sábado, 4 de octubre de 2025

PANZERMANN ; tanquistas, reclutamiento y formación (4ª parte )

 


Viene de aquí :

  En mayo de 1943, Heinz Guderian, tras su regreso al servicio activo tras su caída en desgracia en el invierno de 1941-42, se convirtió en Inspector General de las Tropas Panzer.

  En  su nuevo cargo, emitió una serie de normas obligatorias para el entrenamiento de las unidades Panzer. Prohibió diversas prácticas, consideradas innecesarias o por falta de tiempo, como los ejercicios teóricos en lugar del entrenamiento de combate real, así como los simulacros.

 Guderian ordenó que el entrenamiento fuera versátil y se llevara a cabo a varios niveles desde el principio: ya no se trataba de dedicar tantas semanas a ejercicios en el nivel de pelotón, luego varias semanas a otro nivel, etc. Todo debía inculcarse simultáneamente a los reclutas.

Ejercicios de coordinacion infanteria-blindados.
 

  Este imperativo se explica por la repentina necesidad de enviar unidades con escaso entrenamiento al frente si la situación lo requería, una necesidad que se hizo evidente justo cuando fue necesario responder rápidamente a las crisis más urgentes y simultaneas del 6º ejercito de Von Paulus en Stalingrado y el Afrika Korps en Egipto.

Panzer IV destruido en Stalingrado.

  Para Guderian, se debia hacer especial hincapié en la puntería con todas las armas. El Inspector General especificó: “hay que lograr buenos resultados con poca munición”. Aparte de la cuestion de  la economía de medios y tratar de evitar el desperdicio de municion, sin duda Guderian  tenía en mente que, en combate, el primero en abrir fuego obtiene una clara ventaja, y es importante destruir al enemigo con la menor cantidad de proyectiles posible.

  De hecho, los ejercicios de tiro estandarizados continuaron evolucionando a lo largo de la guerra. Era práctica común realizar primero un ejercicio sin munición, ensayando todos los movimientos, y luego pasar al entrenamiento con proyectiles y munición real.

Guderian, en su labor como Inspector General de la PanzerWaffe. En primer plano, una maquina Enigma.
 

  Guderian también pretendía que el entrenamiento se centrara en las debilidades que se habían identificado: combate nocturno o con poca luz, camuflaje, combate en zonas forestales, etc. Estas recomendaciones y órdenes fueron repetidas en 1944 por el Generaloberst Geyr von Schweppenburg, cuando fue nombrado responsable del entrenamiento de las fuerzas Panzer desplegadas en el Oeste para repeler la invasión prevista para la primavera de 1944.

 La tarea de Geyr von Schweppenburg era aún más difícil porque desconocía el tiempo del que disponía para preparar a sus tropas: todo dependía de los Aliados, quienes eran los únicos que podían decidir dónde y cuándo se lanzaría la ofensiva.

  Peor aún, el uso de los Panzer dividió al alto mando del frente occidental, a pesar de que los diferentes escenarios y estrategias previstos requerían un entrenamiento muy distinto. Para Geyr von Schweppenburg, el campo de entrenamiento debía ser realista, lo que descartaba el tradicional campo de tiro, que había quedado obsoleto.

Von Schweppenburg, a la izq., junto a Rommel.
 

  En Francia, las unidades Panzer, en particular los batallones Panther, realizaban ejercicios en Mailly-le-Camp y Mourmelon. Al igual que Guderian, von Schweppenburg insistió en el combate nocturno o en condiciones de poca luz (probablemente debido al dominio aliado del cielo, aunque Schweppenburg no comprendía del todo las implicaciones tácticas y estratégicas, a diferencia de Erwin Rommel), en ejercicios de tiro y consideraba contraproducente el uso de munición de fogueo para este fin, así como cualquier tipo de entrenamiento sobre trayectorias de proyectiles: Para Von Schweppenburg, se aprendía en el campo de batalla  con proyectiles no simulados.

  Vehiculos para entrenamiento también escaseaban en ocasiones desde el comienzo de la guerra, aunque solo fuera por las exigencias del frente. Las tripulaciones solían entrenarse en vehículos obsoletos, que ya no eran útiles para desplegarse en el frente. La única ventaja de esta práctica era que evitaba el desgaste prematuro de equipo valioso si el entrenamiento se realizaba continuamente con el equipo más moderno.

 La conducción de tanques se podía aprender primero con vehiculos casi de desguace. Aprender a combatir a bordo de un B1 Bis francés capturado, un Panzer II o, posteriormente, un Panzer III, ciertamente no era lo ideal  cuando se trataba de servir en otros tipos de vehículos, en los que el entrenamiento a veces se acortaba , o incluso se eliminaba.

Bi Bis capturado en 1940, dedicado a labores de entrenamiento y lucha antipartisana.
 

  Estos vehículos relegados al entrenamiento, incluyendo potentes Panzer que se habian vuelto lentos con el tiempo, eran en ocasiones arrojados al combate por la fuerza de la necesidad: así, durante la Operación Market Garden, se lanzaron Panzer III obsoletos contra la "Autopista del Infierno", mientras que los viejos Tiger I se desplegaban con exito contra los paracaidistas polacos en Arnhem.

Tiger I en Arnhem.
 

 La falta inicial de entrenamiento sobre el vehículo en el que combatirían no fue sistemática, ya que el entrenamiento era, en cualquier caso, obligatorio sobre el nuevo equipamiento. Para los vehículos más modernos, con tecnología significativamente más compleja que los Panzer de primera generación, el ejército distribuyó manuales ilustrados: el Tiger Fibel y el Panther Fibel.

 

 En Francia se ubicaba el imponente complejo de Mailly-le-Camp, que proporcionaba las instalaciones de entrenamiento y educación para los batallones Panther. Esta base atrajo la atención de la Real Fuerza Aérea Británica la noche del 3 al 4 de mayo de 1944: los alemanes perdieron alrededor de cien vehículos (incluidos 37 Panzer) y 300 hombres, pero el ataque les costó a los británicos 42 aviones y 300 muertos. Sin embargo, la actividad continuó. En junio de 1944, diez batallones Panther que combatían en el Frente Oriental se entrenaban allí.

 Ademas de la calidad del material, la calidad del entrenamiento de la tripulación era fundamental en combate. La efectividad en el campo de batalla requiere un entrenamiento realista y efectivo, y sobre todo, tanquistas capaces de mantener una compostura inquebrantable y reaccionar con rapidez y precisión ante cualquier situación que surja durante el combate.

 Sin embargo, en la segunda parte del conflicto, la Wehrmacht creyó durante mucho tiempo que la potencia y calidad de sus Panzers podría compensar ciertas deficiencias en el entrenamiento.

 La calidad de las tripulaciones, la solidez de las doctrinas del combate de blindados y su dominio en muchos campos de batalla nunca estuvieron en duda, y los Panzermen de la Wehrmacht y las Waffen-SS se encontraban entre los mejores soldados de su generación.

 
 
 A new Excalibur : The Development of the tank 1909-1939 - A.J. Smithers.

PANZERDIVISIONEN History, organisation, equipment, weaponry and uniforms of Wehrmacht armoured divisions (1935-1945)  : Ricardo Recio Cardona.

 Batailles & Blindes magazine, nº 95, feb-mar 2020.