lunes, 31 de mayo de 2021

Heraclio, azote de Persia ( 19ª parte )

 


Viene de aquí:

  Una parte mucho menos importante para los ejércitos árabes durante los primeros años del islam era la maquinaria de asedio. La mayoría de las ciudades árabes tenían algún tipo de fortificación, pero pocas estaban preparadas para resistir un sedio prolongado, así que los musulmanes tenían muy poca experiencia en la guerra de asedio.

  Por ejemplo, el manjaniq  (mangonel) de origen persa, muy similar al fundíbulo o trabuquete europeo, no apareció en los ejercitos musulmanes hasta mediados del siglo VII.Se pudo ver uno de estos artefactos en el asedio de Taif en el año 630, pero el fracaso de las tropas musulmanas a las ordenes del profeta Mahoma podria indicar que se usaban las maquinas de asedio contra personal y no contra las modestas fortificaciones de la ciudad.

Mangonel.
  

  Parece ser que Mahoma ordeno que el mangonel fuera cargado con nafta ardiendo , y los Thakif, tribu pagana que defendía la ciudad, respondió lanzando a su vez fuego que caía en forma de esquirlas metálicas al rojo sobre las tropas de Mahoma, imitando la táctica del bombardeo con arena y esquirlas metálicas empleado por primera vez por los fenicios contra los soldados de Alejandro Magno cuando asediaba Tiro, unos 1.000 años antes de las guerras de Mahoma.


  

 Tampoco hay evidencias del uso de otros ingenios de asedio basados en la torsión, como el onagro o la clásica balista.

  El uso sistemático y masivo de mangoneles no se produjo hasta el año 683,cuando los erjcitos omeyas se pusieron en marcha para atacar Medina y la Meca. En Damasco, los soldados cargaron toda una enorme caravana de camellos con un buen número de mangoneles y decenas de grandes odres de cuero llenos de nafta, y lograron la asombrosa hazaña de atravesar el abrasador desierto de An Nafud en pleno verano, cayendo por sorpresa sobre las citadas ciudades.

  Según el islam  iba creciendo política y territorialmente, algo similar a un sistema de reclutamiento comenzó a emerger.

  La mayoría de los “muqatila” (combatientes) que servían en los ejercitos árabes de  la primera mitad del siglo VII eran de origen beduino, nada sorprendente teniendo en cuenta que estaban perfectamente adaptados a las incursiones rapidas, la equitación, el tiro con arco, lanzas, etc, todo ello era parte de su vida cotidiana desde hacía muchos siglos atrás.

  

  Pero la rápida expansión de la comunidad islámica necesitaba mas guerreros.Voluntarios o tribus enteras viajaban a Medina, en donde eran encuadrados y entrenados.Las armas eran las que cada guerrero poseía, aunque en algunas ocasiones donde hacía falta formar un ejercito con rapidez ,la  comunidad islámica costeaba las armas de los combatientes con menos posibilidades económicas.

  Las alianzas militares con tribus judías y cristianas, jugaron un importante rol en los primeros años del islam, sobre todo en la supervivencia militar y los éxitos de Mahoma y su Umma.

  Tribus clientes y esclavos, la inmensa mayoría de origen no árabe, estaban presentes también en los primeros ejercitos islámicos.

  A pesar de algunos avances en comparación con el periodo preislámico, los primeros ejercitos musulmanes estaban formados de manera simple y así eran las tácticas que utilizaban.Aparte de la mayor movilidad en el desierto que proporcionaba el uso de camellos, los ejercitos musulmanes estaban en desventaja tecnológica tanto con los bizantinos como con los persas.

  Incluso despues de las guerras Ridda, el ejercito musulman estaba más cerca de ser una partida  de saqueadores de caravanas que de un ejercito profesional como el bizantino.

  Nada se les pagaba por su servicio, tampoco tenían ningún tipo de “pensión” para cuando eran demasiado ancianos para combatir, y no se registraba su nombre en ningún registro cuando se alistaban.

  Pero los combatientes islámicos tenían el derecho al saqueo y al botín, estaban unidos por los lazos tribales y animados por la moral de la que les dotaba su religión.

  Así, en la decada entre el 630 y el 640, los grandes poderes  de la zona, Persia y Bizancio, iban a  conocer de primera mano cual era el potencial militar de los seguidores de la nueva fe en oriente medio.

  Tras volver a territorio imperial en el año 628, el emperador Heraclio había conseguido mantener intacta la integridad territorial de su imperio, y, además, uno de sus aliados,el general Sarabaraz, se sentaba en el trono de su mayor enemigo, los persas sasánidas.

  La potencia del ejercito bizantino se había visto restaurada, y quizás lo más importante para la cohesión del imperio, con la vuelta de la Vera Cruz y otras reliquias cristianas, la preponderancia del cristianismo en la region se había visto demostrada y aumentada.

"El emperador Heraclio llevando la Vera Cruz al Calvario", obra de Palma el Joven.
 

Pero, tras veinte años de guerra, aun quedaba mucho trabajo por hacer.

  El final de la guerra bizantino-sasánida del 602-628 podría haber visto la repeticion  de  un acuerdo similar al que habían firmado el emperador Mauricio y Cosroes II en los últimos años del siglo VI, pero ambos imperios habían gastado una gran cantidad de recursos y energía para volver prácticamente al punto de partida  en el que se encontraban al comienzo de la guerra.

  La creciente buena reputación ele emperador y sus victorias militares habían contribuido a restaurar la autoridad bizantina sobre territorios recuperados a Persia, pero las infraestructuras económicas y la forma de vida en esas regiones recuperadas se habían visto gravemente dañadas y el fin de las hostilidades no había logrado restablecer rápidamente la economía y el flujo de mercancías con la metrópoli, Constantinopla.

  Heraclio decidió desmovilizar parte de su recito, sobre todo los contingentes de mercenarios y aliados, para reducir la presión sobre el tesoro imperial, ya que era difícil justificar el pago de grandes sumas de dinero para tener un gran ejercito cuando no había un gran enemigo a la vista.

  Pero la posibilidad de la aparición de algún general persa o algún aspirante a rey de Persia en  busca de prestigio militar  obligaba a Heraclio a mantener una fuerza militar considerable a lo largo de la frontera oriental del imperio.

  La preocupación del emperador Heraclio por Persia y por reducir el gasto militar al mismo tiempo había provocado que el imperio bizantino decidiera no intervenir en zonas en las que siempre había tenido una presencia importante; los Balcanes, Hispania e Italia.

  Las tribus avaras y eslavas ocupaban prácticamente todo el territorio balcánico que hasta hacia pocos años había pertenecido a Bizancio, llegando hasta las cercanías de la propia capital imperial.

  En Hispania, los bizantinos habían ido perdiendo terreno progresivamente ante el avance visigodo, y ya apenas conservaban varias ciudades en la zona del estrecho, como Malaca, Gades y Urci ( en un lugar desconocido de la frontera entre la Betica y la Tarraconense,¿ quizas la Zona Arqueologica del Chuche, en Benahadux, Almeria ? ), con pocas esperanzas de poder mantenerlas en su poder si no recibían ayuda desde Bizancio.

  

  Y en Italia, la autoridad imperial decaía rápidamente frente a un papado cada vez más confiado y atrevido  y a la continua amenaza de los lombardos.

  Gracias a la reduccion del presupuesto militar, Heraclio pudo dedicar gran cantidad de recursos a un programa de reconstrucción de edificios civiles, para devolver su antiguo esplendor a las ruinas que jalonaban buena parte del imperio bizantino, sobre todo en Constantinopla y sus alrededores.

Posibles restos de la ciudad hispano-bizantina de Urci...

 
...Parcialmente destruidos por la construccion de  una carretera.

(Continuara…)

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