viernes, 21 de julio de 2017

1534 : El extraordinario viaje de Alvar Núñez “Cabeza de Vaca” (15 ª parte)



Viene de aquí:


  De los cuatro supervivientes, solo Castillo tenia conocimientos reales de medicina, ya que su padre había sido físico para los estudiantes de la universidad de Salamanca, y tenía una habitación dedicada exclusivamente para practicar la medicina en su propia casa.


  En octubre de 1534,los supervivientes llegaron a territorio de una tribu llamada avavares,otro grupo nómada que habitaba el norte de lo que hoy es la bahía Corpus Christi.Tras unas cuantas exitosas curaciones gracias a efectuar el signo de la cruz sobre los enfermos y rezar un par de padrenuestros, los 4 supervivientes realizaron su mayor hazaña curativa.


  Un dia, un grupo de indios susolas llegó al campamento de los avavares, y rogaron al grupo de supervivientes que marchara a su campamento, en donde tenían  varios de sus guerreros con heridas de flecha, ya que la tribu se ncontraba en guerra.Especialmente uno de ellos, llevaba mas de dos días sin recobrar el conocimiento y se encontraba a las puertas de la muerte.


  Ninguno de los 4 supervivientes tenía experiencia en el tratamiento de  heridas de flecha, y se mostraron reacios  a ayudar a los indios susolas, ya que no tenían mucho que ganar y mucho que perder.


  Cuando llegaron campamento susola, el hombre mas gravemente herido parecía estar ya muerto, ya que los otros miembros de la tribu estaban desmantelando su choza, lo que parecía ser una costumbre indígena que indicaba que el dueño de la choza ya había muerto,y cualquiera podia llevarse entonces sus posesiones.


  Cabeza de Vaca decidió encargarse del caso, y tras inspeccionar someramente al herido, se dio cuenta del problema. El hombre había sido herido por una flecha en el hombro derecho tiempo  atrás.La herida había cerrado y sanado, pero la punta de la flecha no había sido extraída,y  con el paso del tiempo y el movimiento se habia ido aproximando poco a poco a su corazón.



Capitulo XXIX
 

"y con un cuchillo que tenía le abrí el pecho hasta aquel lugar, y vi que tenía la punta atravesada, y estaba muy mala de sacar; torné a cortar más, y metí la punta del cuchillo, y con gran trabajo en fin la saqué. Era muy larga, y con un hueso de venado, usando de mi oficio de medicina, le di dos puntos; y dados, se me desangraba, y con raspa de un cuero le estanqué la sangre."


  La punta de la flecha recién extraída pasó de mano en mano por todos los habitantes del poblado susola, que deseaban ver y tocarla. En los días siguientes, la punta de la flecha viajo a varios poblados cercanos, ya que la noticia de la “cirugía” exitosa se había extendido por toda la zona, y todas las tribus querian ver el objeto de la prodigiosa operación.


  Al día siguiente de la extracción, Cabeza de Vaca corto las puntadas, y la herida fue cicatrizando con normalidad. El indígena recién curado aseguró no sentir ya ningún dolor, aunque afirmó que recordaría el dolor causado por la cirugía durante el resto de su vida.


  Todas las tribus indias de la región estaban a un tiempo asombradas y preocupadas por la curación. Ya no eran simples chamanes u hombres-medicina que podían curar enfermedades, ya incluso podían resucitar muertos.


  Teniendo en cuenta que los cuatro supervivientes habían llegado a  aquellas tierras desde el sur, los nativos comenzaron a denominarlos “hijos del sol”.

  Tras pasar 8 meses con los avavares, a principios del año 1535 el grupo reanuda su viaje hacia Panuco.Decidieron tratar de evitar en lo posible acercarse a la costa para no tener ningún tipo de contacto con las tribus que allí habitaban, ya que habían tenido conocimiento que una de esas tribus, los camoles, habían masacrado a los integrantes de una de las lanchas de la expedición original de Narváez.


  Pero el terreno era desertico,era el desierto que se extiende desde Baffin Bayy en Texas hasta el delta del rio Grande, y el grupo pasó grandes penurias,comiendo lo que podían encontrar; arañas, lagartos, huevos que arrebataban de pequeños nidos, e incluso un par de perros, que no tardaron en devorar.


  Pasaban de tribu en tribu, permanecían un par de semanas “sanando “a los enfermos y recuperando fuerzas, y volvían a reanudar la ruta.Afortunadamente para los españoles, su prestigio como curanderos y chamanes les precedia, y allí por donde pasaban eran surtidos de abundantes provisiones y agua.


  Según marchaban hacia el sur, comenzaron a divisar señales de un cambio en el modo de vida de los nativos: cultivos de maíz y frijoles, calabazas, pieles de ciervos, huesos de patos y pavos, etc, las señales que indicaban la presencia de sociedades sedentarias, dedicadas  a la agricultura.


  Aunque no lo sabían, los viajeros se encontraban más cerca que nunca de su objetivo, el objetivo que llevaban buscando desde que desembarcaron en Florida : el Rio de las Palmas,el objetivo de la expedicion de Narvaez se encontraba a escasos 100 kilómetros hacia el sur. En dos semanas de marcha llegarían allí, y 200 kilómetros más allá estaba Santisteban del Puerto, el puesto español avanzado situado más al norte.


  Tras casi 2.000 kilómetros de marcha, su viaje estaba  a punto de concluir.Pero entonces los viajeros hicieron algo inexplicable. Repentinamente cambiaron de rumbo y se internaron tierra adentro, hacia el noroeste, alejándose de la costa e internándose en el corazón del continente totalmente desconocido.


  No se sabe por qué tomaron esa decisión, abandonar la búsqueda de Panuco e internarse en el interior hacia el oeste. Quizás fuera debido a un encuentro que tuvieron con una nueva tribu, que afirmaba que procedían de la costa del gran mar del sur (el océano Pacifico) y llevaban con ellos objetos que los españoles no habían visto en ninguna parte de su viaje: objetos de cobre y algodón.


  Los desconocidos nativos mostraron a los españoles una especie de cascabel de cobre con una cara tallada en ella y varias mantas de algodón, y afirmaron que procedían de las tierras de mas allá del norte de la costa del mar del sur.


   La expedicion de  Narváez no había encontrado cobre en ninguna parrte, ni en Florida, ni en el golfo de Mejico, ni en Texas. Las implicaciones que la aparición de objetos de cobre tenían para los españoles eran evidentes: si había objetos de cobre, eso quería decir que había algún tipo de fundicion de  metales. Y la existencia de objetos decorativos de cobre indicaba un cierto tipo de  “civilización” superior: no se trataría de tribus que obtenían cobre por medio del comercio, sino tribus sedentarias, ya que necesitaban de un sitio fijo para instalar la fundición. Y en esa fundicion, quizás, solo quizás, se fundiese algún otro tipo de metal precioso, aparte del cobre.


  Los expedicionarios se pusieron  rápidamente en marcha hacia el oeste, siempre acompañados por decenas de nativos que no querían abandonar a sus curanderos. Aunque los expedicionarios querían marchar directamente hacia el oeste, en busca de las comunidades que podían fundir cobre y otros metales, al toparse con la inmensa Sierra Madre Oriental se vieron obligados a girar hacia el norte, atravesando sierra de la Gloria y sierra del Carmen, de nuevo en dirección a rio Grande.


  El viaje continuaba de la misma manera que los anteriores meses, con los expedicionarios ganándose cobijo y alimento gracias a sus capacidades curativas.Particularmente Cabeza de Vaca, que desde que había extraído una flecha del cuerpo de un guerrero susola se sentía más confiado, y no se limitaba solamente a rezar, sino que ya utilizaba el cuchillo con cierta destreza, y cosía las heridas usando como aguja un fino hueso de venado.

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