lunes, 2 de septiembre de 2013

333 a.c. : Alejandro y el nudo Gordiano.





Alejandro tardo 4 días en llegar desde Sagalassos a Celenas , una ciudadela en lo alto de unas escabrosas montañas. El sátrapa de la zona había huido, y estaba defendida por un millar de carios y un centenar de mercenarios griegos.

Organizar el asedio de una ciudadela tan inaccesible hubiera requerido varias semanas y le habría costado grandes perdidas materiales. Así que opto por dejar allí un destacamento de 1500 hombres y nombro a su hermano Antigono sátrapa de toda Frigia.

Y con el resto de su ejército, se dirigió a Gordio, antigua capital de los reyes de Frigia.

Según las leyendas, la ciudad había sido fundada por el legendario Gordio, un mortal que había sido amante de la diosa Cibeles.

 Cibeles en Frigia.

De estos amores había nacido el rey Midas, protector del culto de Dionisio.

Los frigios estaban emparentados con los tracios y macedonios; habían llegado al Asia menor en el siglo XII a.c., y habían creado un reino cuyo rey mas celebre era sin duda el propio rey Midas, al que el dios Dionisio había concedido el poder de transformar en oro todo lo que tocaba y a quien, poco después, el dios Apolo había dotado de unas orejas de burro por afirmar que el dios Pan tocaba música más agradable que el mismo Apolo.



En el siglo VI, Frigia había sido invadida por los cimerios, jinetes nómadas procedentes de la zona de Crimea. Más tarde, Frigia se había convertido en reino vasallo de los lidios y más tarde, de los persas.

Alejandro creía tener algún lazo familiar con Midas, y por tanto, con Gordio; Olimpia,
 la madre de Alejandro, habían sido en su juventud sacerdotisa del culto a Dionisio, y solía participar en ceremonias orgiásticas en honor al dios.

También las leyendas decían que existía una profecía que anunciaba la llegada del gran rey de los frigios que liberaría a su pueblo, que llegaría montado sobre un carro de campesino. Según la profecia,Gordio había llegado a Frigia montado en el carro, que se conservaba en el templo consagrado a Zeus, en la Acrópolis de la ciudad.

 Puerta de la ciudad de Gordio.

El timón del carro estaba unido al yugo por una clavija de madera atada con un nudo de cuerda de cáñamo, prácticamente imposible de desatar.

El oráculo de Zeus había predicho que el hombre capaz de deshacer el nudo y montar en el carro se convertiría en el dueño de toda Asia.

Alejandro conocía perfectamente las leyendas y la profecía. Y decidió utilizarlas a su favor.

En los primeros días del mes de mayo, el ejercito de Alejandro  llego a Gordio.Alli se le unieron los soldados que habían ido de permiso matrimonial a Macedonia y las tropas de Parmenion.

Mientras tanto, Mennon de rodas, el jefe de los mercenarios griegos que combatía para los persas, habia llegado a Susa, la capital imperial. Allí convenció al gran rey Darío de que no era culpable de la derrota en el Granico.Y Darío le nombro comandante en jefe de todas las fuerzas persas, terrestres y navales.

Mennon continuo con su plan de aislar a Alejandro en Asia.Disponia de una gran flota, con barcos persas, fenicios, chipriotas, etc.Los gobernadores de Quios y Lesbos solo esperaban una señal para rebelarse contra los macedonios.

Y en Atenas existía un poderoso partido antimacedonio, que regado con monedas persas estaba presto a iniciar una rebelión.

Las primeras operaciones de Mennon consistieron en tratar de cortar las comunicaciones de Alejandro con su base en Macedonia. A mediados de primavera,Mennon convoco a toda la flota persa y se dirigió a Quíos y Lesbos, tomando Quios sin dificultad gracias a la ayuda de su gobernador.

Pero en Lesbos, en el asedio de su capital,Mitilene,Mennon enfermo y murió. Antes de morir, Mennon paso el mando de las tropas a Farnabazo, sobrino del rey Darío.

Con Quios y Lesbos en su poder, y con su poderosa flota, los persas tenían ahora la posibilidad de bloquear el Asia menor, impidieno la llegada de refuerzos por mar para el macedonio.



Pero la muerte de Mennon fue una gran suerte para Alejandro. Era su enemigo más peligroso, y cuando la noticia de su muerte llego a Susa, la capital del rey Dario, causo una gran conmoción.

Para decidir su sucesor, se convoco una reunión entre los generales persas y los oficiales griegos mercenarios.

Los generales persas querían que su rey, el mismo Dario, reuniese a la totalidad de su ejército y se enfrentara a Alejandro en una única y definitiva batalla. Pensaban que la superioridad numérica haría el resto.

En cambio, los oficiales griegos seguían pensando que lo mejor era continuar con el plan de Mennon y aislar al ejército de Alejandro.

Al final, tras una reunión tempestuosa en la que fueron asesinados varios oficiales griegos, se decidió que se reuniría el mayor número posible de mercenarios, es decir, no persas, que se concentrarían en Tripoli, en la actual costa libanesa. Al mismo tiempo, Dario ordeno una leva en sus provincias más orientales, convocándo a los nuevos soldados en Babilonia.

Según Diodoro de Sicilia, en el verano del año 333 a.c  llegaron a la antigua capital de Mesopotamia más de 400.000 infantes y 100.00 jinetes procedentes del este.

El mando de la flota  persa continúo en manos de Farnabazo, con la misión de consolidar sus posiciones recientemente tomadas e impedir la llegada de refuerzos a Alejandro.

El propio Dario se puso a la cabeza de su enorme ejército y se puso en marcha en dirección oeste.

A mitad el mes de mayo, Alejandro decide ponerse en marcha. El objetivo de su campaña para ese año, el 333,es dirigirse hacia el este hasta el rio Halis (actual rio Kizil),y desde allí, girar hacia el sur, atravesar Cilicia y penetrar en Fenicia.Desde allí, su objetivo para el siguiente año, es Egipto.


 Pero antes de partir, tiene que cumplir una misión muy importante.

Se dirige a la Acrópolis de Gordio, acompañdo de sus generalas, coge en sus manos el nudo y lo examina detenidamente. Sus oficiales lo observan inquietos. Si no puede desatar el nudo, su ejército puede desanimarse. Alejandro no puede permitirse marcharse de allí sin desatar el nudo.

Tras un rato de intentos infructuosos, Alejandro coge su espada y de un golpe seco, parte el nudo en dos, separando así el timón del yugo. Se vuelve hacia sus oficiales y exclama “ya está, asía será mía”.



La noche siguiente, Zeus manifiesta su alegría con una tremenda tormenta repleta de truenos y relampagos, lo que acrecienta aun más la creencia de los soldados macedonios en que la profecía iba a cumplirse.

A la mañana siguiente, Alejandro ofreció un sacrificio a Zeus para darle las gracias, y después, se puso a la cabeza de su ejército y se dirigió hacia el rio Halis, tomando el camino real construido antiguamente por Darío I.El camino debía llevarle en primer lugar a la ciudad de Ancira, hoy llamada Ankara.



( Continuara...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario