jueves, 5 de septiembre de 2013

1943 : ¡ No disparen,somos americanos ! (2ª parte )




 Cuando los marineros Dawson y Fazio avisaron que todo estaba correcto, el oficial a cargo del puente del barco dio las órdenes comunes para que el primer torpedo fuera (simuladamente ) lanzado .

¡ Fuego el 1!

Tras una pausa en la que en condiciones de combate se oía una voz que confirmaba el lanzamiento, el oficial continuo el ejercicio con 

¡Fuego el 2!

Y tras esperar otra pausa :

¡ Fuego el 3 !

Esta vez, el silencio de la pausa no existió. Se oyó un chirrido metálico,y ante  la sorpresa y el terror de los oficiales del puente de mando, un torpedo salió de su tubo y se introdujo en el agua. Un torpedo estaba en el agua, y se dirigía directamente hacia el acorazado Iowa.


 El torpedo tardaría unos 2 minutos en alcanzar su objetivo. No había tiempo que perder. Los oficiales del Willie Dee comenzaron a gritar órdenes y pedir confirmación.

El capitán Walter ordeno de inmediato enviar un aviso de emergencia al Iowa. Pero el convoy viajaba bajo estrictas órdenes de silencio de radio.

Un señalizador se puso a enviar señales lumínicas al Iowa. Pero era inexperto, y el primer mensaje que mando decía que había un torpedo en el agua, pero que el Iowa no se encontraba en su trayectoria.

Cada vez más nervioso,el señalizador envió un nuevo mensaje, que fue interpretado por el Iowa como que el Willie dee iba a dar marcha atrás a toda velocidad.

El capitán Walter se dio cuenta que lo de las señales luminosas no iba a funcionar, y el tiempo apremiaba. Y decidió romper el silencio de radio.

El radio operador del Willie dee comenzó a intentar contactar con el Iowa, usando su nombre en clave,Lion,y gritándole que virara a estribor

El operador de radio del Iowa, sorprendido de escuchar a alguien que se atrevía a romper el silencio de radio, exigió al operador del Willie Dee que se identificara, preguntándole además donde se encontraba el submarino enemigo.

El operador del Willie Dee no respondió a esas preguntas, e histéricamente contesto :

¡ Torpedo en el agua,Lion,vire a estribor,emergencia,vire a estribor,Lion,vire a estribor!

No hubo respuesta por parte del Iowa, ya que a esas alturas, los vigías del acorazado ya habían detectado al torpedo dirigiéndose hacia su barco, y gritaban :

¡ torpedo por el lado de estribor. Esto no es un ejercicio, torpedo a estribor !

Inmediatamente, el Iowa giro bruscamente hacia la derecha, incrementó su velocidad al máximo y sus armas comenzaron a disparar sobre el torpedo que se acercaba.


 El capitán Walter y su tripulación del Willie Dee solo podían mirar y rezar por que el iowa consiguiera hacer el giro a tiempo de evitar el torpedo.

El giro del acorazado fue tan pronunciado, que los guardaespaldas de Roosevelt tuvieron que sujetar la silla de ruedas en la que se desplazaba el presidente. Uno de ellos incluso saco su pistola y se dirigió a cubierta, para tratar  de acertar al torpedo que seguía acercándose.

El Iowa consiguió girar a tiempo, y finalmente, el torpedo exploto en la estela que dejaba el buque.Mas tarde, Roosevelt hizo una referencia a este incidente. “el pasado lunes se produjo una explosión.Porter disparo un torpedo hacía nosotros, por error. Pudimos verlo,y lo evitamos por 300 metros.”

El capitán Walter y su infausta tripulación respiraron de nuevo. Pero para ellos, el incidente estaba lejos de haber acabado. Cuando el Iowa volvió a la formación, el capitán Walter advirtió que los poderosísimos cañones del acorazado apuntaban directamente hacia el pequeño destructor.La radio empezó a tronar, con el radio operador del Iowa preguntando a voz en grito qué demonios había pasado.

Tras reunirse rápidamente con la tripulación, que no pudo dar ninguna respuesta sobre lo ocurrido, el capitán Walter aseguro al Iowa que todo se había debido a un accidente.

Pero las sospechas comenzaron a crecer entre los altos mandos militares que viajaban con Roosevelt. Y ordenaron al Willie Dee que abandonara el convoy, que continúo su viaje hacia África del norte.

Willie Dee fue enviado a la base naval norteamericana en las Bermudas, donde fue recibida por una compañía de marines, que se encargo de amarrar el buque y arresto a la tripulación al completo.

Inmediatamente se comenzó a interrogar a la tripulación.¿ se trataba de un simple error, o en la tripulación se encontraba algún saboteador,encargado de intentar a asesinar a Roosevelt por ese medio?

Tras varios días de interrogatorios intensivos,se llego a la conclusión de que el torpedo numero 3  había salido de su tubo por un error. No se supo cómo se había producido, hasta que el marinero Dawson confeso días después que había mentido en su primer testimonio, en el cual había asegurado no tener la mas mínima idea de cómo el detonador estaba en su lugar .

Finalmente, Dawson confeso que había dejado por error el detonador en el torpedo 3.Y que cuando se produjo el lanzamiento del torpedo, le había entrado el pánico y había arrojado los otros tres detonadores por la borda.

Uno de los interrogadores, el teniente Poindexter,explico a la comisión investigadora que “la inexperiencia del personal del William D. Porter,tanto tropa como oficiales, explicaba a la perfección lo ocurrido. De los 16 oficiales del Willie Dee, solo 4 de ellos tenían experiencia naval antes de unirse a la tripulación.

Pero el presidente Roosevelt había estado a punto de morir, y alguien tenía que ser castigado.

Por su error inicial al dejar colocado el detonador, y por su intento de ocultación de los hechos,el marinero Dawson, de 22 años de edad, fue condenado a 14 años de trabajos forzados.

Pero cuando Roosevelt fue conocedor de la sentencia, ordenó a la armada que no se cumpliera, ya que simplemente había sido un error que no había caudado daños mayores.

Cuando el Willie Dee volvió al servicio activo, para los restantes navíos de la armada norteamericana, se convirtió en un buque a no perder de vista, siempre bajo vigilancia por lo que pudiera pasar.

Y se le saludaba al grito de “no disparen, somos americanos".

Y se envió el barco a las frías aguas de las islas Aleutianas, donde estuvo cerca de un año, con la tripulación trabajando duramente para hacer olvidar el pasado.

Pero algo extraño debía tener el barco, ya que durante una pausa en unas maniobras, un tripulante volvió al barco completamente borracho y comenzó a disparar una de las ametralladoras antiaéreas.

Pudo disparar bastantes proyectiles antes de ser detenido, pero nadie sabía adonde habían ido a parar los disparos.Desafortunadamente,el destructor estaba en ese momento amarrado justo enfrente de la residencia del comandante de la base, que en ese momento disfrutaba de una pequeña fiesta con sus oficiales y sus esposas.

Afortunadamente,el único daño que se produjo fue,nuevamente,la reputación de la tripulación del Willie Dee.

Con la guerra en el pacifico creciendo en intensidad, la armada norteamericana no tuvo más remedio que enviar al Willie Dee al combate. El buque abandono las Aleutianas y se dirigió al pacifico oeste,ocupandose en trabajos de escolta en las Filipinas y tomando parte en operaciones navales en Mindoro y el golfo de Lingayen.

A finales de marzo de 1945,Willie Dee fue enviado a Okinawa, donde debía ocuparse en funciones de patrulla para tratar de evitar incursiones de la armada y la aviación japonesa.

En una de esas patrullas, el barco tuvo un encuentro con kamikazes de la aviación imperial japonesa, cada uno de ellos cargado con una cantidad de explosivos  perfectamente capaz de hundir un destructor.


 Uno de los aviones nipones se dirigió directamente sobre el Willie Dee, siendo recibido por el fuego de las ametralladoras, que consiguieron derribarlo, cayendo a poca distancia del casco del buque, sin explotar.

Parecía que la suerte del barco y sus tripulantes había cambiado. Habían conseguido destruir un obetivo.Y además, era enemigo.

Pero no.

El avión japonés había ido a una velocidad tan elevada en su acercamiento, que aun después de haber caído al mar, continuo moviéndose por debajo del agua hacia el destructor.




Y cuando estaba justo debajo del Willie Dee, exploto .La explosión fue tan fuerte que elevo el destructor fuera del agua.

El buque pudo mantenerse a flote durante 3 horas, suficientes para que todos los tripulantes pudieran ser rescatados.

Pero su destino estaba sellado, los daños estructurales eran demasiado grandes, y termino por hundirse, desapareciendo de la historia y guardando su secreto hasta que el incidente con el Iowa salió oficialmente a la luz en 1958.



Blood on the sea: American destroyers lost in war, Robert Sinclair Parkin
Revista world war II history, diciembre 2005

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