viernes, 17 de septiembre de 2021

Heraclio, azote de Persia ( 23ª parte )

 

Dumat Al Jandal.

Viene de aquí:

  Conocedor de la importancia de la ciudad de Dumat Al Jandal como nudo de comunicaciones y de comercio con Medina, Kalid se dirigió hacia el sur para colaborar en el asedio.

  Kalid reconoció que su lugarteniente Iyad había actuado correctamente, ya que un asalto frontal sobre la ciudad habría resultado muy costoso debido a la fortaleza de la guarnición.

  Así, al llegar al asedio, Kalid distribuyo las tropas que tenia para  cercar la ciudad por completo (algo que Iyad no había hecho, nadie sabe por que), pero coloco su campamento lejos de las murallas,para incitar a los defensores a probar otra salida.

 La ciudad se defendía bien, tenia pozos de agua en su interior y los almacenes contaban con una buena cantidad de provisiones para aguantar el asedio durante algunos meses.Pero el comandante de la guarnicion,un árabe cristiano llamado Judi Ben Rabi cada vez estaba más frustrado por la inactividad, y decidió intentar una salida.

  Es posible que en vez de una salida de los defensores se produjera una batalla campal entre la guarnición y el ejercito de Kalid.Y el resultado fue que la guarnición sufrió gran cantidad de bajas, algo que debilitó las defensas y daño fuertemente la moral de los defensores.

  La ciudad continúo resistiendo el asedio, pero a finales del año 633 la ciudad se rendía, y las tropas musulmanas decapitaban a todos los integrantes de la guarnición que aun quedaban con vida.

  Con las comunicaciones con Medina aseguradas, Kalid reagrupo sus tropas con las de Iyad y se dirigió de nuevo hacia el norte, hacía Al Hira, adonde llego a finales de septiembre del año 633.

  En Al Hira escucho rumores de una gran fuerza reunida por el general persa Bahman, compuesta de los supervivientes de la batalla de Ullasi, varias guarniciones sasánidas y un gran número de árabes cristianos.

  Kalid dejo una pequeña guarnición en Al Hira al mando de Iyad y marcho hacía Ayn Al Tamur, donde reunió un ejercito de unos 15.000 hombres.

  Dividió  las tropas en tres columnas, enviando dos de ellas hacia Husaid y Khanafis, en donde se concentraban las tropas sasanidas.Decidió mantener la tercera columna consigo,para hacer frente a cualquier contraataque que las tribus árabe-cristianas pudieran organizar.

  Pero la division de las fuerzas  de Kalid no pudo evitar que diversos contingentes sasánidas pudieran unirse con las tribus árabes en Muzayyah.

  La situación era muy peligrosa para Kalid, que decidió arriesgar todo en un  ataque nocturno sobre el campamento persa-arabe.Con gran habilidad y también mucha suerte, los tres contingentes de Kalid pudieron converger al mismo tiempo a pocos kilómetros  de Muzayyah, sin ser descubiertos por los vigías enemigos.

  Lo que siguió se denomina la batalla de Muzayyah, pero no fue tal batalla, sino otra masacre cuando el campamento persa-arabe fue rodeado y asaltado.

Casco sasanida de finales del siglo VII.
  

  Los supervivientes huyeron hacia Zumail con la caballería de Kalid en su persecucion.A mediados de noviembre de 633, los supervivientes persa-árabes eran de nuevo rodeados y exterminados, de nuevo en un ataque nocturno sobre su campamento.

  Kalid marcho hacía el norte para atacar lo que se consideraba la ultima guarnición sasánida que quedaba en las márgenes del Éufrates, en Firaz, a finales  de 633 o principios de enero de 634.

  Firaz se encontraba en la frontera bizantino-persa, y los puestos de avanzada de ambos imperios estaban tan cerca uno de  otro que parece que un pequeño contingente bizantino se unió al ejercito sasánida para enfrentarse a las tropas de Kalid, aunque no parece lógico que los bizantinos se involucraran  en lo que era una incursión musulmana sobre territorio persa.

Campaña de Kalid en Mesopotamia.
  

  Quizás el contingente bizantino se tratara solo de un grupo de  exploradores enviado a valorar las tácticas, el armamento y la moral de los invasores musulmanes, en vez de tratar de involucrarse en un combate.

  El quid de la batalla parece haber sido la necesidad de la coalición sasánida-bizantina de cruzar el puente sobre el Éufrates para enfrentar a las tropas musulmanas que se acercaban.

  Kalid dejo que su enemigo cruzara el puente, luego fijo a la infantería del enemigo con la suya, empujándola contra la orilla para que no pudiera maniobrar, y luego ataco los flancos del enemigo con su caballería.

  El momento decisivo llegó cuando los musulmanes capturaron el puente. Atacados desde todos los lados, las fuerzas de la coalición persa-arabe se rompieron, y al encontrar el puente, su principal ruta de escape bloqueada,muchos se lanzaron al rio en un vano intento de escapar a la muerte.

  Mientras la batalla se desarrollaba aun indecisa, Kalid habia prometido que ,si Alá le concedía la victoria, realizaría el Hajj, la peregrinación a la Meca.

Hajj, el "camino del peregrino".
  

  Así, tras lograr la victoria, Kalid se apodero de Firaz, puso al mando del ejercito a Iyad y lo envió de regreso a Al Hira y se dirigió hacia el sur, acompañando de un pequeño sequito, para cumplir su promesa.

  Mientras Kalid combatía en lo que hoy es Irak contra lo que quedaba del imperio sasánida, otros contingentes musulmanes se habían preparado para enfrentarse a la otra potencia imperial de oriente medio, el imperio bizantino.

  Con el plan de  Mahoma de unir a todos los árabes bajo los estandartes del islam, la presencia de tribus semitas en Siria y Palestina se había convertido en objetivos para los musulmanes prácticamente desde los primeros días.

  Pero, aparte del nacionalismo étnico (unir a todos los a abes) había otros incentivos.Jerusalen, centro del judaísmo y el cristianismo, era también la fuente de las raíces abrahamicas del islam y de la sociedad árabe.

  Así, Jerusalén era venerado por los musulmanes por su conexión con los profetas Abraham, Salomón y Jesucristo, y la ciudad  no tardaría en ser también reconocida como el sitio donde se había producido el Miraj, el “milagroso ascenso nocturno del profeta Mahoma”.


 

  Palestina también tenía conexiones comerciales con todo el mundo árabe, y el mismo profeta Mahoma había reconocido los beneficios potenciales de una relación comercial con los puntos comerciales bizantinos instalados en Tierra Santa.

  Al igual que Kalid en Irak, aprovechándose de la debilidad del imperio sasánida y las guerras civiles por el trono persa, también el islam iba a aprovecharse de la destrucción causada en Siria y Palestina tras la guerra persa-bizantina.

  Había evidencias  que el emperador Heraclio estaba intentando  resucitar la antigua alianza entre Bizancio y las tribus  gasanidas, algo que seguramente habai preocupado a Mahoma y seguia preocupando a sus sucesores, ya que un fuerte sistema tribal árabe apoyado por el ejército bizantino podía representar una muy seria amenaza para la rápida expansión del  recién nacido estado musulmán.

Palestina bizantina.

 

(Continuara…)

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