lunes, 9 de mayo de 2022

Lepanto, choque de imperios (XI ) : La batalla ( I )

 


 Viene de aquí:

  La Europa de finales del siglo XVI estaba profundamente desgarrada por divisiones políticas y religiosas. Tras la disolución del  imperio romano y la llegada de la reforma protestante, la cristiandad, centrada en la iglesia católica romana, se había fracturado en estados en permanente conflicto.

  Por el contrario, el mundo islámico estaba bajo el control absoluto del imperio otomano, entonces en la cima de su fuerza.

  A principios del siglo XVI, los turcos habían explorado las fronteras orientales de la Europa cristiana. Tras saquear gran parte de los Balcanes, los musulmanes amenazaba Viena y se apoderaron de  Buda y Pest.Las galeras otomanas asaltaban las costas de Italia, Siria, Egipto y Túnez, capturaron Rodas, pusieron Malta bajo asedio e invadieron Chipre.

  Tras un apelacion del senado veneciano, el papa Pio V comenzó a organizar la resistencia a la amenaza musulmana. El 7 de marzo de 1571, el papa ponía en marcha la Santa Liga, integrada por los estados pontificios, España, Venecia, Genova, Toscana, Saboya, Urbino, Parma y los caballeros de la orden de Malta.

  

  Aunque la formación de la Santa Liga llego demasiado tarde para evitar la captura de Chipre, esa  misma primavera el papa Pio V ordenaba a la flota conbinada que navegara hacia Grecia y buscara a la armada turca, supuestamente fondeada en Lepanto.


 
Continuando con la expansión islámica por el Mediterráneo, el sultán Selim II estaba reuniendo a sus hombres, los barcos y el material necesario para asaltar y saquear Roma.

  El sultán pensaba  que la Urbs Eterna seria un facil objetivo para asaltar ,capturar y saquear. El papa Pio temía que si Roma caía en poder otomano, el resto de Europa lo seguiría a no mucho tardar. Otros reinos de la Europa occidental, como Portugal y el Sacro Imperio Romano Germánico (Alemania, Borgoña y Bohemia) habian rechazado la alianza pontificia, mientras que  Inglaterra y Francia  no mostraron interés alguno en oponerse a la amenaza otomana, la primera por que creia que, siendo una isla estaba fuera del alcance del imperialismo otomano, y la segunda debido a su tradicional amistad con el imperio otomano, para contrarrestar el poder del imperio español.

  Así, aunque historicamente  enfrentadas ,Venecia y España, las dos mayores potencias navales del mediterráneo, encabezarían la lucha contra el imperialismo islámico.

  Respondiendo a la convocatoria papal, los estados miembros de la Santa Liga enviaron sus flotas, que se fueron reuniendo en el puerto de Messina, en Sicilia. El comandante de la armada iba a ser don Juan de Austria, de 24 años, hijo bastardo del rey español y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Carlos V y la  alemana Barbara Blomberg.

Barbara Blomberg.

 El papa, aconsejado por Felipe II, medio hermano de don Juan de Austria,habia elegido a  este para liderar la Santa Liga porque era “alguien que en el consejo se elevaría por encima de la mezquindad y la envidia, y que en la batalla lideraría sin inmutarse”.

  

  Don Juan, a sus 24 años ya un experto combatiente tanto en tierra como en la mar ,habia sido encargado por su hermano Felipe para sofocar el sangriento levantamiento morisco en las Alpujarras españolas, entre finales de 1568 y principios de 1570.


 
Pero don Juan se iba a enfrentar a un enemigo mucho mas formidable, Así, el papa Pio dijo a don Juan: "Carlos V te dio la vida, yo te daré honor y grandeza”.

  Durante el verano de 1571,la flota cristiana se preparo en Messina.Estaba compuesta de 206 galeras, largas y de fondo plano, cada una de las cuales montaba un espolón de proa diseñado para pasar por encima y romper los remos de los navíos enemigos de similares características. Las galeras mas grandes llevaban cañones en la proa. Venecia proporciono 109 galeras, España, 49, Génova 27, los estados pontificios 7, Toscana 5, y Saboya y los caballeros de Malta, 3 cada uno.

Galera de los Estados Pontificios.
  

  Los venecianos tambien proporcionaron  a la flota de la Santa Liga seis galeazas, autenticas fortalezas flotantes de la época. Con bordas inclinadas, mas de 50 metros de largo y propulsadas por 50 remos, cada galeaza llevaba un contingente de mosqueteros y/ o arqueros, y contaban cada una con mas de 30 cañones.

  Don Juan tenía cerca de 80.000 hombres bajo su mando, incluidos 50.000 marineros y remeros y 30.000 soldados, dos tercios de los cuales estaban al servicio de España. Los soldados llevaban armaduras ligeras y estaban armados con espadas  y arco o ballesta, arcabuz y la variante más pesada de este último, el mosquete.

  Manejando los remos  había mercenarios, cautivos musulmanes y convictos a los que se prometía la liberación en caso de victoria.

  La flota de Ali Pasha, el almirante otomano, era un poco mas grande, con 222 galeras, mas de 50 galeotas, pequeñas y rápidas embarcaciones a remo, y medio centenar de embarcaciones mas pequeñas. A bordo “viajaban” unos 50.000 marineros y remeros y más de 35.000 soldados.

Ali Pasha.
  

  Unos 15.000 remeros eran cristianos capturados en el mar por los piratas o durante incursiones terrestres en las costas de los reinos cristianos del Mediterraneo. Tambien tenían su oportunidad de ser liberados, siempre y cuando la flota  de la Santa Liga  obtuviera la victoria.

  Entre las tropas otomanas había contingentes de jenízaros, la infantería de elite otomana. Seleccionados durante su infancia de entre los prisioneros cristianos, estos conversos al islam estaban armados con arcos, sables cortos y arcabuces. Creado en el siglo XIV, el cuerpo de  jenízaros se había convertido en la primera infantería permanente de la Europa oriental.

Jenizaros 

  A mediados de septiembre, la flota de la Santa Liga estaba presta para zarpar de Messina. Pio V envió a un legado papal para bendecir la flota, y un estandarte para ondear en lo alto del mástil del buque insignia de don Juan de Austria, la  Galera Real.

  Con un fondo azul, la insignia tejida en el estandarte papal representaba a Jesucristo crucificado sostenido por los escudos de armas de los miembros de la Santa Liga.

  

  Además, los navíos españoles llevaban los escudos de armas de Castilla y Aragon, mientras las embarcaciones venecianas mostraban el león alado de San Marcos, el patrón de la ciudad veneciana.

  Como ayuda espiritual, el papa asigno a las naves de la flota 30 frailes capuchinos, cada uno con su cruz correspondieinte. El perspicaz papa  estaba convencido que sus marineros y soldados lucharían valientemente si estaban acompañados en la batalla por los frailes, reconvertidos en capellanes militares y navales.

  Al frente de los frailes se encontraba el padre Anselmo de Pietramolara, un antiguo ex-soldado de caballería.

  

  Otro contingente de ayudantes espirituales estaba compuesto de una docena de jesuitas, exclusivamente para los navíos españoles, y media docena de dominicos y frailes teatinos, la orden religiosa de mas creciente creación (1524).

  Al amanecer del día 16 de septiembre, a pesar del alto riesgo de tormentas otoñales, la flota levo anclas y salió del puerto de Messina con la Real, el buque insignia de don Juan, a la cabeza.

  De pie al final del embarcadero, rodeado de clérigos vestidos con sus sotanas, el legado papal bendijo a todos y cada uno de  los navíos que pasaban ante él.

  A media mañana, el estrecho de  Messina estaba abarrotado de velas, banderines y estandartes que ondeaba al viento, mientras la armada se dirigía a rodear la punta calabresa de la península italiana, para a continuación navegar en dirección noroeste.

Puerto de Messina.

 

(Continuara…)

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