Unidades suicidas japonesas : Submarino Kaiten, 1ª parte.

En 1922 la Conferencia de desarme naval  de Washington limito el número de buques de Japón al 60 % del total permitido a EEUU o Inglaterra.

Molestos con esta decisión, los jefes de la marina imperial japonesa buscaron el medio de contrarrestar esa limitación. Se inicio un plan intensivo de modernización y se crearon armas nuevas. En los años veinte y principios de los 30, el poderío naval se media en base al número y calidad de los acorazados de los que disponía cada país.

Para restablecer el equilibrio entre la marina japonesa y las flotas de EEUU e Inglaterra, los nipones necesitaban un arma de alcance superior al de los cañones de los acorazados.

Los torpedos de vapor con los que contaban las más potentes marinas de  la época funcionaban correctamente. Francia e Inglaterra habían experimentado para crear nuevos sistemas de propulsión, considerándose el uso de oxigeno, pero la idea había sido desechada por ser demasiado peligrosa.

Pero los japoneses pensaron que dicho sistema de propulsión por oxigeno era ideal, ya que ofrecía u alcance y una velocidad muy superiores.

En 1933 el vicealmirante Asugama y el contraalmirante Kishimoto recibieron recompensas del  propio emperador por su trabajo en este campo.Habian producido un torpedo gigante de 10 metros de longitud, un diámetro de 60 cm y más de 2.000 kilos de peso.Aproximadamnte el doble que el torpedo estándar que usaban americanos e ingleses.

 Torpedo japones Tipo 93.

Llevaba una cabeza explosiva de 450 kilogramos, y fue conocido como “Tipo 93” lanza larga porque había sido diseñado 2593 años después de la fundación del Imperio japonés.

Todos los destructores y cruceros nipones fueron equipados con torpedos tipo 93, y se les instalo el equipo de producción de oxigeno que requerían para su funcionamiento.

En diciembre de 1941, los japoneses disponían de 64 submarinos gigantes de clase “I” y también se habían construido una veintena de submarinos de bolsillo Koryu.

 Submarino japones clase I

El submarino de bolsillo Koryu era una pequeña embarcación que tenía cabida para dos hombres y podía permanecer sumergida cuatro horas. Cada unidad era llevada al combate por un submarino gigante clase “I”, que debía salir a la superficie para soltar el minisubmarino, lo que exponía tremendamente a ambos sumergibles.

 Submarino de bolsillo tipo Koryu.

Cuando las cosas empezaron a ir mal para la armada imperial, se comenzaron a hacer planes para fabricar un submarino de bolsillo para un solo tripulante, que podía soltarse del submarino nodriza estando sumegido a medias.Se comenzó a diseñar un artefacto basado en el torpedo de tipo 93.Se mantuvieron las piezas principales del torpedo original y la única adición importante fue la inclusión de una sección adicional entre la cabeza explosiva y el motor de oxigeno. Era el compartimiento para el piloto, dotado de un periscopio y los controles que permitirían al piloto dirigir la trayectoria del torpedo.

 En la primavera del 43, el diseño estaba terminado, y los diseñadores calculaban que su torpedo con su cabeza explosiva de 1350 kilogramos tendría un alcance máximo de 40 millas marinas.

Este proyecto inicial se rechazo por ser demasiado “fantástico” a ojos de los estrategas nipones. Pero cuando se frustro el intento de la marina imperial de aplastar a los norteamericanos en Saipan, se empezó a pensar de nuevo en su utilización. Y más aun, cuando los japoneses perdieron 400 aviones en los combates en las islas marianas.

Trece meses después de los primeros bocetos, se concedió el permiso para la fabricación del primer prototipo, a condición de que dispusiera de un escotilla para permitir el escape del piloto una vez hubiera orientado el torpedo en la dirección del blanco.

Este proyecto paso a denominarse kayten, "el agitador de los cielos”. Y comenzó a construirse el primer kayten en la base naval de Otsujusima, cuartel general de la flota submarina japonesa.

En julio de 1944 se envió una orden por la que se solicitaban voluntarios para manejar lo que llamaban “kyukoko heiki”, una nueva arma de salvación nacional. Cuando se supo que el destino probable del voluntario era una muerte oscura en el fondo del mar, se presentaron infinidad de voluntarios.

La selección de estos voluntarios se basaba en tres requisitos principales; fortaleza física y mental, un alto sentido del patriotismo y pocas responsabilidades familiares. Se excluyo a los casados y primogénitos o hijos únicos.

Siete pilotos murieron durante su periodo de instrucción, entre ellos uno de los diseñadores del aparato.La instrucción consistía en un somero aprendizaje de las aptitudes marineras del kayten, familiarizarse con los controles de manejo y acostumbrarse al diminuto tamaño de la cabina. Cuando se consideraba que los pilotos tenían la pericia suficiente, se embarcaban en uno de los submarinos gigantes para un ataque de prueba.

Cada uno de los submarinos gigantes podía llevar hasta 6 kayten.Cuando se aproximaban al objetivo, el piloto se introducía dentro por una estrecha escotilla. Una conexión telefónica entre el capitán del submarino gigante y la cabina del kayten permitía al piloto de este último mantenerse informado sobre la posición del objetivo.

En el momento establecido, los motores del kayten se ponían en marcha y salían del submarino madre en intervalos de cinco segundos. El piloto podía controlar su objetivo por el periscopio y realizaba las maniobras correctivas necesarias. A 500 metros de distancia el kayten se sumergía a cuatro metros de profundidad, alcanzaba su máxima velocidad y el piloto podía poner en marcha el piloto automático.

El cuadro de controles de los que disponía el piloto parecía simple, pero había que ser muy habilidoso para manejarlos correctamente. Justo delante de la vista del piloto se encontraba el visor del periscopio, que se manejaba con una palanca situada a la derecha.Tambien a la derecha, sobre la cabeza del piloto se encontraba la válvula que regulaba el suministro de oxigeno al motor del torpedo. Arriba a la izquierda se encontraba ortas palanca conectada con los planos de inmersión, que controlaba el ritmo de ascenso o descenso del aparato. También a la izquierda se encontraba la válvula para la entrada de agua de mar. Y por último se encontraba la palanca de control del timon.Este era el último control que usaba el piloto.

 Interior del kaiten desde el puesto del piloto,aprox.

También disponía de un compas giroscópico, un reloj y calibradores de profundidad y combustible.

Una vez terminado el adiestramiento y completada satisfactoriamente la prueba final, al futuro suicida se le concedía una semana de permiso, donde prácticamente todo le estaba permitido, excepto revelar la naturaleza de su misión.Comida, alcohol y mujeres les eran suministrados, aunque la mayoría de ellos prefería dedicarse a poner en orden sus propios asuntos. Redactaban su testamento y la noche antes de partir se les organizaba una fiesta de despedida en presencia del almirante de la flota submarina.en las que se comían la comida tradicional festiva japonesa y se consumían cantidades ingentes de sake.

A la mañana siguiente, los pilotos kaiten desfilaban en una ceremonia de despedida. Sobre una mesa cubierta de un paño blanco se colocaban seis sables cortos y seis hachimaki o cintas ceremoniales niponas.

Para los japoneses, el sable corto significaba lo mismo que el escudo para los espartanos. Una vez presentado el sable al receptor, su vida se ofrecía al emperador, ya fuera en el combate o practicando el seppuku o suicidio ritual.

A cada piloto se le entregaba un sable y un hachimaki, en el cual se escribían mensajes como “lealtad al emperador para siempre “ y cosas asi.A continuación, se bebían copas de agua, para el brindis de la muerte, ningún guerrero japonés bebía sake antes de su muerte, sino agua, que simbolizaba la pureza de su alma.

Desfilaban hasta el muelle de embarque ,donde se tomaban fotografías del grupo, saludando con los sables en alto. A continuación se dirigían en lancha hasta el submarino nodriza, que partía en dirección del objetivo.