Viene de aquí:
Cayo Mario en las ruinas de Cartago,obra de John Vanderlyn.
En el año 99 a.c., Cayo Mario, el
héroe de los plebeyos romanos, llegó en viaje de inspección a Anatolia.
La facción de la que era lider,
los populares, acababa de perder una elección en medio de una sangrienta
revuelta plebeya en la ciudad. Era el principio de la guerra civil que
ensangrentaría la republica romana en las
siguientes generaciones.
Dejando su veterano y leal ejercito
en la península italica, el cónsul Mario navego a Capadocia y Galacia.
El cónsul Mario, de 58 años de edad,
se había distinguido en las campañas de España y africa, pero donde había
obtenido una enorme reputación como líder militar había sido en la campaña de Germania, donde sus tropas habían acabado con la vida de 300.000 germanos.
Lucio Cornelio Sila, el otro cónsul,
perteneciente a la facción patricia, se había quedado en Roma con su ejército,
maniobrando entre las sombras para hacerse con el poder total.
El cónsul Sila
se había atribuido todo el crédito por la victoria del ejercito romano contra
los rebeldes de Jugurta en el norte de
áfrica, y ambos cónsules competían para ganar el favor del senado.
Mario había viajado a Anatolia con
la excusa de visitar al oráculo de la diosa Cibeles, en el santuario de Pessinus.Como la mayoría de líderes romanos de la época, no era un simple
creyente; conocía perfectamente el valor de la religión y su influencia en la
política romana.
Templo de Cibeles,en Pessinus.
El verdadero objetivo del cónsul Mario
era conocer la situación en Capadocia y tratar de anticipar cualquier
movimiento hostil de Mitridates.
La reunión entre ambos líderes
fue la primera vez que Mitridates se reunía con un líder romano.Mitridates
recibió a Cayo Mario con respeto y una gran atención: Ambos trataron de soltar
la lengua al otro, mientras trataban de ocultar sus propias intenciones.
Las palabras del cónsul Mario al
despedirse y partir de vuelta
a Roma ("o te haces más fuerte que los romanos, o los obedeces") confirmaron a Mitridates que su táctica era la correcta.
La situación en Capadocia
empezaba a escaparse de las manos de Mitridates.La influencia de Nicomedes III de Bitinia
y su comportamiento en la recientemente ocupada provincia de Paflagonia estaba empezando a colmar el vaso de la
paciencia romana.
Para incitar a los romanos contra Mitridates, Nicomedes y su reciente esposa Laodice (hermana de Mitridates)
buscaron y encontraron a un joven bien parecido, a quien astutamente entrenaron
para hacerlo pasar por un hijo oculto del asesinado rey Ariarates VI de Capadocia ,anterior
marido de la reina Laodice.
La reina llevo al joven
a Roma y consiguio una audiencia del senado, donde presento al impostor como el
legitimo rey de Capadocia.
Mitridates, que conocía la
maniobra de Nicomedes y Laodice, envio a Roma al regente de Capadocia, el
asesino Gordius, que en primera instancia se dedico a sobornar a oficiales de
alto grado del ejército romano y a varios senadores.
El senado termino por
percatarse de las maquinaciones de unos
y otros, y opto por tomar una decisión salomónica; Ordenar a ambos, Mitridates
y Nicomedes, a abandonar los reinos que estaban ocupando ilegalmente, Capadocia y Paflagonia,respectivamente.
Para dejar clara su postura, el
senado envió a Lucio Cornelio Sila al mando de una legión para, oficialmente,
terminar con la amenaza de los piratas de Cilicia.
Pero en la ruta a Cilicia, Cornelio Sila
opto por detenerse en Capadocia.Extraoficialmente, el senado romano le había
ordenado poner un poco de orden en Capadocia. Los legionarios de Sila eran muy superiores a los soldados de Bitinia y el Ponto , mandadas por el general Arquelao, que
protegían al regente Gordius y al joven rey Ariarates IX, que se vieron obligados
a marchar al Ponto.
Sila, autorizado por el senado
romanao, coronó personalmente al nuevo rey de Capadocia, con el nombre de Ariobarzanes I . Inmediatamente después, Sila envió sendas
delegaciones a Nicomedes y Mitridates,
advirtiéndoles de que debían retirarse de cualquier territorio que sus tropas
ocuparan en Capadocia.
Nicomedes y Laodice, con su reino, Bitinia, en bancarrota, aceptaron la amenaza romana y se retiraron, y, poco mas
tarde, firmaron un tratado de alianza con Sila.Mitridates, practicamente
rodeado por las tropas romanas en el norte de Anatolia, tampoco ofreció ninguna
resistencia. Retiró a sus tropas de la zona y se puso a esperar su siguiente oportunidad,
poniendo su vista en el este, en Armenia, lejos de la influencia romana.
En el año 96 a.c., el rey Tigranes II de Armenia había vuelto a su reino desde Partia, en donde había
permanecido los últimos 30 años como rehén.
En Ctesifonte, capital del reino
parto, Tigranes haba sido educado en la cultura local, una mezcla de antiguas
tradiciones persas y nómadas.
La influencia persa era muy
fuerte en Armenia, y la madre de Tigranes había sido una princesa de la tribu nómada
de los alanos, originarios del norte del Cáucaso (actual Osetia, aprox.)
Cuando el padre de Tigranes murió,
los partos permitieron a Tigranes II (entonces con 46 años) la vuelta a su reino y
tomar la tiara real de Armenia, siempre y cuando cumpliera con los deseos partos,
al igual que su padre había cumplido. Pero Tigranes tenía otro punto de vista.
Tigranes II de Armenia.
En al año 94,Mitridates envió a Artaxata,la capital del reino de Armenia, a su mano derecha, Gordius,asesino
de reyes y antiguo regente de Capadocia.Mitridates quería una alianza con Armenia,
lo que le proporcionaría una ruta segura para la ruta de la seda por su
vertiente norte, por la costa del mar negro.
Gordius propuso a Tugranes II un trato: Tigranes atacaría Capadocia y expulsaría del trono al rey Ariobarzanes, un
títere de los romanos. A cambio, Mitridates concedería a Tigranes la mano de
su hija, la princesa Cleopatra, de 16 años.
Tigranes accedió al trato.
Armenia había combatido a los romanos en tiempos de Antíoco el Grande, y había
dado refugio seguro a Anibal.Pero Tigranes había vivido 30 años en la lejana Partía
y sabia poco de la roma de Mario y Sila.Y pensaba que Roma no intervendría si se
producía un cambio de régimen en Capadocia.
(Continuara…)
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