jueves, 16 de enero de 2014

331 a.c.: Alejandro: La ruta a Gaugamela (1ª parte )



  

    Tras la peregrinación a Shiwa, Alejandro volvió a Menfis.Le había llegado la noticia de que Darío había reunido un enorme ejercito,que acampaba en Babilonia,al lado norte del rio Éufrates.

   Antes de marchar, nombró como máximos dirigentes del alto y bajo Egipto a dos gobernadores del país, Doloapsis y Petisis, en Tebas y Menfis, respectivamente.

   Pero, según el historiador Flavio Arriano,Petisis declino tal honor y todo Egipto quedo bajo el mando de Doloapsis.

   Alejandro puso al frente de la administración tributaria a dos griegos, y dejo dos guarniciones, las de Menfis y Pelusio a cargo de dos de sus más fieles compañeros Pantaleón y Polemon.

   Además, se crearon otras dos jefaturas fronterizas, Arabia y Libia, que fueron confiadas a Apolonio y Cleomenes, un egipcio de origen griego de Naucratis.

     A principios de primavera, las tropas de Alejandro cruzaban el Nilo y se dirigían hacia Tiro. Llego allí al mismo tiempo que su flota. Mientras por toda la ciudad se celebraban magníficos festejos en su honor, llego al puerto la galera oficial de Atenas, la Pàralo, un trirreme que transportaba a los embajadores de todas las ciudades griegas, que llegaban a Tiro para desear a Alejandro el cumplimiento de todos sus deseos y orar por el éxito de la campaña que iba a comenzar.

   Alejandro le dio las gracias y devolvió la libertad a todos los mercenarios de las ciudades griegas que habían luchado del lado persa en la batalla del rio Granico y habían sido capturados allí.

   Alejandro envió su flota al mar Egeo, con la misión de vigilar las ciudades griegas que tenían guarniciones espartanas en la zona del Peloponeso, para evitar el riesgo de levantamientos cuando Alejandro estuviera en el interior de Asia.

   La ruta más corta entre Tiro y la zona del Éufrates donde se suponía estaba el ejército de Darío era la antigua ruta de los caravaneros, que desde tiempos inmemoriales comerciaban con mirra e incienso procedente de arabia del sur destinado a los soberanos y sacerdotes de Mesopotamia y Egipto.

 Principales rutas caravaneras con origen en Arabia.

   Antes de internarse en el desierto sirio, Alejandro se informo sobre cual sería el mejor momento para cruzarlo y para franquear el rio Éufrates.

   El final del invierno, cuando los días son más frescos en el desierto y el rio estaba más bajo de nivel y se podía pasar a pie o a caballo, era la mejor época. Pero Alejandro tenía prisa, y salió de Tiro  a comienzos del verano. Debería atravesar el desierto sirio en el periodo mas calido, con una temperatura mínima de 30 grados y una máxima que podía llegar a los 50, un desierto sin oasis y sin apenas vegetación. Debería atravesar el desierto en menos de un mes, a un ritmo de 20 kilómetros diarios con pocos víveres y menos agua.

   Y cuando su ejército llegara a Tapsaco, debería construir puentes para cruzarlo, ya que en verano el Éufrates alcanza allí el máximo de su altura.


   Alejandro envió a Tapsaco como vanguardia un regimiento de pontoneros e ingenieros, protegido por mercenarios griegos, para construir dos puentes sobre el eufrates.

   Pero los persas lo impedieron.Dario había encargado a uno de sus generales, Maceo, montar guardia en la orilla izquierda del rio, con 3 mil jinetes y 2 mil infantes.

La vanguardia griega fue puesta en fuga. Pero cuando Maceo supo que el ejército completo de Alejandro se acercaba a su posición, huyó con sus tropas.Entonces, se pudieron construir los puentes, y Alejandro cruzo el Eufrates, a principios de junio de 331 a.c.

Lo más lógico hubiera sido tomar la ruta hacia el sur, a lo largo del rio hasta llegar a Babilonia y encontrarse a las tropas de Darío.

Pero Alejandro había leído la Anabasis, las correrías de  Jenofonte y sus diez mil, y conocía lo difícil que sería aprovisionar sus tropas  y el calor que sufriría su ejercito si tomaba esa ruta sur.

Por eso, Alejandro tomo la decisión de girar hacia el noroeste y dirigirse hacia el Tigris por Harran y por Nisibis (hoy Nusaybin),bordeando las montañas de Armenia por el sur, donde sin duda haría menos calor y encontraría alimento para sus caballos con mucha más facilidad.


  A finales de agosto de 331, el ejército de Alejandro vadeaba el Tigris, pasando a continuación dos o tres semanas de descanso en su ribera.

   El 20 de septiembre, se produjo un fenómeno que sumió en el pánico al ejército macedonio, y estuvo a punto de mandar al traste la campaña de Alejandro.

  Un eclipse lunar llevo la más completa oscuridad al campamento macedonio.Los centinelas dieron la alarma, los soldados salieron de sus tiendas, cundió el pánico por todo el campamento.

Aristandro, el astrologo y adivino personal de Alejandro, fue convocado con urgencia a la tienda del rey. Allí explico que la luna era el astro favorito de los persas, y que el eclipse de luna anunciaba que los persas serían vencidos. Por tanto, era un excelente augurio.

Aristandro ofreció un sacrificio a las divinidades de la luna, el sol y la tierra. Inspeccionó las entrañas de los animales sacrificados, y aseguro a Alejandro que conseguiría la victoria sin ninguna duda.


  Los augurios y las profecias de Aristandro tranquilizaron a  los soldados,y al dia siguiente, 21 de septiembre, el ejercito de puso en marcha hacia las ruinas de Nínive (cerca de la actual ciudad de Mosul), alejándose de la orilla derecha del rio Tigris y dejando a la izquierda los montes armenios.

  Tres días más tarde, Alejandro fue informado por sus exploradores de vanguardia que habían divisado en plena llanura asiria a un número indeterminado de jinetes enemigos, en número inferior a un millar.

   Alejandro tomo a su guardia real y una escuadra de caballería y cargo directamente sobre los jinetes enemigos, que huyeron a toda velocidad, excepto un puñado que fueron capturados e interrogados por el  mismo Alejandro.

   Los prisioneros informaron  que el ejercito de Darío no estaba lejos, y que acampaba en una llanura en un lugar llamado Gaugamela (actual Tel Gomel, una llanura a 35 kilómetros al noreste de Mosul).


 Los prisioneros también informaron del tamaño y composición del ejército de Darío:

“40.000 jinetes, un millón de infantes, doscientos carros con hoces en las ruedas y 15 elefantes.”



(Continuara…)

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