jueves, 28 de octubre de 2021

1945: Texel, la última batalla (9ª parte)

 

Sonderverband Bergmann.

 Viene de aquí:

  La conducta de los integrantes del batallón Bergmann salió  a la luz pública algunos años después de terminada la 2ª guerra mundial.

  En 1959, el gobierno de la republica “democrática” alemana lanzo una campaña de desprestigio contra el gobierno de Adenauer centrada en la figura de Theodor Oberlander, que había sido nombrado ministro del gobierno federal para los refugiados seis años antes.

  

  El “Comité para la unificación alemana”, una organización basada en el Berlín oriental ,publico un libro blanco para informar de la participación de Oberlander  en la guerra.

  Aunque las evidencias presentadas por los comunistas de Alemania oriental no fueron tomadas excesivamente en serio, Oberlander se vio obligado a dimitir, ya que buena parte del libro blanco contaba la historia del batallón Bergman, con Oberlander al mando.

  Según los testimonios que aparecían en el libro, la mayoría de presuntos ciudadanos sovieticos, Oberlander había sido un comandante particularmente brutal.Uno de los testimonios afirmaba que, cuando algunos de los prisioneros soviéticos que formaban parte del batallón Bergman habían formado una célula clandestina para realizar sabotajes en objetivos alemanes, Oberlander había ordenado su detención y ejecucion, y 7 prisioneros habían sido fusilados ( una práctica común  en la mayoría de los ejercitos en tiempo de guerra).

  Otro testimonio afirmaba que la unidad Bergman de Oberlander no combatía a las tropas sovieticas, sino que era empleado como batallón de castigo para encontrar y liquidar patriotas soviéticos que se habían unido a los partisanos y operaban en las montañas.

Theodor Oberlander en 1943.
  

  Según el libro blanco, el batallón al completo se había dedicado a la guerra anti partisana desde octubre de 1942 en adelante, e insistía en que Oberlander estaba al mando de la unidad.

  Mas allá de la reputación de Oberlander, el batallón Bergman obtuvo un éxito notable al principio, sobre todo en el terreno de la propaganda. Como resultado de las actividades propagandísticas de la unidad, las fuerzas soviéticas en el Caucaso sufrían una gran cantidad de deserciones Por ejemplo, mas de 2.000 hombres de la 329 division de fusileros del ejército rojo, una unidad formada por rusos y georgianos ,desertaron y se pasaron a las filas germanas en septiembre de 1942.Pero no todos los georgianos que deseaban desertar del ejercito rojo lo conseguian.  En agosto de 1942, 80 georgianos que pertenecían a la 394 division de  fusileros fueron atrapados en el momento en que iban a desertar, torturados y ejecutados por unidades de la NKVD.

Propaganda alemana para los pueblos del Caucaso.
  

  Los bien entrenados soldados del batallón Bergman también probaron su valía en el frente como saboteadores, volando puentes y vías férreas del enemigo, aunque su bravura les costaba gran cantidad de bajas.

  Su destacado desarrollo militar era tan alto que el 1er ejercito Panzer, del que dependía la unidad, permitiera que el batallón Bergman pudiera reclutar otras cuatro compañías de voluntarios a finales de 1942.

  

  Pero la ruta hacia el Cáucaso se corto bruscamente para los alemanes, dejando Georgia en manos soviéticas, y, lo que era mucho más importante para el Reich, dejando el petróleo de Bakú fuera de su alcance. Los soldados del batallón Bergman nunca tuvieron la oportunidad de expulsar a los bolcheviques de sus tierras, y se tuvieron que limitar a retirarse ordenadamente junto a sus camaradas alemanes.

  A principios de 1943 el batallón Bergman fue trasladado a Crimea, donde iba a combatir tanto contra partisanos como contra el ejercito rojo. Pero asi fueron perdiendo su pedigree como tropas de elite, ya que en Crimea no intervinieron en ningún momento tras las lineas enemigas ni practicaron los exitosas incursiones y sabotajes que les habían hecho  ser temidos por el enemigo. Algunos de ellos, anteriormente soldados de elite, fueron utilizados para proteger líneas de ferrocarril e instalaciones  en la costa de Crimea.

  Un informe de inteligencia soviética de la época afirmaba que varios de los contingentes caucásicos que servían en el ejercito alemán se estaban convirtiendo por entonces en tropas “poco confiables” para la Wehrmacht.

  Entre octubre y noviembre de 1943 más de 150 georgianos desertaron del batallón Bergman y se unieron a las brigadas partisanas que combatían en la zona del Caucaso.Y algunos de esos georgianos pasaron  a formar unidades especiales dentro de las brigadas partisanas, enseñando a los mas bisoños partisanos lo que habían aprendido con los alemanes, utilizando además contra los alemanes las armas que los alemanes les habían suministrado.

  Según avanzaba la guerra y la escasez de soldados para nutrir sus filas se agravaba, el liderazgo nacionalsocialista comenzó a pensar en la opción de crear legiones de liberación, esas legiones que Theodor Oberlander había defendido en 1941. Asi, el batallón Bergman fue dividido siguiendo criterios de nacionalidad, extraídos del frente oriental y trasladados a Polonia y Grecia, para escapar de la influencia de la propaganda soviética que les había convertido en tropas poco fiables.

  En 1944, varias decenas de veteranos del batallón Bergman combatieron junto a las SS en la brutal supresión de levantamiento en Varsovia, aunque ya no había  ningún georgiano, ya que habían sido integrados en una nueva unidad, la Legión Georgiana, que había sido desplegada en la costa holandesa.

111 batallon, azerbayanos del batallon Bergmann en Varsovia.

  Mientras la mayoría del exilio georgiano esperaba una victoria aliada, otros eran partidarios del Eje, esperando que una victoria alemana terminaría con el régimen soviético, liberando si a Georgia.

  Los partidarios del Eje entre los exiliados georgianos iban a ser  imprescindibles para poner las bases de lo que se convertiría en la Legión Georgiana.

  Uno de ellos era el general Leo Kereselidze, que había participado activamente en la evolución rusa del año 1905. Tras la derrota de los insurrectos, Kereselidze se exilio en Berlín, en donde se convirtió en un activo lider los grupos separatistas georgianos. Durante la 1ª guerra mundial, los grupos separatistas georgianos en Berlín habían apoyado sin excusas la causa alemana. En Berlín, Kerelidze participo activamente en la creacion de la legión Georgiana. Tras la derrota  alemana, Karalidze volvió a Georgia, en donde se convirtió en uno de los lideres de las recién creadas fuerzas armadas georgianas durante el corto periodo de independencia del país.

General Leo Kerelidze.
  

  Tras la invasión soviética de 1921, Karalidze volvió de nuevo a Berlín, en donde junto a otros exilados georgianos fundaría la organización de extrema-derecha “Tetri Georgi”.

  Otro de los exilados era el príncipe Mikhail Tsereteli, un abogado que durante la 1ª guerra mundial había trabajado en la universidad de Berlín, en donde había puesto en marcha el Comité para una Georgia independiente. Después, cuando Georgia obtuvo su independencia, fue embajador de la nueva nacion en Suecia y Noruega, Mas tarde, tras la invasión soviética de Georgia, se exilio en Bruselas, en donde formaría parte del comité directivo de Tetri Georgi.

  Otra figura clave del ala pro-germana de los exiliados georgianos fue Alexander Nikuradze, amigo de Alfred Rosemberg en la década de los 20, cuando ambos eran exilados de sus respectivos paises viviendo en Berlin.Una vez que Rosemberg fue puesto a cargo del Ostministerium, el ministerio nazi para la administracion de los territorios ocupados en el este, Nikuradze se convirtió en asesor personal de Rosemberg, ayudándole en el conocimiento de la región caucásica.

  Cuando dio comienzo la operación Barbaroja, Kereselidze, Tsereteli y Nikuradze formaban la dirección de los georgianos que apoyaban al tercer Reich contra la URSS. Para ayudar a sus esfuerzos, Alemania cedio a los exilados georgianos el control sobre cuatro fabricas que habían pertenecido a judíos en Varsovia.

  Se creo un comité para centralizar los esfuerzos favorables al Eje, comité que incluía al general Shalva Maglakelidze y el seid Shamil, nieto del imán Shamil,un legendario guerrero que había combatido la expansión rusa en el Cáucaso durante el siglo XIX.

Iman Shamil, el "Leon de Daguestan", rindiendose a los rusos, obra de Aleksey Kivshenko.
  

  Estos exiliados georgianos tenían una visión clara del futuro que querían para su pais Imaginaban que, cuando Alemania derrotara a la URSS, Georgia se convertiría en un protectorado alemán.

  Y, para animar mas aun a los georgianos, los alemanes propusieron que el comité nombrara al general Maglakelidze como el "Fuhrer" georgiano.

General Shalva Maglakelidze.

 

(Continuara…)

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