jueves, 25 de junio de 2015

1945: La guerra privada del general Patton (1ª parte)




  


  En la mañana del 26 de marzo de 1945, el teniente coronel Harold Cohen, del 10º batallón de infantería mecanizada del ejercito USA, se encontraba en medio de una dura lucha en las cercanías de Aschafenburg, una pequeña localidad en la ribera del rio Main, en el oeste de Alemania.


  El tercer Reich de Hitler se derrumbaba a toda velocidad, atrapado entre las tropas anglo-americanas en el oeste y el gigantesco ejercito soviético en el este. Pero el Tnt. Col. Cohen y gran parte de los más altos mandos aliados sabían que su enemigo alemán era un animal herido, todavía muy capaz de infligir enormes daños con un coraje que nacía de su desesperación, y no iba a resultar fácil terminar con su resistencia.


  El 10º batallón de Cohen se encontraba apoyando a los tanques Sherman del 37º batallón de tanques.Las dos unidades formaban parte de la 4ª división acorazada, considerada por muchos oficiales  la mejor formación blindada del Tercer ejército aliado del por entonces teniente general George S. Patton.

 Tanques Sherman del 37º batallon.
  En medio del estruendo del combate en las calles de Aschaffenburg,Cohen recibió una orden de parte de su inmediato superior, el teniente coronel Creighton Abrams : “prepare su batallón para una misión especial de combate para el general Patton”


  Dicha orden fue el principio de una de las más controvertidas operaciones militares llevadas a cabo por los americanos en la segunda guerra mundial y coloco una gran sombra sobre la hasta entonces irreprochable maestría militar del general Patton.


  Patton ya había tenido anteriormente algun que otro problema por su comportamiento y su tendencia a protestar las ordenes que recibía por parte de sus superiores, pero  en la primavera de 1945 se encontraba en la cúspide de su poder y su fama.


  Un comandante brillante en el campo de batalla, valiente y atrevido, tambien era bastante vanidoso, fanfarrón y tenia tendencia a abusar de sus subordinados. Pero todos sus rasgos de mal carácter le eran perdonados gracias a su maestría al dirigir sus tropas y a su capacidad innata de sacar lo mejor de cada uno de los hombres que estaban a sus órdenes. En los anteriores meses del año 1945, el Tercer ejército aliado de Patton había demostrado una capacidad de combate fuera de lo común, sobre todo durante la batalla de las Ardenas. Pero, al mismo tiempo que se incrementaba la fama de sus tropas, también se incrementaba la vanidad de Patton, que comenzó a pensar que podría conseguir cualquier objetivo que se propusiera.


  El 23 de marzo, el tercer ejército había cruzado el Rhin, el primer ejército aliado en conseguirlo. Mientras esperaba en la orilla del rio el paso de sus tropas, Patton se puso a escribir una carta a su esposa.Entre los tópicos habituales, se encontraba una frase de índole totalmente personal:


“vamos a dirigirnos directamente a donde se encuentra John, y conseguiremos llegar antes de que le trasladen de nuevo “


  John era el yerno de Patton, el teniente coronel John Knigth Waters, que había sido capturado por los alemanes en Túnez en 1943 e internado en el Oflag 64 en Szubin, Polonia.


  En enero de 1945, con los cañones rusos atronando a pocos kilómetros del campo, los guardianes marcharon con los prisioneros hacia el oeste, en un intento de alejarse del rápido avance del ejército rojo.


  La marcha de los prisioneros se convirtió en un infierno helado. Nieve constante y una temperatura que apenas subía de 20 grados bajo cero ,sin comida  y ropa adecuada, algunos de los prisioneros no sobrevivieron. Pero Waters si lo consiguió, y a principios de  marzo llegaba junto con otros cientos de oficiales aliados al Oflag XIII B en las cercanías de Hammelburg, ya en Alemania.

Oflag XIII B en Hammelburg.

  Patton había seguido las andanzas de su yerno gracias a las informaciones de los servicios secretos, y dos días despues de su misiva a su esposa Beatrice, escribía de nuevo:


“Espero que en los próximos días pueda mandar una expedición para liberar a John”


  A las 10 de la mañana del día 26 de marzo, Patton llegaba al puesto de mando del coronel Abrams, acompañado de su asistente Mayor Alexander Stiller.Tras los saludos y presentaciones  de rigor, Patton fue directamente al grano: quería enviar un grupo de combate por detrás de las líneas enemigas para rescatar a los prisioneros aliados. Pidió un voluntario para dirigir el grupo, y el coronel Abrams se ofreció para dirigir el grupo de combate B.


  Un grupo de combate estándar estaba compuesto de entre 3.500 y 5.000 hombres altamente mecanizados, normalmente formado por un batallón de infantería, otro de artilleria,otro de tanques, mas los servicios médicos,unidades de ingenieros,reconocimiento, y los servicios habituales  de intendencia. Esta unidad era altamente flexible y lo suficientemente potente como para operar independientemente del resto de las tropas.

  Pero Patton se nego al ofrecimiento del coronel Abrams, el grupo de combate B era demasiado grande para la misión.Patton necesitaba un grupo más pequeño que pudiese infiltrarse con mayor facilidad a traves de la linea defensiva alemana.300 hombres  a bordo de poco mas de 50 vehiculos era todo lo que Patton necesitaba.
 

  Para la tarea se eligió a los hombres del 10º batallón del AIB (Armoured Infantry Batallion ) del teniente coronel Cohen, que eligió como comandante del contingente al capitán Abraham Baum.

 Capitan Abraham Baum.
 

  Baum tenía gran experiencia de combate, habia desembarcado primero en Casablanca en la operación Torch en 1942, luego había desembarcado en Normandía y participado en todas las campañas que el general Patton había llevado a cabo a través de Francia.


  Cuando Patton prometió al capitán Baum que si tenía éxito en la misión se le seria concedida de la medalla de honor, el capitán replico fríamente “ya tengo las ordenes, señor, no necesito que me sobornen para cumplirlas “.


  Tras obtener lo que quería, Patton se volvió a su puesto de mando, dejando allí al mayor Stiller para afinar los detalles de la operación.


  Cohen, Abrams y Baum tenían una vaga idea de la orden que tenían que cumplir. El campo de prisioneros en Hammelburg estaba a 100 kilómetros de donde se encontraban, y 80 de esos kilómetros estaban por detrás de las líneas alemanas.Ademas,ninguno conocía la localización exacta del campo de prisioneros,ya que no aparecia en los mapas de los que disponian.Cuando preguntaron al mayor Stiller,su respuesta fue que una vez que estuvieran cerca de la posible situación del campo,seguramente algún civil alemán podría informarles.


  Pero eso no era la unica dificultad.  Mientras el tercer ejercito se iba a dirigir hacia el norte,en direccion a Hamburgo, el grupo de  combate de Baum se iba a dirigir hacia el este, el territorio en donde iba a operar el 7º ejército. El mayor Stiller aseguro al capitán Baum la total cooperación del 7º ejercito, y añadió que sería factible contar con la cooperación aérea si era necesario.


  La reunión estaba terminando, cuando el mayor Stiller añadió de pasada que el mismo iba a marchar con el grupo. Los oficiales se sorprendieron, Stiller era un oficial de estado mayor, no un oficial adecuado para una operación como la que se esperaba.


  Pero en medio de la operacion,su rango iba a ser el superior, y sus órdenes prevalecerían sobre las de los demás oficiales del grupo,incluso sobre la del capitan Baum.



 
 (Continuara…)

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