domingo, 7 de julio de 2024

Paris 1900, los Juegos Olímpicos que casi no lo fueron ( 1ª parte )

 


 “ Tratar estos eventos como si fueran realmente campeonatos del mundo es realmente un insulto a los eventos importantes que si lo son. Para la mayoría de los competidores que hemos competido aquí, todo ha sido una gran broma”

  Así hablaba el velocista australiano Stanley Rowley de los Juegos Olímpicos de París de 1900, y eso que había ganado cuatro medallas.

  Este verano, en solo unas semanas, los mejores atletas del mundo convergerán en la capital francesa una vez mas para disputar los Juegos Olímpicos de verano.

  De alguna manera, la competición regresa a su hogar ; la capital francesa no fue la sede de los primeros juegos olímpicos modernos, pero París fue sin duda el lugar en donde nacieron. Aunque, como como dicen las palabras del velocista Rowley, el parto fue doloroso.

  En 1892, Pierre, baron de  Coubertain, por entonces un directivo del deporte francés poco conocido, organizaba un simposio en la universidad de la Sorbona, donde pidió por el renacimiento de los juegos olímpicos de la antigua Grecia, para los tiempos modernos.

 

  Dos años despues, de Coubertin convoca  nuevamente en París a destacadas figuras del deporte amateur francés. Fue entonces cuando se acordó crear un Comité Olímpico Internacional, para organizar los primeros juegos de la edad moderna, los juegos de Atenas de 1896.

Primer Comite Olimpico internacional. De Coubertin, sentado a la izquierda.
 

 Pero la llamada  a un renacimiento de los juegos venia de antes, desde 1835, cuando un poeta griego, Panagiotis Soutsos, pocos años después que Grecia hubiera conseguido la independencia del imperio otomano, rogaba al magnate griego Evangelios Zappas por su ayuda.

  En 1856, buscando dar un matiz nacionalista, Zappas escribía al rey Otto proponiéndole unos renacidos Juegos Olímpicos a disputarse en el Estadio Panatinaikos, en el centro de  Atenas, construido alrededor del año 300 a.c. pero que llevaba cientos de años en completa ruina. Habria premios en metálico para los vencedores, pero el ministro Rangavis, que encontraba incomprensible el interés por cualquier tipo de  práctica deportiva, replico que el dinero destinado  a premios estaría mejor gastado construyendo un gran edificio que pudiera albergar  una especie de exposición donde cada cuatro años se mostrasen al mundo los avances griegos en agricultura, industria y educación, dedicando un solo día del programa al deporte y otras actividades lúdicas.

Evangelios Zappas.
 

  Se pudo llegar a un acuerdo en 1858, y en noviembre del año siguiente se celebraban los denominados Juegos Olimpicos de Zappa,en una plaza adoquinada a las afueras de Atenas, Plateia Ludovikou.

  Aparte de carreras de caballos y de carretas, se disputo una prueba  de ascension de un poste engrasado , la tradicional cucaña, además de varias pruebas atléticas, que incluían carreras de velocidad, una de 1500 metros, dos variantes del lanzamiento de  jabalina ( una por distancia, otra por puntería), y otras dos variantes del lanzamiento de disco.

 

  Compitieron atletas  procedentes del mundo griego, y la asistencia del publico fue notable, pero la organización fue bastante pobre, ya que el público no tenia donde sentarse, y cuando trataban de  acercarse a las pruebas para verlas mejor, la policía a caballo intervenía cargando sobre ellos, causando heridos.

  Un columnista escribio que : “nunca hubo un evento más ridículo que la comedia que se está llevando  cabo en Plateia Loudovikou, debemos preguntarnos seriamente si queremos llamar juegos olímpicos a esto”.

  En 1865 moría Zappa, dejando buena parte de su fortuna dedicada a la continuación de  sus juegos. El rey Otto había partido al exilio, y el trono griego se había visto ocupado en 1862 por una adolescente, un príncipe de origen danés que iba a reinar con el nombre de Jorge. Entusiasta de los deportes, y consciente de sus limitadas credenciales “helénicas”, el rey Jorge anuncio la celebracion de  los segundos juegos Zappa en 1870. Usando una parte de la herencia dejada por Zappa, se reconstruyó el estadio Panatinaikos, aunque no se revistió de mármol, como el original.

Estadio Panatinaikos, antes de ser reconstruido.
 

  La organización se comprometió a pagar los viajes de los atletas y los premios eran cuantiosos. Se decidió incluir símbolos que recordaran a los juegos de la antigüedad, como el juramento de los atletas antes de competir y el anuncio de  las pruebas por heraldos. Los juegos dieron comienzo con el canto del himno olímpico, y a los vencedores se les otorgaban coronas de laurel.

  Los segundos juegos Zappa fueron un éxito de asistencia, mas de 30.000 personas asistieron a las diversas pruebas, aunque parte del público acuso al comité organizativo de incluir a demasiado competidores pertenecientes a la clase trabajadora ( como Troungas, el vencedor en la prueba de cucaña) en detrimento de la juventud "bien educada”.

  Así, en los siguientes juegos Zappa, en 1875, el organizador y gimnasta Ioannis Fokianos aseguro que solo atletas de las clases sociales más altas podían competir.

  Mas allá de que la prensa ateniense hablara de unos juegos mucho más respetables por su participación, los juegos fueron un desastre. El estadio estaba tan mal cuidado que los espectadores debían limpiar de arbustos y piedras el lugar en donde querían sentarse, y todas las sesiones comenzaban con un interminable y aburridísimo discurso del propio Fokianos.

 

  No hubo una cuarta edicion de los Juegos Zappianos. El comité organizador se gastó toda la herencia de Zappa que quedaba en la construcción del Zappeion, la enorme sala de conferencias de estilo neoclasico, prometida por el propio Zappa al pueblo ateniense, y que termino por construirse en 1898.

Zappeion.
 

  Ya en 1889, el baron de  Coubertin visitaba los Juegos Olimpicos de Wenlock, una localidad británica que llevaba celebrando unos juegos desde 1850.Consistian en varios eventos deportivos ( atletismo, tiro con arco, Badminton, tenis, hockey voleibol, etc.) junto a eventos artísticos, como danza, musica y teatro.

Explanada Linden, sede de los Juegos de Wenlock.
 

 Tras asistir a los juegos de Wenlock, Coubertin se puso manos a  la obra, y reunió al comité olímpico, para poner en marcha unos juegos olímpicos en Atenas.

  Coubertin  e puso en contacto con el primer ministro griego, Tricoupis, que no se mostró muy entusiasmado con la idea. Así que Coubertin se reunió con el príncipe Constantino, que se unió con entusiasmo a la idea. Creó un comité organizador, movilizó a la monarquía griega y comenzó con los preparativos.

  La caída del gobierno de Tricoupis en 1895 trajo una nueva administración griega más favorable a los juegos olímpicos, y el primer paso fue conceder un millón de dracmas para renovar el estadio Panatinaikos.

  Los juegos olímpicos de Atenas daban comienzo el 6 de abril de 1896.Durante las siguientes dos semanas, 241 atletas masculinos ( no hubo participación femenina) compitieron en 53 pruebas pertenecientes  a 9 deportes.

 

  Los participantes eran todos europeos blancos y norteamericanos de ascendencia europea. Y todos procedían de la alta burguesía o la aristocracia de sus respectivos paises. El comité olímpico chileno había insistido en tratar de incluir al atleta Luis Subercaseaux Erraruriz, para participar en los 100 metros lisos, los 800 y los 1600, pero el COI se negó a admitirlo.

  Bulgaria intento colar como búlgaro  al gran tirador Charles Champaud, hasta que se descubrio que en realidad era un profesor suizo.

  El equipo griego fue escogido de entre la diáspora griega, con atletas procedentes de Egipto, Anatolia y Chipre. Aunque unos pocos atletas griegos provenían de modestas familias, la mayoría no lo eran. Oficiales del ejercito griego, funcionarios de alto nivel, profesores de universidad, etc.

  Los estadounidenses que acudieron a Atenas también eran de sangre azul, sobre todo estudiantes de Harvard y Princeton.

  Húngaros, austriacos y alemanes pertenecian a la clase media alta de sus respectivas sociedades, y había una fuerte presencia de judíos, como el nadador húngaro Alfred Hajos o los austriacos Paul Neumann y Otto Herchsman.

 

  Los atletas alemanes habían decidido participar en los juegos de Atenas como un desafío al Deutsche Turnenbund, una institución ultra nacionalista, guardián de la versión germana de los deportes, que consideraba los juegos olímpicos peligrosos para Alemania por su cosmopolitismo, y había prohibido la participación de ninguno sus miembros bajo amenaza de expulsión.

  Carlo Arioldi, el mejor atleta italiano de  la época, fue excluido. Corredor especialista en largas distancias, había ganado la prestigiosa carrera Milán -Barcelona en 1895. Contando con la colaboración de algunos pequeños sponsors planeo viajar a los juegos en Atenas corriendo.

  Arioldi llegó a Dubrovnik, tomo un barco hasta Patras, y desde allí corrió hasta Atenas. Cuando intentó registrarse para participar en la maratón, su ruta “esponsorizada” y el dinero que había ganado en el año anterior participando en diversas pruebas lo convertía, a ojos de la organización, en un deportista profesional, y por tanto, no podía participar en los juegos. Eso dejo a   Italia con un único participante, el tirador Giuseppe Rivabella.

Programa oficial de los Juegos Olimpicos de Atenas 1896.

 

(Continuará…)

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