota vikinga regresó a la peninsula ibérica,asaltando la costa de Levante (saqueando Orihuela) y las islas Baleares.Desde allí se dirigieron a la costa sur de Francia saqueando Narbona e instalandoo su tradicional campamento para pasar el invierno en la Camarga, cerca del delta del rio Ródano.


  Parece que su  intención era continuar la expedición por el Mediterráneo atacando los enclaves musulmanes en el sur de Italia, centros de la trata de esclavos del Magreb que piratas musulmanes atrapaban en el norte de África (africanos de religión cristiana) ,que dspues trasladaban al sur de Italia y allí se vendían  a sitios tan lejanos como Alejandría y Bagdad.Había nidos de piratas en Creta, Tarso , Trípoli,etc, y en la mayoria de puertos de lo que hoy es el Libano.

  En la primavera,Hastein y Bjork remontaron el Ródano y saquearon Nimes,Arles y Valence.Desistieron de  avanzar hacia el interior y eligieron zarpar hacia Italia, con la intencion de saquear Roma.


  La narracion del monje normando Dudo de san Quintín afirma que la flota de Hastein y Bjork arribó al puerto de Luni, en la costa italiana de Liguria,creyendo que habían llegado a Roma.




( Historia de los hombres del norte, Dudo de san Quintin, pag. 18 y siguientes )

 Representacion de  la ciudad de Luni en los siglos IX-X.


  Luni había sido un importante puerto en la época del imperio romano.Desde allí se exportaba el famoso mármol de Carrara a todo el imperio, pero en el siglo IX  apenas era una pequeña ciudad de provincias.


  Al ver la ciudad que ellos creían ser Roma, los vikingos sospecharon de un engaño. Pensaban que un poderoso ejercito italiano esperaba en las cercanías, para lanzarse al ataque cuando los vikingos se encontrasen superando las murallas de la ciudad. Temían ser atrapados entre dos fuegos, y Hastein decidió utilizar otro método para tomar la ciudad.


  Varios mensajeros vikingos parlamentaron con el gobernador de Lumi, afirmando que eran simples colonos procedentes de Dacia que buscaban provisiones y refugio para su enfermo líder.


  Tras varios días de espera, los emisarios  vikingos volvieron a parlamentar con las autoridades de Luni, jurando que su jefe estaba a punto de morir  y pidiendo permiso para acceder a la ciudad para ser redimido en la fuente bautismal de la Catedral, y así convertirse en cristiano y morir en gracia de dios.


  El obispo de Luni estaba encantado con tener otra alma para su rebaño, y convenció a las reacias  autoridades locales para que accedieran a  la peticion, y la ceremonia del bautismo de Hastein se llevó a buen puerto.

 Un par de días después, los emisarios vikingos anunciaban al obispo la muerte de su jefe, y su último deseo de ser enterrado como un cristiano, dentro de los muros del monasterio de la ciudad. El obispo de nuevo accedió a la peticion, y al atardecer, un numeroso grupo de  vikingos aparentemente compungidos entró en la ciudad en procesión, siguiendo el ataúd en el que supuestamente se encontraba  el cadaver de su jefe.


  El ataúd fue llevado al monasterio, en donde se celebró un solemne funeral, con la asistencia de las más importantes autoridades de la ciudad y una multitud de civiles, todos desarmados.


  Los vikingos esperaron pacientemente al fin de la ceremonia,mientras se colocaban estratégicamente  cercanos a las puertas. Cuando el presunto cadáver iba a ser colocado en la tierra,Hastein salto del ataúd con su espada en la mano y asesinó al obispo,continuando después con los clérigos desarmados. Mientras, sus hombres bloqueaban las puertas para que nadie pudiera escapar.Entonces, los vikingos asesinaros a todos los desarmados cristianos.

  Tras terminar la matanza en el monasterio, un grupo de vikingos se dirigieron a abrir las puertas de la ciudad, para que entrara el resto de sus compañeros. La matanza de hombres adultos continúo durante todo el dia, mientras mujeres y niños eran atrapados y trasladados a los barcos.


  Cuando Hastein y Bjork se dieron cuenta que no habían saqueado la más famosa de las ciudades, decidieron vengarse arrasando la región. Navegaron rio Arno arriba y saquearon Pisa y Fiesole, cerca de Florencia.


  Después, la flota de Hastein y Bjork desapareció durante un año.Fuentes árabes e hispanas afirman que la flota llego hasta Grecia y Alejandria.


  La flota vikinga reapareció en el año 861, en el estrecho de Gibraltar, de regreso al norte. El estrecho tiene solo unos 14 kilómetros de anchura, asi que la posibilidad  de que la flota vikinga pasara sin ser detectada por los moros era muy escasa.


  Y asi fue, una poderosa flota  andalusí estaba esperando, y de los 45 buques vikingos que habían intentado superar el estrecho, solo una veintena  lo lograron.

  Seguramente los vikingos desconocían la fuerza de la corriente que entra en el Mediterráneo desde el Atlántico, y la lentitud  de sus barcos luchando contra la fuerte corriente favoreció  a los barcos andalusíes, mas ligeros y manejables, y perfectos conocedores del estrecho de  Gibraltar y sus corrientes.


  (Durante la 2 guerra mundial, mas de 60 submarinos alemanes había podido acceder al Mediterráneo sin ser detectados, simplemente aprovechando la fuerte corriente, con sus motores apagados).


  Hastein y Bjork y sus 20 barcos restantes continuaron hacia el norte,y antes de abandonar aguas españolas atacaron el pequeño reino de Navarra. En un espectacular golpe de mano atraparon al rey García Iñiguez I, por el que exigieron (y lograron) un rescate de 70.000 dinares de oro (unos 300 kilos de oro).


  Los supervivientes de la expedición de Hastein y Bjork volvieron a sus hogares muy ricos,pero eran ya muy pocos, apenas la tercera parte  de los que salieron de sus bases en el rio Loira solo tres años antes.


  Aun hubo un par más de incursiones vikingas sobre costas ibéricas. En el año 968, una flota de un centenar de buques comandados por un tal Gunderedo atacaron objetivos por la costa gallega , amenazando seriamente Santiago de Compostela.


  El contingente cristiano liderado por el obispo de Santiago se enfrentó al ejército invasor en un lugar indeterminado en la zona de Fornelos. El obispo murió a causa de un flechazo, y sus tropas se retiraron. Los vikingos pasaron entonces tres años de saqueos prácticamente sin oposición.


  La cuarta oleada de vikingos llego en el año 1008 , bajo el mando de un antiguo cruzado en Tierra Santa y futuro rey de Noruega, Olav Haraldson.El ataque se concentró en el sudoeste de Galicia, y los vikingos remontaron el rio Miño hasta la localidad de Tuy, que incendiaron y destruyeron por completo.Capturaron al obispo de Tuy don Alfonso y a otros nobles de la zona, y tras serle entregado el rescate, volvieron a sus tierras cargados de riquezas.


  Pero ,en realidad, las incursiones vikingas en la península ibérica no tuvieron el impacto que habían tenido en otros sitios ( Francia,Inglaterra,etc ).Sus ataques siempre fueron muy sangrientos y destructivos,pero moros y cristianos lograron contenerlos en las costas y evitaron que penetraran más hacia el interior, hacia las más ricas ciudades ( Cordoba,Toledo,etc ).


 Y ,al contrario que en sus andanzas en Francia o Inglaterra, los vikingos no pudieron alterar el equilibrio  de poder politico, sin influir tampoco en la cultura o las costumbres locales.




Northmen, the Viking Saga  - John Haywood

Vikings in the south, Voyages to Iberia and the Mediterranean – Ann Christy

The Vikings, a history – Robert Ferguson

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