lunes, 28 de mayo de 2012

Anabasis, la marcha de los Diez Mil.




Sometida Atenas, Lisandro volvió a Esparta, donde fue honrado como ningún espartano lo había sido antes. Gracias a Lisandro, Esparta dominaba la mayoría de los puertos del mar Egeo. En todas las ciudades que visito en su vuelta a Atenas estableció diarquías (gobierno de diez miembros), gobernantes que disponían de poder total sobre las vidas y los bienes de los ciudadanos. La antigua liga de Delos ,que bajo los atenienses tenía que contribuir a los gastos de la flota ateniense (motivo de su rebelión ),ahora tenían que pagar a  Esparta un enorme tributo de mil talentos anuales.

Lisandro estableció en la recién ocupada Atenas un gobierno de treinta atenienses partidarios de esparta,los "treinta tiranos". Implantaron un gobierno de terror, en el que adversarios políticos y enemigos personales fueron asesinados.1.500 ciudadanos  atenienses fueron ejecutados.

Los treinta tiranos acabaron persiguiendo y asesinado a todo aquel ateniense que tuviera un poco de dinero. Eran enemigos de cualquier ateniense culto, querían arrastrar al pueblo ateniense a la ignorancia, que les haría más manejables.

Critias era uno de los elementos más extremistas de los treinta tiranos, y lideraba el grupo de "los once", que se encargaba directamente de las prisiones y las ejecuciones.

Muchos atenienses huyeron de Atenas y se refugiaron en Tebas,donde encontraron la comprensión y el apoyo de otras muchas ciudades de la liga de delos, arrepentidas de su anterior apoyo a los espartanos.

En mayo de 403 a.c.,un grupo de exiliados atenienses pro-democraticos,al mando de Trasibulo,derrotaron  a la caballería espartana de los treinta, consiguiendo matar a varios de los treinta tiranos, incluido Critias.La tiranía fue eliminada y se restablecieron las instituciones democráticas.

El gobierno espartano recibió innumerables quejas de las ciudades gobernadas por espartanos. Y para evitar nuevas revueltas decidió retirar del mando a Lisandro.

Mientras tanto, en Persia,conspiraciones,magnicidios y asesinatos varios estaban a la orden del dia.En 465 a.c.,Jerjes fue víctima de una conspiración y poco después su primogénito dario fue asesinado a instancias de su hermano Artajerjes.

Artajerjes reino más de 40 años, y su hijo y sucesor Jerjes II fue asesinado a las dos semanas de reinado por su hermano, eliminado a su vez por otro hermano, Dario II.

Dario II era un gobernante débil, casado con su hermanastra Parisatis,con quien tuvo trece hijos, entre ellos Artajerjes II ,el heredero, y  Ciro. Ciro era más joven que Artajerjes II,era enérgico y ambicioso y se propuso arrojar del trono a Artajerjes. Su madre Parisatis le ayudo en su plan, puesto que Ciro era su hijo preferido. Y en el año 401 se rebelo.

Tras el final de la guerra del Peloponeso, miles de mercenarios griegos habían quedado sin trabajo. Los griegos eran muy apreciados como valerosos y expertos combatientes. Su disciplina y sus tácticas eran especialmente admiradas por los soberanos orientales, que no dudaban en reclutarlos siempre que podían.habian combatido  a las órdenes de faraones egipcios, de gobernantes cartagineses, a las órdenes de sátrapas persas,etc.

A la llamada de Ciro acudieron miles de griegos y tracios de diversas ciudades, atraídos por las promesas de una paga generosa y un rápido botin.A Sardes, capital de la satrapía de Lidia, acudieron miles de hoplitas, cientos de peltastas y arqueros.

 Sardes.

Ciro los vio desfilar capitaneados por sus respectivos estrategos :

Clearco de Lacedemonia, con mil hoplitas, ochocientos peltastas tracios y doscientos arqueros cretenses ;

Jenias de Arcadia, con cuatro mil hoplitas;

Menon de Tesalia, mil hoplitas y 500 peltastas ;

Proxeno de Beocia, 1500 hoplitas y quinientos peltastas ;

Sofeneto de Estinfalo,mil hoplitas

Y varios estrategos mas, en total 10.000 hoplitas y dos mil peltastas y arqueros, el mayor ejército griego mercenario reunido nunca. Ciro unió este ejercito de mercenarios al suyo propio, compuesto exclusivamente de soldados persas, unos 10.000 soldados mas.

La expedición salió de Sardes y se dirigió al interior de Persia, aunque nadie sabía cuál era el objetivo de Ciro.

El tremendo viaje de los mercenarios griegos,” los diez mil”, fue descrito magistralmente por el ateniense Jenofonte en su obra la Anábasis ( o marcha de la costa hacia el interior).

La marcha comenzó con un rápido avance hacia el sureste hasta llegar y vadear el eufrates,cruzando tierras de Lidia,Cilicia y Siria,adentrándose en Mesopotamia y llegando a las cercanías de Babilonia,para enfrentarse  a las tropas de Artajerjes II.


Los griegos se enteraron a mitad de camino que el plan de Ciro no era someter a las tribus rebeldes de Pisidia,como se les había dicho, sino que pretendía disputar el trono a Artajerjes. Los mercenarios se asustaron ante la dificultad de la empresa y amenazaron con volver por donde habían llegado, pero las promesas de grandes recompensas y el encontrarse en medio de territorio enemigo los retuvo.

En Cunaxa,al noroeste de Babilonia, Artajerjes Ii lanzo sus tropas contra las de su hermano. Los griegos se colocaron a la derecha del ejército de Ciro,como era costumbre. Asaltaron las líneas enemigas una y otra vez, hasta que el pánico se apodero del flanco izquierdo de Artajerjes.


Pero las cosas transcurrieron diferentes en el otro lado, donde luchaban persas contra persas. Ciro fue gravemente herido en un ojo por una flecha, cayó del caballo y fue aplastado y muerto con todos los que intentaban cubrirle. Artajerjes mando cortar la cabeza y la mano izquierda de Ciro y los levanto en alto, para que todos pudieran verlo. 


Para los persas de Ciro,fue el final de la batalla, emprendieron la huida a toda velocidad.

Pero los griegos siguieron en la brecha.Clearco y sus hoplitas aplastaron a los persas. Pero el campamento de Ciro había sido saqueado y los griegos se encontraron sin viveres,en un país enemigo y a mucha distancia del mar. Y lo que era peor, sin ninguna recompensa o botín.

Uno de los sátrapas de confianza de Artajerjes, llamado Tisafernes,pacto con los griegos y prometió indicarles un camino seguro para regresar; además, les proporcionaría víveres si se los pagaban y le prometían no saquear el país.

Los griegos emprendieron el camino de regreso, y cuando estaban a mitad de camino,Tisafernes encontró el momento perfecto para tenderles una trampa. Con astucia y buenas palabras, convenció a Clearco y a sus oficiales para que le visitaran en su propia tienda.

Cinco estrategos y 20 capitanes acudieron a la reunión. De pronto, la guardia de tisafernes izo una bandera roja y comenzó la carnicería ;los 20 capitanes fueron degollados inmediatamente, y los estrategos fueron encadenados y enviados al rey Artajerjes, que mando decapitarlos.

Tisafernes envió emisarios a los griegos, exhortándoles a deponer las armas ahora que sus jefes habían muerto. Jenofonte tomo la palabra e infundio renovados ánimos a la tropa, invitándolos a elegir nuevos jefes y reemprender la marcha, confiando en los dioses y en el propio coraje griego.
 Jenofonte.

Perseguidos por Tisafernes, siempre en dirección norte, los diez mil reemprendieron la marcha, bordeando el Tigris hacia las tierras de Armenia y luego al mar Negro. Siempre en guardia, saqueando las comarcas por las que pasaban, combatiendo contra los indígenas, sin caballería para perseguir a sus atacantes, los griegos dieron muestra de un temple heroico.

Tisafernes no se atrevió a atacar directamente a los diez mil, se conformo con hostigar la retaguardia griega con ataques de su caballería.

"Los Diez Mil" llegaron por fin a las montañas de Armenia. El frío de diciembre era
terrible; y los griegos caminaron mucho tiempo con nieve hasta la cintura, sufriendo el azote de un viento glacial. Muchos soldados, agotados de hambre y cansancio, se tendían para dejarse morir. Más tarde llegaron a ciudades ricas en ganado, alimentos vino y cerveza, y se quedaron allí una semana para reponer fuerzas.

La escena más famosa de la Anábasis es la del reencuentro de los griegos con el mar.
Jenofonte cuenta como desde la retaguardia observa las filas de soldados dirigirse  a la cima de un monte, y como desde allí se lanza un tremendo griterío:



Thalassa,thalassa (el mar, el mar ),grito que se transmitía de unos a otros. Según llegaban a la cima del monte, se abrazaban unos a otros, estrategos con hoplitas, peltastas con capitanes,etc.

Aun estaban lejos de sus hogares, se encontraban cerca de Trapezunte (Trebisonda,a orillas del mar negro ) pero divisar el mar les dio grandes esperanzas de regresar a su patria, ya podía trazar un nuevo camino a lo largo de la costa para regresar a Grecia.

Siempre combatiendo, de Trapezunte siguieron costeando en dirección oeste. Tras muchas dificultades, pudieron disponer de una flota, y llegaron a tierras europeas en el año 399 a.c.,en la costa de Bizancio.Alli,parte del ejercito se disperso.La mayoría sirvieron como mercenarios a las ordenes de un príncipe tracio,Seutes,y luego fueron reconducidos de nuevo por Jenofonte, en apoyo de la campaña de Tibron de Esparta contra Tisafernes.

En la marcha entre Cunaxa y Trapezunte murieron 3 mil griegos, y otros tantos entre Trapezunte y Bizancio. Apenas 5.000 griegos llegaron a Grecia.

El episodio no tuvo especial relevancia en la historia del imperio persa. Artajerjes regreso a la corte tras librarse de su rebelde hermano y Tisafernes recupero su satrapía en el Asia menor.

En cambio, para los griegos la expedición de los diez mil fue una constatación de la superioridad militar griega contra los persas. El que un ejército griego pudiese cruzar audazmente el inmenso imperio persa sin encontrar adversarios de su nivel mostraba a las claras la debilidad interna del despótico dominio persa.

Y la lección de los diez mil no fue olvidada, poco más tarde le fue muy útil al espartano Agelisao,vencedor de Tisafernes,y dio ánimos e ideas a Alejandro Magno para su marcha triunfal por Asia.


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