Viene de aquí :
A medianoche del 27 de abril, el
grupo de lanchas LST denominado grupo T-4 entraba en la bahía de Lyme.Casi
al mimso tiempo, la flotilla de lanchas E-boat alemanas también llegaba a la
bahia, habiendo eludido la vigilancia de cuatro destructores y tres lanchas
torpederas británicas que se suponía debían formar una pantalla protectora en
la zona.
La flotilla alemana se dividió en
dos al entrar en la bahía: una parte al lado este y otra al oeste. El mar
estaba en calma, y la visibilidad era perfecta, las condiciones ideales para un
ataque de lanchas rápidas.
Aprovechándose de la superior
velocidad que les proporcionaban sus motores Daimler-Benz (entre 34 y 36 nudos),
las lanchas alemanas se situaron a la
retaguardia de la flotilla aliada. Cada E-boot disponía de dos tubos lanza-torpedos,
y armamento ligero que variaba entre ametralladoras de 20 mm y cañones de 40
mm.
Una vez estuvieron a la distancia
ideal para el lanzamiento de los torpedos, las lanchas alemanas redujeron su
velocidad hasta los 10 nudos, y procedieron a disparar.
La mayoría de los torpedos
fallaron el blanco, pasando entre las lanchas LST.Pero no todas las lanchas
fueron tan afortunadas. La primera en recibir un impacto directo fue la LST
507.No se hundió inmediatamente, pero los incendios provocados a bordo no pudieron
ser extinguidos por la tripulación y se
dio la orden de abandonar el barco.
Algunos de los soldados de la 1ª
brigada especial de ingenieros que viajaban a bordo ya habían saltado al agua
antes de que se diese la orden de abandonar el barco. Aunque todos los
soldados que viajaban a bordo de las lanchas LST habían sido dotados con
chalecos salvavidas, nadie se había tomado la molestia de indicarles su
funcionamiento.
El tipo de salvavidas utilizado hasta entonces había
sido diseñado para colocarse por encima del pecho y con las cinchas pasando por
debajo de ambas axilas. Pero debido al equipamiento que llevaban los ingenieros
y a las abultadas mochilas que llevaban, algunos pensaron que sería más cómodo
llevarlo alrededor de la cintura.
Cuando esos hombres saltaron al
agua para escapar del fuego se dieron cuenta de su error. Con el peso de sus mochilas
y su equipamiento situado por encima del salvavidas, sus posibilidades de
ahogarse se multiplicaron por diez.
Otros ni siquiera sabian como inflar
apropiadamente el chaleco, y el peso de su equipamiento simplemente les
arrastro al fondo.
Pocos minutos después del impacto
del torpedo, el mar alrededor de la lancha estaba repleto de cuerpos, unos intentando
nadar entre los restos de madera y metal
y las manchas de combustible ardiendo y otros flotando sin ningún signo de vida.
Aquellos que lograron sobrevivir al torpedo y lograron mantenerse a flote en
el agua encararon otro peligro: sabían que iban a permanecer en el agua varias
horas antes de que se produjera cualquier
intento de rescate.
La siguiente lancha LST en
recibir otro torpedo fue la LST 531, que se había enzarzado en un duelo
artillero con una de las lanchas torpederas alemanas. El primer torpedo lo
alcanzo en la borda de estribor. Un minuto despues, un segundo torpedo convertía
a la lancha en una bola de fuego. Pocos minutos más, la lancha zozobro y
comenzó a hundirse.
Otra de las lanchas LST comenzó a
disparar sus ametralladoras en todas direcciones, acertando en otras de las
lanchas del convoy .La noche se veía iluminada por los destellos
de las balas trazadoras, de colores rojo y verde para las armas aliadas y rojo
y amarillo para las armas alemanas.
Aproximadamente a las 2 y media de la madrugada, se enviaron
señales de emergencia desde las dos LST que encabezaban el convoy, advirtiendo
que estaban bajo ataque de submarinos alemanes. Pero los buques británicos más
cercanos a la bahía Lyme no recibieron el mensaje, ya que utilizaban diferentes
frecuencias de radio.
Al mismo tiempo, el error de
enviar solo un buque (HMS Azalea) para escoltar el convoy LST trato de ser
subsanado desde el cuartel general de la marina británica en Porstmouth.A la 1
y media de la madrugada, se dio la orden de zarpar al destructor HMS Saladin
para unirse a la mayor brevedad al convoy.
Pero el destructor se encontraba a más de 50 kilómetros del convoy, y tardaría
al menos hora y media en alcanzarlo.
HMS Saladin.
El destructor de escolta asignado
originariamente, el HMS Azalea, se encontraba a dos kilómetros de la bahía de Lyme cuando las lanchas alemanas iniciaron su ataque.Con una velocidad máxima
de 16 nudos, poco pudo hacer para ayudar.
A las 2:45, los vigías de LST 289
distinguieron la distintiva estela de un torpedo que se dirigía hacia ellos. El
capitán inicio maniobra evasivas para tratar de eludir el impacto, pero
finamente el torpedo golpeo en la popa por el lado de estribor, causando
fuegos en el camarote de la tripulación y el puente de mando. La tripulación
pudo extinguir los incendios, y, a aunque el torpedo había causado graves daños
y el timón estaba dañado, los motores aun funcionaban, y gracias a utilizar
como remolcadores a varias lanchas LVCP, pudo dirigirse lentamente hacia la
costa.
LST 289.
Detalle de la zona en donde recibio el impacto del torpedo.
Alrededor de las 3:30 de la mañana,
el comandante de la flotilla alemana, capitán Rudolph Petersen, decidió regresar
a Cherburgo. En el camino de vuelta la flotilla fue interceptada por el
destructor británico HMS Orwell. Pero gracias a la muy superior velocidad de
las lanchas pudieron escapar sin sufrir ningún daño.
Capitan Rudolph Petersen.Por su exitosa accion le fue concedida la Cruz de Caballero con hojas de roble,una de las mayores condecoraciones del ejercito aleman.
Aproximadamente a esa misma hora,
el HMS Saladin llego a la zona del ataque, donde las lanchas LST supervivientes
se habian agrupado.Inmediatamente se procedió al rescate de los supervivientes,
pero a los pocos minutos hubo un nuevo cambio de ordenes: se abandonaría momentáneamente
el rescate de los náufragos y se volvería a labor de escolta, por si acaso se
producía un nuevo ataque de la flotilla alemana.
No fue hasta las 5 de la mañana
cuando se volvió a la tarea de rescatar supervivientes. Pero tras dos horas y
media en la fría agua, la hipotermia ya afectaba a muchos soldados y marineros.
Debido a problemas en las
comunicacions,no fue hasta las 6 y media de la mañana que el contraalmirante
Don P. Moon,el comandante naval al cargo de la operación Tigre, fue informado
del ataque.Inmediatamente,ordeno a todos los barcos disponibles y cercanos a la
zona dirigirse a toda máquina hacia la zona del ataque.
Según el informe oficial de la
marina británica realizado tras la pertinente investigación de los hechos, el número
total de muertos y desaparecidos fue de 749 soldados y marineros.
De los 3 buques torpedeados, LST
289 fue el que sufrió menos bajas, 13 muertos. Los restantes 736 muertos y
desparecidos se encontraban en las lanchas LST 507 y 531.
Con la invasión al continente
europeo a realizarse solo 6 semanas después, la reacción de los comandantes
aliados fue tratar de mantener en absoluto secreto todo lo que había ocurrido
en la bahía de Lyme. No solo para no dañar la moral de las tropas, sino para no
dar ninguna pista a los servicios de inteligencia alemanes.
Pero, con la invasión tan cerca,
el ataque de las lanchas alemanas provoco otros dos problemas.Uno, la perdida
de cualquier medio de transporte naval era una perdida casi irremplazable ,iba a
ser muy complicado conseguir sustituir a las tres lanchas LST que se habían perdido.
El segundo problema era mucho más
serio, y no se refería solamente a un tema de transporte o logística, sino que
amenazaba seriamente todo el desarrollo de la operación...
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