jueves, 13 de septiembre de 2018

Colditz: OFLAG IV C. (5ª parte) : Las peripecias del teniente Neave.( II )



 Viene de aquí:


  Aunque el intento de huida del teniente Neave disfrazado de cabo del Heer había fracasado, la idea de disfrazarse como un aleman era perfectamente valida.


  Neave decidió participar en los ensayos para la actuación especial del día de Navidad de 1941, en la que prisioneros de distintas nacionalidades llevarían a cabo un espectaculo de  variedades para entretener a los internados en el teatro del castillo.

 La actuacion del dia de navidad de 1941,con Airey Neave sentado abajo  a la izquierda,con lo que parece un ukelele.El holandes Luyten a su izquierda,de pie,con lo que parece un contrabajo.


  Pero Neave dedico las horas  de ensayo en  realizar un agujero en el suelo debajo del escenario. El agujero llevaba  a una pequeña estancia al final de  un pasillo, en cuyo extremo opuesto estaba el puesto de guardia alemán,y unos metros mas alla,la puerta de salida al patio.


  El momento para la huida llegó el 5 de enero de 1942, junto a un oficial holandés de nombre Abraham Pierre Tony Luyten.Los dos hombres,vestidos con falsos uniformes alemanes (ropas civiles reconvertidas y pintadas), con las insignias de cartón cosidas, se introdujeron bajo el escenario del teatro,rompieron la tabla pintada de blanco que había servido para camuflar mínimamente el agujero, y saltaron sobre el corredor que llevaba al puesto de guardia.

 Abrigos militares reconvertidos a ropa civil.


  Ambos oficiales, Neave y Luyten , hablaban alemán a la perfección, y charlaron ruidosamente mientras pasaban junto al cuerpo de guardia, y seguían charlando cuando pasaron junto a los centinelas que guardaban la puerta principal del castillo.


  Al salir del castillo les azotó un intensísimo frio y una fuerte nevada, que aunque ayudó a ocultarlos a ojos de los centinelas alemanes, entorpecía su cada vez más rápido ritmo de marcha.Tras cruzar el puente que superaba el foso del castillo, giraron en varias ocasions para tratar de ocultar sus huellas, antes de superar el muro exterior de casi tres metros de altura.


  Ayudándose de unos grandes maderos consiguieron superar el muro,caminaron durante un par de horas, y agotados, se detuvieron a descansar. Se quitaron sus abrigos, y utilizandolos como una tienda de campaña para escapar del frio, pudieron dormir un par de horas, AL despertar, dieron la vuelta a sus uniformes, convirtiéndoles de nuevo en ropas civiles y revisaron su documentación falsa proporcionada por el comité  de fugas de Colditz, que les acreditaba como fremdarbeiters (trabajadores extranjeros) con permiso de las autoridades militares para viajar desde Leipzig hasta Ulm.

 Cartilla de identificacion falsa.


  Tras dos días  caminando sobre la nieve, el dúo llegó a Leipzig. Allí compraron dos billetes de tren en dirección a Ulm (el dinero  lo obtenía el comité de fugas vendiendo el contenido de los paquetes de la Cruz Roja a los guardias alemanes, que no tenían acceso fácil al chocolate o la leche condensada y pagaban buenas cantidades de dinero por ellos).


  En el tren a Ulm, los huidos pudieron disfrutar de un largo y cálido viaje, unos 150 kilómetros ,y en la estacion de  Ulm intentaron adquirir billetes para llegar a la pequeña localidad de Singen, muy cercana a la frontera suiza.


  Pero sus documentos no pasaron la revisión de la policía ferroviaria,siendo arrestados. Pero ambos fueron capaces de convencer  a los mandos policiales que eran verdaderos trabajadores holandeses, y en vez de ingresar en la cárcel, fueron trasladados a la oficina de las autoridades locales de Ulm encargados de supervisar el tránsito de los trabajadores extranjeros en el Reich.


  No tardaron en escapar saltando por una ventana.Pasaron la noche en un cercano bosque,y a la mañana siguiente lograron subir a bordo de un tren de mercancias hacia la ciudad de Stokach,cerca de Ludwig.Habia parado de nevar, pero el frio seguía siendo muy intenso.


  Cuando el tren se dirigia a Singen, la policía ferroviaria alemana subió a bordo. Neave y Luyten saltaron del tren en marcha y, hambrientos, exhaustos y medio congelados, se internaron en un bosque,donde se toparon con varios leñadores, ante quienes se presentaron como dos trabajadores polacos que se habian despistado al salir del campo de trabajo en el que se  ncontraban y se habían perdido.


  Los leñadores, aunque sabían que no había ningún campo de  trabajo en las cercanías, dejaron marchar a los dos oficiales, proporcionandoles además un par de abrigos, unas onzas de chocolate y dos  palas.


  Neave disponía de una copia de un mapa que uno de  los especialistas del comité de fugas de Colditz le había proporcionado.Sabian que estaban muy cerca de la frontera, situada a pocos kilometros al sur de Singen.

 Mapa en el reverso de un naipe.


  Se pusieron de  nuevo en marcha, y rodearon Singen para no tener mas encuentros con las autoridades policiales alemanas en la zona. Pero se toparon de improviso con dos jóvenes de las juventudes hitlerianas, que les exigieron una explicación a su presencia alli.


  Mientras Luyten explicaba a los muchachos que eran dos trabajadores de Westfalia que estaban pernoctando en Singen, Neave agarraba una de las palas con sus manos, dispuesto a golpear a los niños si era necesario.


  Pero los muchachos estuvieron conformes con la explicación, y explicaron que estaban buscando a dos prisioneros ingleses que seguramente tratarían de cruzar la frontera esa misma noche.


  Para evitar nuevo encuentros fortuitos, ambos fugados decidieron pasar la noche escondidos, para intentar cruzar la frontera al día siguente.Pero, mientras buscaban un sitio adecuado para descansar, a la luz de luna divisaron el puesto fronterizo alemán a apenas 100 metros, situado sobre la carretera que unia Singen con el canton suizo de Schaffhausen.




  Los dos hombres decidieron cruzar esa misma noche, si se daban las condiciones adecuadas.Escuchaban claramente las voces de los guardias fronterizos alemanes. Para cruzar la frontera con seguridad,debian cruzar primero la carretera y después un tramo de tierra de nadie antes de llegar a la frontera suiza.


  Esperaron pacientemente hasta que unas oscuras nubes ocultaron la luna, y el viento racheado sirvió para ocultar el sonido. Los hombres se arrastraron por la carretera, después bajo el alambre de espino y se internaron en la nevada tierra de nadie.


  Tras arrastrarse durante una hora y media,llegaron a la frontera suiza,un pequeño muro de madera que saltaron con rapidez. Caminaron durante unos minutos, y llegaron hasta la localidad de Ramsen, ya en Suiza. Se presentaron ante un guardia de fronteras suizo, que les llevo hasta su garita de guardia, en donde les proporcionó te caliente y galletas mientras esperaban la llegada de la policía suiza.


  A la mañana siguiente fueron trasladados a Berna donde, 84 horas después de escapar  de Colditz, Neave tomaba el té en la embajada británica con el agregado militar ingles.


  Mas tarde, con la colaboración de la resistencia, cruzaba Francia, atravesaba los Pirineos y llegaba a Gibraltar,llegando a Gran Bretaña  en abril de 1942.


  Más tarde pasó a formar parte de los servicios de inteligencia britanicos, y participaría como ayudante del fiscal ingles en los juicios de Núremberg.


  En 1952 fue elegido para la Cámara de los Comunes por el partido conservador. El nombramiento como Secretario de Estado para Irlanda del Norte lo convirtió en blanco para los radicales irlandeses, que lo asesinarían el 30 de marzo de 1979 con una bomba lapa adosada  a los bajos de su vehiculo, un Vauxhall Cavallier.


Great escapes - Terry Treadwell
Grub Street,collecting Colditz and its secrets - Michael Booker



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