jueves, 12 de enero de 2017

Juanelo Turriano,el "Señor de los Engranajes ", (2ª parte )





 Viene de aquí:

  "En 1563 llego a Toledo un rarísimo arquitecto llamado Juanelo, de nación lombarda, que era el que para el emperador don Carlos había hecho aquel maravilloso reloj de la ciudad de Milán."

Esteban de Garibay, siglo XVI

  "Veras en Toledo el grande, fuerte y renombrado Alcázar…Veras también subir el agua por cierta invención, del rio Tajo arriba al citado Alcazar, como ha hecho Enrique IV rey de Francia en el puente nuevo de su ciudad de París, mas esta agua de Toledo sube dos veces más alta y sube tanta agua al Alcázar como el cuerpo de un buey"

Ambrosio de Salazar, Almoneda general de las más curiosas recopilaciones de los reinos de España, 1612

  "En la parte más angosta y profunda del rio Tajo hay un maravilloso y estupendo edificio que el sutilísimo Juanelo Turriano,de Cremona,príncipe de la arquitectura, ha construido,con ocho ordenes de caños de metal, cuatro en cada escalera, los cuales semovientes y laborantes arrojan dentro del dicho Alcázar dos caños de agua del grueso de un real de a ocho en cada caño, y estos andan y funcionan de noche y de día por que su movedor es el mismo rio con unas ruedas y artificios casi sobrenaturales."

Luis Hurtado de Toledo, Memorial de algunas cosas notables que tiene la imperial ciudad de Toledo, 1576

  Fallecido el emperador Carlos en 1558, Juanelo se incorpora a servicio de su hijo, Felipe II, y pasa a realizar tareas de asesoramiento en obras hidráulicas reales,interviniendo también en la reforma del calendario impulsada por el papa Gregorio XIII.

  Con 65 años, el relojero real de Felipe II, con un sueldo anual de 400 ducados (con los gastos de taller, ayudantes y laboratorio en la torre dorada del Alcázar de Madrid, aparte) es invitado a participar en las obras del Monasterio del Escorial, que abandona en poco tiempo ante el desafío que representa subir agua del rio Tajo hasta la mole del Alcázar ,en la parte mas alta de la ciduad.

  Durante la época romana,Toletum se había abastecido de agua gracias al acueducto ( aereo en algunos tramos,subterraneo en otros ) que trascurría desde la presa ubicada en el rio Guajaraz,a unos 40 kilometros al sur, pero que a principios del siglo XVI se encontraba en ruina y totalmente inservible.

 Representacion de  donde estaba situado el acueducto de Toledo.

Restos del acueducto,en la actualidad.

  Hasta que Toledo se convirtió en capital imperial en 1525,la ciudad se abastecía de agua gracias a centenares de aguadores (denominados azacanes ), que con su mulas subían el agua desde el rio Tajo hasta los edificios principales.Pero,con el emperador Carlos y el nuevo status que la ciudad adquirió, era necesario un nuevo enfoque, ya que la extensa corte que llevaba el emperador consigo obligaba a conseguir más agua ,sobre todo para la residencia real, el Alcazar,que aunque disponía de un gran aljibe, las obras ordenadas por Carlos V para adecuar las instalaciones del imponente edificio al nuevo uso que se le iba a dar, iban a cegar el pozo.

 Un azacan toledano.

  Ingenieros alemanes y flamencos habían fracasado una y otra vez en el intento de superar el desnivel entre el rio y el Alcázar, de 90 metros, y la distancia  de más de 300 metros. La presión del agua que provocaba tal altura y tal distancia terminaba por reventar las conducciones e instalaciones necesarias, aun utilizando para las tuberías hierro fundido, en vez de los más habituales materiles como la ceramica, piedra o incluso tuberías de plomo.

 Zona  donde estaba ubicado el artificio de  Juanelo.
   
 Tras estudiar el problema detenidamente, Juanelo se comprometió a costear en primera instancia las obras necesarias, de tal maenra que si su artificio no cumplia las expectativas, ni la ciudad de Toledo ni el rey Felipe Ii deberian de pagarle ninguna remuneración.

  El 18 de abril de 1565 se firma el contrato por todas las partes implicadas. El ingenio mecánico deberá subir a una arqueta situada en la plaza delantera del Alcázar un total de 12.500 litros de agua diarios, de los que 6/7 partes serán para el uso de la ciudad y el resto para  uso exclusivo del Alcazar.Juanelo asume la financiación y solo cuando se hubiera constatado por la ciudad y el rey que el artificio funciona según lo estipulado en el contrato, el rey costeará entonces las obras y pagará a Juanelo 6.000 ducados, mientras que la ciudad de Toledo se compromete a abonar anualmente  a Juanelo y sus descendientes 1900 ducados anuales en concepto de mantenimiento,siempre que el flujo de agua se mantenga en los limites estipulados en el contrato.

  Juanelo se pone a la tarea  coordinando la adquisicion de los materiales necesarios y la coordinación de obreros, peones y oficiles.La obra dura cuatro años, y el 23 de febrero de 1569 se entrega a la ciudad de Toledo el artificio terminado. Durante los siguientes días se realizan las pruebas pertinentes y se confirma que la cantidad de agua que llega  a la arqueta del Alcázar es un 50% superior al volumen pactado en el contrato.

  Es tal el entusiasmo entre la población  toledana que pronto se comienza a rumorear la construcción de otros 3 artificios semejantes, uno al lado del original (al este de la ciudad) otro en las cercanias del Monasterio de San Juan de  los Reyes (destinado a convertirse en mausoleo real ,al oeste) y otro en la puerta de Bisagra, al noroeste, el más alejado del rio de todos.

  Juanelo ya tiene 70 años, y ha completado con éxito su obra mas espectacular.Para proteger la maquinaria de las inclemencias del tiempo (y de la visión de agentes de los muchos enemigos del imperio) ,el artificio estaba ubicado en el interior de construcciones escalonadas de obra unidas entre ellas.

 Representacion de los edificios escalonados que contenian el artificio.

  Los grabados de la época siempre nos muestran los edificios, y nunca la maquinaria en sí, aumentando así el extremo secreto en el que se mantenía toda la instalacion,sobre todo el propio artificio.

  Uno de los miembros de la corte real, el maestro flamenco Jean de L´Hermite, profesor del futuro rey Felipe III, no llegó a saber que se ocultaba en los edificios de ladrillo que ocultaban el artificio en ninguna de sus frecuentes visitas al Alcázar toledano:

  “Aunque es cosa ciertamente muy admirable que, como he dicho, ya he descrito,
Nunca he podido obtener un proyecto o representación fidedigna de esta máquina para
satisfacer mi deseo …Así pues, me esforcé mucho en obtener una imagen fidedigna, pero hasta el día de hoy no he conseguido nada, y también resultaron vanas las muchas solicitaciones que hice sobre este punto ante Juan Baptista Monegro, arquitecto del rey, presidente en el mencionado palacio, que es la persona que lo gobierna, quien no dejó de persuadirme en todo momento para qué desistiera de mi empeño”

Jean L´Hermite," Le passatemps de Jean L´hermite,depuis son voyage d Éspagne"

 La zona donde se ubicaba el artificio,en la actualidad.

(Continuara…)

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