martes, 28 de enero de 2025

Agripa, la mano derecha de Augusto ( 17ª parte )

 


Viene de aquí :

 Los visitantes de la mayor ciudad del mundo occidental a mediados del siglo I a.c. a menudo quedaban desagradablemente sorprendidos por la suciedad de sus calles y plazas, la extrema fealdad de sus edificios de viviendas y el estado casi ruinoso de la mayoría de los templos.

  Edificios ruinosos que apenas se mantenían en pie, frecuentes incendios y las crecidas descontroladas del Tíber aumentaban la sensación de decadencia de la ciudad.

 Fuera de la vista del visitante, bajo la superficie, la red de alcantarillado, construida hacia siglos, cuando Roma era una pequeña ciudad, estaba aún en peor estado que los edificios de la superficie, debido a la falta de mantenimiento.

 

 Los ciudadanos de  Roma culpaban de  la situación a los romanos más influyentes y adinerados, que habían dejado de invertir parte de su riqueza  para construir nuevas infraestructuras pro el beneficio el pueblo. A cambio, los más pudientes recibían la gratitud del pueblo y el reconocimiento de  las autoridades de la ciudad, que los premiaba poniendo su nombre a edificios públicos o carreteras.

  El evergetismo era un sello de  identidad de la sociedad romana, la distribución por parte de los ricos de parte de su riqueza, aparentemente de forma desinteresada. Pero, tras el asesinato de Julio Cesar y la persecución de sus asesinos, quedaron pocos benefactores en Roma. Además, la guerra civil que siguió al magnicidio habia terminado con buena parte de los recursos de la hacienda de la república.

  Octavio, el heredero de Julio, y sus más cercanos colaboradores vieron la situación como una oportunidad para influir en la plebe y posicionarse a si mismos como benefactores de la ciudad.

Iba a ser un momento fundamental para sus carreras políticas.

  En el sistema político romano, el mantenimiento de las obras publicas era responsabilidad de un grupo de funcionarios elegidos llamados ediles, nombre que derivaba de la palabra latina para casa, templo ( eades), mostrando la importancia que los romanos daban al correcto mantenimiento de las moradas de sus dioses.

  Había seis ediles : Un par de  de ediles de la plebe y otro de ediles cerealis ( responsables del suministro de cereales a la ciudad ), elegidos por la Comitia, asamblea popular, y otro par de ediles curules, elegidos por la Comitia Tributa , la asamblea formada por miembros elegidos por cada una de las tribus, 35 tribus divididas por su situación geográfica dentro de la ciudad, una especie de distritos administrativos encargados de organizar las levas militares o registrar a los ciudadanos, entre otras.

Magistrado romano en una silla "curul."
 

  Los ediles se elegían en julio, y tomaban posesion de  sus cargos el 1 de enero del siguiente año. Así, en el año 34 a.c. , Agripa era elegido edil de la plebe, pero no espero hasta el 1 de enero siguiente, ya que de inmediato se puso a  trabajar en una de las más importantes infraestructuras de la ciudad.

La distribución de agua potable para la ciudad era el eje sobre el que se sustentaba la gestion de Roma.

  El agua llegaba a la capital  desde el valle del rio Anio, a más de 90 kilómetros de distancia, trasportada directamente a la ciudad sobre varios acueductos.

Cataratas del rio Anio, a su paso por Tivoli.
 

 En tiempos de Agripa, el acueducto mas largo era el Aqua Marcia, erigido entre los años 144 y 140 a.c. por el pretor Quinto Marcio Rex, y seguía casi en paralelo la Vía tiburtina.

  Marcio Rex había pagado la construcción del acueducto de su propia bolsa, llena hasta arriba tras haber saqueado Cartago  a conciencia tras el final de  la tercera guerra púnica.

Aqua Marcia.
 

  El nuevo edil iba a ordenar limpiar los conductos existentes y construir otros nuevos para que el agua llegara a mas partes de la ciudad. Cuando los trabajos se completaron, el renovado acueducto Aqua Marcia iba a suministrar agua a la colina Vinimalis, en el norte de la ciudad, y desde allí se enviaría al Palatino, al Aventino , y a la colina Capitolina. Nuevas fuentes públicas comenzaron a aparecer por toda la ciudad, asombrando a sus ciudadanos por al frescura y pureza de su agua.

Acueductos de la ciudad de Roma en el año 1.
 

  Se construyeron tal cantidad de nuevas fuentes, y se convirtieron  en obras de tanta importancia para la ciudad , que a la muerte de Agripa, el senado decretó que el numero de fuentes nunca deberia ni aumentar ni disminuir, para recordar siempre a quien las puso en funcionamiento.

  Al año siguiente, 33 a.c., el año del segundo consulado de Octavio, Agripa fue de nuevo elegido edil, y se embarcó de inmediato en una incluso más ambiciosa reforma para reparar otras grandes infraestructuras urbanas.

 Aqua Apia y Aqua Vetus fueron reconstruidos para llevar aun mas agua a la ciudad, y se construyó un nuevo acueducto, Aqua Julia. No se sabe quién fue el arquitecto encargado de tal obra, pero seguramente Agripa aportaría su talento para asesorarlo, encargándose de los recursos para la construcción.

Fuentes servidas por el aqueducto Aqua Julia.
 

 Agripa puso gran interés en cuál iba a ser el origen de agua potable para asegurar que fluyera sin interrupciones, pero tuvo algún problema con los propietarios de parte del terreno por el que se construía el acueducto.

 Un arroyo llamado Crabra iba a ser el manantial elegido, pero estaba en terreno propiedad de los ciudadanos de  Tusculum, que no podían prescindir de agua para sus tierras de labor. Tras una ardua negociación, Agripa logro establecer con los habitantes de Tusculum un sistema de turnos que satisfacía a ambas partes.

Tusculum, actual Tuscolo.
 

  El agua aplacaba asi las sedientas bocas de los romanos, pero también había que usarlo para mejorar los estándares de higiene publica en la ya superpoblada ciudad, construyendo en primer lugar 170 baños públicos

  Durante los dos siglos anteriores, en Roma ya había habido baños públicos, pero solo para las elites, mientras que los edificios de “apartamentos” utilizados por las clases mas bajas de la sociedad romana no disponían del mas básico saneamiento.

  El programa de construcción de Agripa iba a revolucionar la higiene publica haciendo los baños accesibles a todos los públicos, ya fueran mujeres u hombres, gratis.

 

  El enorme volumen de agua que llegaba a Roma por sus acueductos, y que pasaba por fuentes y baños públicos  iba a estresar el sistema de evacuacion de agua de la ciudad, muy necesitado de reparaciones.

  Lejos de encargar el asunto a sus funcionarios, Agripa paso muchas noches  navegando por el Tíber para inspeccionar el estado de las instalaciones personalmente. Así, para finales del año 33 a.c. Agripa había conseguido reparar todos los edificios públicos, y había limpiadofondo el sistema de alcantarillado.

  Agripa había conseguido superar el mayor programa de  mejora de las infraestructuras de la ciudad desde la construcción de la primera gran cloaca de la ciudad, la Cloaca Máxima, que según la tradicionn había sido construida por orden de uno de  los más famosos reyes de Toma, Tarquinio Prisco, allá por el 600 a.c.

 Las mejoras también se extendieron al aspecto visual de la ciudad. Agripa pensaba que los trabajos para el disfrute de la poblacion  tambien debian tener buen aspecto, y ordeno construir 700 pozos y 500 fuentes, muchos de ellos adornados con estatúas de mármol o bronce, además de 400 columnas de mármol, todo ello en el espacio de un año.

  Lo mas destacado para la ciudadanía romana fue que Agripa terminara su enorme proyecto sin necesitar de ninguna ayuda pública. Ya era un hombre muy rico y podía afrontar el coste de las reformas gracias en buen aparte a lo recibido de la confiscación de los bienes de los derrotados pompeyanos, aunque seguramente fue ayudado por Octavio.

Restos de la Cloaca Maxima.

 

(Continuara…)

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