Viene de aquí:
A la 1 de la tarde del día 9, las
negociaciones llegaron su fin, las
condiciones para la capitulación de fort
William Henry fueron acordadas y las tropas inglesas se rindieron oficialmente.
Según los términos del acuerdo,y
a cambio de la promesa de mantenerse fuera del conflicto durante los siguientes
18 meses,Montcalm se comprometía a conceder pasaje seguro a las tropas británicas
hasta Fort Edward, bajo escolta armada de las tropas francesas.
Ademas, se permitía a los soldados
de la guarnición llevar consigo sus enseres personales, sus uniformes completos
y un arma de pequeño tamaño, ya fuera una bayoneta o una pequeña hacha. A los oficiales britanicos se les permitió llevar una pistola a cada uno de ellos, aunque sin munición,
en honor a su heroico comportamiento.
Fort William Henry, sus cañones,
almacenes de provisiones y municiones, pasaban a convertirse en propiedad de la corona francesa.
Todos los europeos, victoriosos o
derrotados, estaban satisfechos con el final del asedio, pero los 2.000 indios
al servicio de Montcalm ardian de rabia. Tras viajar centenares de kilómetros
para conseguir botin, cabelleras y prisioneros, estaban profundamente
descontentos con los términos del tratado, y no estaban dispuestos a cumplirlos.
En cuanto la guarnición británica
salió de fort Henry, un grupo de indios corrió a tomar posesión de él. Mientras
buscaban algún botin, se encontraron con 70 heridos britanicos, que estaban al
cuidado de varios misioneros franceses, ya que su estado físico no había permitido evacuarlos con el resto de la guarnicion.
Los indios sacaron sus armas y
atacaron a los indefensos heridos británicos en sus
camas.Los misioneros franceses gritaron pidiendo ayuda, y un pelotón de soldados
franceses llegó a tiempo de salvar a media docena de britanicos.El resto fue asesinado
por los indios, que decapitaron a algunos de los cadáveres para mostrar las
cabezas como trofeo.
Una vez el fuerte había quedado
despojado de todo lo que de valor tenia, los indios y los milicianos canadienses
se dirigieron a donde acampaban los británicos
antes de partir hacia fort Edward. Algunos de los indios consiguieron evadir la
vigilancia de los centinelas franceses y comenzaron a saquear las pertenencias
personales de los británicos y a intentar llevarse a los sirvientes, a las mujeres, algunos indios
que habían combatido del lado britanico, niños, etc.
A las 5 de la mañana, 400 soldados
franceses se desplegaron para llevar a la guarnición británica hasta fort Edward,
colocándose en la vanguardia de la columna.
Con solo 400 guardias al frente
de la columna, las tropas británicas del final de la retaguardia, sobre todo
milicianos coloniales, estaban prácticamente indefensos.Y en cuanto la columna salió del improvisado
campamento, los indios se pusieron en acción.Primero, solo arrancando el botín de
las manos de los britanicos.Los oficiales franceses aconsejaron a los británicos no oponerse a los indios y
permitir ser saqueados. El coronel Munro protestó airadamente ante esa clara violación
de los términos de la capitulación
firmada el día anterior, pero los oficiales franceses hicieron oídos sordos y continuaron
aconsejando que se entregase a los indios cualquier objeto que estos deseasen.
Según la columna se iba
internando en un espeso bosque de camino a fort Edward, los indios fueron volviendose más agresivos en sus exigencias, comenzado a quitar los gorros de
los soldadso, sus abrigos, sus armas, e incluso comenzaron a secuestrar
mujeres y niños. Cualquiera que intentaba resistirse era asesinado de
inmediato.
En un momento,uno de los jefes de
los indios de la tribu abenaki lanzó lo
que parecía ser un grito de guerra, y de pronto cientos de indios cayeron violentamente
sobre la retaguardia de la columna. Sin municiones para sus pistolas y con
apenas unas pocas bayonetas, los milicianos coloniales estaban prácticamente
indefensos.
Con sus mosquetes, sus tomahawks
y cuchillos, los indios disolvieron la retaguardia de la columna en pocos minutos.
Los niños eran arrancados de brazos de sus madres, y aquella que intentaba
resistirse era asesinada, mientras un grupo de
oficiales de la milicia canadiense miraba la masacre sin intervenir.
Dado que para los indios valía
mas un prisionero adulto vivo que un cadáver, la mayoría de los milicianos
coloniales fueron capturados y se les mantuvo con vida, al menos
momentaneamente.Pero la mayor parte de las mujeres y los niños cayeron bajo las hachas
de los indios.
Al escuchar el tumulto,Montcalm y
parte de la oficialidad francesa volvió sobre sus pasos e intento detener la
masacre.Pero eso solo empeoró la situacion.Los indios, pensando que Montcalm iba
a obligarlos a entregar a los prisioneros,prefirieron asesinarlos antes y
arrancarles la cabellera,como prueba que habían participado en una gran
victoria.
Finalmente, los soldados franceses
pudieron restaurar la calma, y pudieron cuantificar entonces el alcance de la masacre.Del fuerte habían partido 2.456 personas, incluyendo mujeres y niños, de
los que 200 habían sido asesinados y 500 capturados por los indios. Otros 500 habían
encontrado protección entre los franceses, y el resto había logrado huir de
vuelta al fuerte u ocultándose entre los
árboles.
5 días despues, el coronel Munro
y 500 de sus hombres llegaban a fort
Edward.Ironicamente, Munro moriría solo 3 meses después, de causas naturales.
La caída de fort William Henry en
manos franceses fue un muy duro golpe para la presencia inglesa en la frontera
con Canada, pero Montcalm no pudo aprovechar la situacion.El general Webb tenía 1.400 soldados
bajo su mando en fort Edward, a los que se unieron los 500 del coronel Munro.Habia otros 1.800 soldados britanicos en otros fuertes cercanos, y la milicia
colonial aporto al esfuerzo de guerra británico otros 7.000 combatientes.
La mayoría de los 2.000 indios de Montcalm, saciados de sangre y botín y temerosos de la venganza britanica,
volvieron a sus poblados, dejando al ejercito francés en solitario contra los
britanicos.Montcalm decidió entonces no avanzar, dando a los británicos un
respiro para reevaluar su estrategia, y,
sobre todo, sustituir a sus incompetentes comandantes.
En los siguientes meses, Montcalm,
sus oficiales y varios misioneros consiguieron rescatar a más de 200 cautivos de
manos de los indios, y al final de la guerra, solo un centenar de prisioneros británicos
seguían en manos indias.
No todos los indios involucrados
en la matanza de fort Henry escaparon a su justo castigo. Algunos se castigaron
a si mismos. En su búsqueda de botín en el fuerte y sus cercanías un grupo de indios de las tribus del este descubrieron
varias tumbas recientes, y procedieron a desenterrar los cadáveres para
arrancarles la cabellera y saquear los objetos y ropajes con los que los cadaver habian sido enterrados.
Lo que no sabían los indios es que las tumbas
contenían los restos de víctimas de una epidemia de viruela que había asolado
la zona unas semanas antes.
Ese mismo otoño, los guerreros
indios llevaron consigo orgullosamente las cabelleras y objetos infectados con
el virus a sus poblados. Al siguiente invierno, la enfermedad se extendió a
toda velocidad entre pueblos y tribus que no tenían ninguna inmunidad para una
enfermedad desconocida para ellos,lo que causo la muerte de prácticamente todos
los que la contrajeron,exterminando poblados enteros.
Fue la venganza silenciosa de las
víctimas de la masacre de fort William Henry.
Montcalm and Wolfe, the French and Indian wars
– Francis Parkman.
Crucible of war; the seven years war and the
fate of the empire in North America – Fred Anderson.
The Siege of fort William Henry, a year on the northeastern frontier - Ben Hughes.
Todo bien pero indio es el gentilicio de los habitantes de la India. No cuesta nada cambiar el término.
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