lunes, 6 de febrero de 2012

La guerra del Peloponeso,parte 2



En el año 432 a.c., los espartanos estaban bajo presión de sus aliados para que intentaran contener el expansionismo ateniense. Invitaron a todas las partes interesadas a una reunión en la asamblea espartana.La polis de Corinto era la que mas deseaba la guerra.

Atenas se había puesto de lado de la polis de Corcyra (actual isla de Corfú) y ambos habían establecido una alianza defensiva contra Corinto. Corcyra tenía una importante flota, y los corintios temían que la alianza Atenas-Corcyra seria invencible por mar. También pensaban los corintios que la intervención de Atenas era una injustificable interferencia en sus asuntos, y era contrario a los términos del tratado de paz de los treinta años.

EL otro problema de los corintios con los atenienses era la ciudad de Potidea, que  tenia gran importancia estratégica debido a su proximidad con Macedonia, que en ese momento era aliada de Atenas.


Potidea pertenecía a la liga de Delos, aunque seguía manteniendo buenas relaciones con Corinto y Esparta.

Los atenienses habían ordenado a Potidea que derribasen sus fortificaciones, que enviaran rehenes a Atenas  y rompiesen relaciones con Corintio. Potidea se retiro de la liga de Delos y acogió dentro de sus murallas a una tropa formada por corintios y mercenarios de diversas polis del Peloponeso. Los espartanos amenazaron con invadir el Atica si los atenienses atacaban Potidea.

La polis de Megara también tenía problemas con los atenienses. Debido a un decreto de la asamblea ateniense, se había prohibido a los megarenses acceder  a los puertos atenienses y a sus mercados, lo que resultaba un fuerte daño económico para los megarenses, ya que el puerto del Pireo era el más grande de toda Grecia y controlaba la mayor parte del comercio de la zona. Así que también pidieron a Esparta que declarara la guerra a los atenienses.

La asamblea espartana escucho a todas partes. Los aliados de los espartanos afirmaban que los atenienses habían roto los términos de la paz de los treinta años y habían actuado con intolerable agresividad. Así que la asamblea espartana decidió declarar la guerra a los atenienses, convencidos que derrotarían  los atenienses con un enfrentamiento breve.

Pero el rey Arquidamo de Esparta sostuvo lo contrario, afirmando que la fuerza de Atenas era mayor a la que Esparta estaba acostumbrada a hacer frente. Atenas era una ciudad amurallada, poseedora de amplios recursos económicos y una gran flota que dominaba el mar.

Arquidamo propuso una alternativa a la guerra inmediata contra Atenas: los espartanos deberían limitarse a presentar una reclamación oficial y al mismo tiempo deberían prepararse y ponerse a fabricar barcos o alquilarlos a los persas y entre los demás griegos. Si los atenienses cedían, no habría ninguna necesidad de declara la guerra. Si los atenienses no cedían en sus pretensiones, en dos tres años Esparta estaría preparada para la guerra.

Este plan del rey Arquidamo no fue bien recibido por Corinto, por las otras polis y por aquellos espartanos que estaban deseosos de entrar en acción. Los corintios no querían ninguna resolución conciliatoria, lo que querían era aplastar a Corcyra y vengarse de Atenas.

Los ciudadanos espartanos votaron el plan del rey espartano, y decidieron por una gran mayoría declarar la guerra a Atenas.

Sin embargo, los espartanos y sus aliados no emprendieron ninguna acción militar durante casi un año. Al contrario, enviaron al menos tres misiones diplomáticas a Atenas, intentando evitar la guerra.

Atenas firmo un acuerdo con Macedonia para poder disponer de mas hombres y utilizarlos contra Potidea. En el verano de 432, una gran fuerza de soldados y trirremes atenienses cerco Potidea y dio comienzo un sitio que duro más de dos años.

Finalmente, los espartanos enviaron un ultimátum: “deseamos la paz, y habrá paz si dais autonomía a los griegos”. En la práctica, esto equivalía a exigir la disolución de la liga de delos y el fin del imperialismo ateniense.

Los atenienses se negaron. Y comenzaron los preparativos para la guerra.

La estrategia de Esparta debía ser claramente ofensiva, buscaban romper la hegemonía de Atenas y restaurar el antiguo poder de Esparta.

La consecución de estas metas requería la destrucción de los recursos clave de Atenas : las murallas de Atenas, que hacían a la ciudad invulnerable frente a la infantería espartana; la flota ateniense, que le otorgaba el dominio de los mares , y sus numerosas polis asociadas, que proporcionaban el dinero para el mantenimiento de la armada.

La alianza espartana incluía a la mayoría de polis del Peloponeso, además de Megara, a los beocios, a los focenses y a varias colonias corintias del noroeste de grecia.En Sicilia, los espartanos se habían aliado con Siracusa y otras ciudades dorias. Y en Italia, con las colonias de Locros y Taras.La mayor fuerza del ejército espartano estaba en su formidable infantería pesada, compuesta básicamente de espartanos y beocios dos o tres veces mayor que la falange hoplita ateniense. Para los espartanos había un único enfoque: invadir el Ática durante la estación de cultivo. Los atenienses, o bien se rendirían, o saldrían a luchar y se les derrotaria.
El problema espartano era su flota, compuesta de alrededor de 100 trirremes, pero carecían de remeros, timoneles y capitanes diestros en las técnicas de la guerra naval de la época. En cualquier combate marítimo los peloponesios serian inferiores en número de naves, tácticas y efectivos.

Atenas, en cambo, debía plantear una estrategia defensiva. Cualquier plan de presentar al enemigo peloponeso batalla por tierra seria una locura, debido a la gran ventaja numérica del ejercito peloponeso. Al principio de la guerra, los atenienses contaban con un ejército de 13.000 hombres de infantería en edad de ser llamados a filas (de los 20 a los 45 años).Y otros 16.000 hombres que podían encargarse de labores defensivas en los muros y fuertes defensivos.


Su mayor fuerza era su esplendida armada.Mas de 300 barcos de guerra en condiciones de hacerse a la mar, y muchos más que podían ser reparados y utilizados en caso de necesidad.

Y sus aliados Lesbos, Quíos y Corcira podían también proporcionar conjuntamente otro centenar de naves.

Y dinero para mantener la flota, los atenienses tenían de sobra.


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