lunes, 10 de julio de 2017

1798: Napoleón ,la campaña de Egipto (5ª parte )


Viene de aquí:

"El agua del Nilo no es champagne

Por que ir a hacer la guerra donde no hay cabarets ? "

Antoine Charles Louis de Lassalle


  Estos versos del más tarde general Lasalle indican cual era la moral de las tropas francesas acuarteladas en las diferentes localidades de Egipto, a mediados de 1798.

  Los intentos de las autoridades francesas por crear algún tipo de estructura cultural similar a la francesa (teatros, periódicos, conciertos musicales, cafés al estilo europeo, etc) no podían hacer olvidar a los soldados lo que realmente les interesaba; las mujeres.



   Solo unos pocos cientos de mujeres francesas habían acompañado a la expedicion,trabajando como cantineras o lavanderas.La gran mayoría de ellas eran esposas de soldados, y se negaban a llevar el velo típicamente islamico, lo que disgustaba profundamente a las autoridas religiosas egipcias.

  Las peleas entre soldados y nativos a causa de mujeres comenzaron a aumentar,causando algunos muertos y decenas de heridos en ambos bandas,lo que obligó a Bonaparte a tomar medidas : enviar un mensaje al Directorio de Seguridad Publica de París solicitando el envió a Egipto de al menos un centenar de mujeres solteras. Pero el Directorio parisino no creyó conveniente aceptar la solicitud de Bonaparte.

  Asi, los únicos que no tenían “problemas de mujeres”, eran los oficiales, que tenían el suficiente dinero para costearse una concubina más o menos fija.

 "Aimes,danzarinas publicas",de Andre Dutertre: observese la reja,la celosia,simbolo de virginidad en el arte occidental.Como la celosia esta rota,no esta intacta,el artista quiere dar a entender que las mujeres ya no son virgenes.
  Otra opción para los soldados era contraer matrimonio con alguna mujer local.Para los jeques egipcios, tal matrimonio podía ser perfectamente legal, siempre que el novio costease los gastos y pronunciara en la boda el consabido “no hay más dios que Ala, y Mahoma es su profeta”. O sea, que se convirtiera (aunque fuera solo momentáneamente) al islam. Pero muy pocos soldados franceses decidieron seguir esa via,a excepción de algunos oficiales,que vieron en el matrimonio con alguna mujer local la mejor manera de mejorar su posición social,casandose con la hija de algún líder o alto funcionario egipcio, como el general Menou,que contrajo matrimonio con Zobaida al-Bawab,la hija de un sharif (descendiente directo de Mahoma ).

  El mismo Bonaparte tomó también una concubina,Zenab, una joven de 16 años hija del jeque Al Bekri.Pero parece ser que Zenab tenía demasiadas curvas,era demasiado voluptuosa y llevaba demasiado perfume, algo que chocaba con los gustos de Napoleón,que decidió abandonarla tras pocas semanas. Tras la marcha de los franceses, Zenab fue asesinada por sus paisanos por haber mantenido relaciones con un infiel.

  Pero la inmensa mayoría de la tropa napoleónica en Egipto no tenía otra opción que la prostitución. Tras el fracaso de su gestión ante el Directorio de Paris, Bonaparte encargó al almirante Perré “requisar” varios centenares de prostitutas armenias y georgianas de los burdeles de Constantinopla, “para el bienestar de la nación” y la "moral de sus soldados".

  La llegada de los navíos de la flota francesa cargados de prostitutas desde Constantinopla trajo la lógica alegría a las tropas francesas, pero también trajo algo mucho peor: la peste.

  La epidemia tardo unos meses en afectar a los franceses, gracias sobre todo a la separación social entre egipcios y franceses, y a la separación física impuesta por Bonaparte, que prohibió a los soldados franceses abandonar el barrio europeo de Alejandria.Pero a principios de 1799, más de un centenar de soldados habían fallecido por efectos de la peste.


  Rápidamente se intentaron tomar medidas, pero la etiología de la enfermedad aun era bastante desconocida, y los remedios ensayados eran bastante inefectivos.
  Básicamente, Bonaparte ordenó al general Marmont llevar cada día a bañarse en el mar a una brigada de infanteria.Alli en el mar Mediterraneo debían también lavar la totalidad de sus ropas, y volver a sus cuarteles absolutamente limpios.

  Se estableció un tribunal especial para juzgar casos que atentaran directamente sobre las medidas sanitarias tomadas, donde incluso se contemplaba la pena de muerte para quien no respetase la cuarentena declarada en varias ciudades (Alejandria, el Cairo, etc).En el Cairo se instalaron tres hospitales militares para tratar a los enfermos, y se ordenó mantener cerradas las puertas que unían los distintos distritos de la ciudad, para tratar de mantener la enfermedad lo más controlada posible.

  Pero esta medida, mantener separados e incomunicados los distintos distritos del Cairo ofendían a los egipcios, que veían muy limitados sus movimientos, sobre todo de mercaderes y comerciantes, que solo podían trabajar en un distrito determinado, sin poder salir de el.

  Varios intentos de los egipcio por sobrepasar las puertas fueron repelidos con dureza por los soldados franceses. Preocupado por las consecuencias, Bonaparte ordenó que todos los ciudadanos del Cairo debían entregar sus armas de fuego. Aquellos que se negasen, recibirían 100 latigazos, o,si se les encontraba en posesión de balas y polvora,serian decapitados.

  Los acontecimientos se precipitaron.A principios de febrero de 1799, un grupo de unos 80 ingenieros, tropa y oficiales, fueron enviados a la villa de Salmieh, a construir unos cuantos hornos para la población local. Tras un par de días sin recibir noticias, Bonaparte envió alli a un contingente al mando del general Reynier.

  Al llegar a la aldea,descubrieron a los 80 cadáveres. Según un testigo, los soldados franceses habían sido capturados, sodomizados y después se les habían cortado orejas, narices y genitales.Luego, algunos habían sido decapitados, otros descuartizados, y los demás introducidos en los hornos que habían construido anteriormente y quemados vivos.

  La matanza había sido terrible, pero las represalias francesas no lo fueron menos.Las tropas de Reynier rodearon la población, y al anochecer la incendiaron,sin permitir salir a nadie.Ningun civil sobrevivió.

  Para tratar de detener la escalada de violencia, Napoleon optó en primer lugar por castigar severamente a cualquiera de sus soldados que abusara en cualquier manera de algún egipcio.Pero los incidentes seguían produciéndose, ya que los egipcios desconfiaban de la justicia de los ocupantes franceses y se tomaban la justicia por su mano.

  Cuando un soldado francés fue acusado de robar dinero a un comerciante turco, fue juzgado sumariamente y ejecutado. Pero otro soldado que fue descubierto tratando de robar un cuchillo a un árabe fue atrapado por el populacho, que lo asesino a golpes.

  Bonaparte no toleraba ese comportamiento de los egipcios, y comenzó por imponer penas de cárcel o el pago de importantes cantidades de dinero a los agresores de soldados franceses, pero la medida no funcionó, y paso a ordenar a sus oficiales la necesidad de tomar medidas más duras.

  Algunos oficiales, como el general Menou, optaron por tomar brutales medidas represivas. Para castigar el asesinato de un soldado frances, Menou ordenó transportar a 200 civiles al lugar donde se había producido el asesinato. Los soldados franceses masacraron a los civiles, y luego incendiaron sus poblaciones de origen.

  Similares incidentes y similares represalias se fueron extendiendo por todo Egipto según la ocupación se extendía.A finales de año, las medidas francesas comenzaron a hacer efecto: las poblaciones del delta del Nilo habían sido pacificadas y había indicios de que la población egipcia aceptaba, aunque de mala gana, las medidas legales y judiciales de la potencia ocupante.

  Pero había otros obstáculos a los que Bonaparte debía prestar atención. Los otomanos amenazaban con entrar en la guerra, y la flota británica del almirante Nelson se aproximaba a las costas egipcias.

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