martes, 30 de julio de 2013

334 a.c.:Alejandro;La ruta hacia Issos;El asedio de Mileto.





 Principales satrapias persas en Asia menor 340 a.c.

 La victoria de Alejandro en granico no había sido una gran victoria  en si misma. El territorio que había gando, la frigia marítima, era una pequeña franja de tierra a orillas del Helesponto.

Pero era una victoria muy importante globalmente, ya que era la primera de su incursión en Asia, y que tenía por objetivo prioritario la liberación de las ciudades griegas del Asia menor de las manos persas.

La provincia de Frigia marítima fue confiada a un oficial macedonio llamado Cala. Sus habitantes apenas notaron el cambio. Su estatuto no cambio y pagarían a los macedonios los mismos impuestos que anteriormente pagaban a los persas.

Alejandro opto por no perseguir al derrotado ejército persa, puesto que de momento no quería adentrarse en las tierras del interior. Sabía que la poderosa flota persa estaba fondeada en el mar egeo, y que si marchaba hacia el este, dicha flota aprovecharía para consolidar la presencia persa en las satrapías de la costa oeste de Asia menor.

Envió a Parmenion a ocupar la ciudad de Dascilio, en Bitinia, y se dirigió a Sardes, capital de la satrapía de Lidia. El comandante persa de la guarnicion, Mitrenes, se presento ante Alejandro para entregarle la ciudad sin lucha. Alejandro ocupo pacíficamente la ciudad y permitió a los habitantes continuar con sus leyes y costumbres, dejándoles totalmente libres debido a la amistad que en el pasado habían tenido los griegos con los reyes de Lidia.

Tras dejar en sardes una pequeña guarnición y la nueva administración griega, Alejandro y el grueso de su ejército se dirigieron hacia Efeso, la mayor de la ciudades lidias, cuyo pueblo había expulsado por sí mismo a los persas en tiempos de Filipo II, aunque poco después los persas habían reconquistado la ciudad y causado una terrible masacre entre los revoltosos.

Cuando a la ciudad llego el rumor de la inminente llegada de Alejandro, la guarnición persa huyo, y los efesios masacraron a la oligarquía pro-persa de la ciudad.

Alejandro entro en la ciudad sin tener que combatir, detuvo la matanza de partidarios de los persas y volvió a restaurar la democracia, sujeta a su propia soberanía.

3 semanas después de la batalla del granico, Alejandro ya era dueño de la frigia marítima, de Misia y buena parte de Lidia. Todo ello sin haber tenido que sacar la espada.

Mientras descansaba en efeso, enviados de otras ciudades jonias (trales, magnesia,al oeste de Lidia) y carias, (Caria, región fronteriza a Lidia, con capital en Halicarnaso) fueron a someter sus ciudades, de las que habían huido sus guarniciones persas pero que estaban sometidas a oligarcas pro-persas.


 Alejandro hizo en estas ciudades lo mismo que en Efeso, devolver a las ciudades sus propias leyes y reinstaurar la democracia.Los oligarcas fueron así expulsados de la isla de Quíos y de la isla de Lesbos.
 
A principios de agosto de 334, Alejandro decidió comenzar la marcha hacia Mileto, la ciudad más famosa de jonia, que en los siglos anteriores había sido la ciudad más poderosa del litoral asiático del mar egeo.

La ciudad estaba situada al sur de la desembocadura del actual rio Buyuk  Menderes.Tenia un pasado legendario.Habia sido colonizada por colonos de origen griego procedentes del Ática durante la guerra de Troya, y sus navegantes habían recorrido el mediterráneo y el mar negro.


 En Mileto se había fundado la primera de las escuelas filosóficas griegas, Aristandro, Anaximenes y Tales de mileto, etc.

Vasalla de los reyes de Lidia, mas tarde había sido conquistada por los persas, que fueron expulsados en el 479 a.c.En el atávico enfrentamiento entre persas y griegos, Mileto trataba de todas las maneras posibles de permanecer neutral.Pero casi nunca lo conseguia.

Alejandro salió de Éfeso con la infantería que le quedaba (poca, después de dejar guarniciones  griegas en todas las ciudades que conquistaba), arqueros, caballeria tracia y cuatro escuadrones de caballería griega, incluida su guardia de compañeros macedonios.

El responsable de la defensa de mileto era Hegesistrato, que al conocer la noticia de la proximidad de Alejandro le envió una carta para proponerle la entrega de la ciudad sin lucha.

Pero poco después, Hegesitrato recibió la noticia de la inminente llegada de la flota persa, compuesta de 400 navíos mayoritariamente chipriotas y fenicios. Cambiò de opinión se preparo para la lucha.



La flota griega se había adelantado por poco a la flota persa, y sus 160 trirremes fondearon en la pequeña isla de Lade, frente a Mileto, donde se encontraba el mayor puerto de la ciudad.


Para reforzar su posición en la isla, Alejandro traslado allí a su caballería racia y a 4.000 de sus mercenarios griegos. La flota persa tendría muchas dificultades para fondear allí.

Los persas llegaron tres días después. Con el acceso a la isla de lade cerrado, y las fuentes de agua protegidas por los griegos, los persas tuvieron que fondear a varios kilómetros de mileto., en la zona del monte Micale.

Parecía inevitable una batalla naval. A Algunos generales de alejandro, como Parmenion, esa opción les parecía interesante.

Pero no así al mismo Alejandro. Con 160 navíos frente a 400 de los persas, estaba seguro de perder la batalla naval. No quería perder a sus soldados, prácticamente invencibles en tierra, en una batalla naval.

Se dispuso el asedio, y arietes y catapultas entraron en acción, abriendo rápidamente una brecha en la muralla de Mileto,lo que permitió a los macedonios penetrar en la ciudad, mientras los marineros griegos anclaban sus barcos en el puerto, borda con borda, con la proa en dirección al mar abierto, para impedir que los milesios fueran a refugiarse en los barcos persas.



Acosados por las tropas macedonias, los soldados milesios huyeron como pudieron. Unos 300 mercenarios griegos utilizaron sus escudos como improvisadas balsas y lograron llegar a una pequeña isla rocosa en medio de la mar situada cerca del puerto.

Tras capturar la ciudad, Alejandro asalto la isla donde se refugiaban los mercenarios griegos utilizando escaleras montadas en botes, y admirado del gran valor que mostraron los mercenarios, les perdono la vida y los incluyo en su ejercito.

Fue el inicio de una política más inteligente de Alejandro para con los mercenarios griegos capturados. Si tenían la posibilidad de rendirse, no lucharían tan desesperadamente como en la batalla del granico.

La flota persa intento un último movimiento. Su almirante coloco sus barcos en linea, frente al puerto de Lade, y envió una pequeña fuerza de 15 barcos para intentar atraer a mar abierto a la flota griega.

Alejandro se dio cuenta del peligro, y lanzo 10 trirremes contra la pequeña fuerza persa que se aproximaba, para embestirlos de frente. Al verlo, los persas viraron y huyeron a reunirse con el grueso de su flota, que poco más tarde se hizo a la mar y se alejo de Mileto.

Alejandro se dio cuenta que su flota no estaba en condiciones de enfrentarse a la flota persa, que no le serviría de nada cuando se internase con su ejército en Asia y que le resultaba muy caro mantenerla para lo poco que le iba a aportar.

Así que decidió licenciarla, conservando un pequeño número de transportes de tropa, y utilizando a los marineros como tropas de tierra.


( Continuara...)

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