Turn,espias de Washington, serie
televisiva de origen estadounidense que narra la historia de la red Culper,
una red de espías coloniales que trabajaban para el ejercito continental liderado por Washington, en la zona cercana a New York en tiempos de la guerra de la independencia norteamericana (1775-1783 ).
Protagonizada por Jamie Bell (el
actor principal de la oscarizada película Billy Elliot) en el papel de Abraham Woodhull,
la serie ya ha completado tres temporadas, y se espera el estreno de la cuarta (y ultima) temporada para principios de verano
de 2017.
Abraham Woodhull (Jamie Bell),en serios problemas.
Más ocupado en pedir al congreso norteamericano
fondos para comprar uniformes,alimentos y armas para sus soldados, George
Washington no había puesto excesivo interés en contar con una red de espías en
territorio enemigo al principio de la guerra de independencia americana.
Forjado en las guerras contra
franceses e indios, Washington no consideraba necesario perder energías en espías
cuando lo que realmente necesitaban sus soldados eran zapatos para cubrir sus
pies descalzos y pólvora para sus mosquetes.
Cuando Washington se convirtió en
comandante en jefe del ejercito continental en Boston
en 1775, ni él ni sus oficiales sabían demasiado, no ya del enemigo, sino de sus propios
soldados.Su primera tarea de inteligencia consistió en imponer un sistema
interno de comunicaciones y presentación
de informes. Oficiales y soldados
escogidos debían tomar nota de los suministros existentes, las quejas de los soldados
y la moral entre la tropa, y enviar los informes a través de la cadena de mando
en el cuartel general de Washington.
Solo cuando Washington tuvo un
conocimiento exacto del estado de sus tropas comenzo a interesarse en
tener información de las capacidades del enemigo. Hasta entonces, los informes
recibidos en el cuartel general de Washington sobre las tropas británicas se
basaban en rumores escuchados en tabernas y calles de las ciudades ocupadas, o
la observación visual directa de fortificaciones y concentraciones de tropas
inglesas.
Por ejemplo, lo que Washington y
sus oficiales conocían de las tropas británicas en Boston, los suministros que
poseían y donde estaban acuarteladas se lo debían básicamente a las noticias aparecidas en los propios
periódicos de Boston y a unos cuantos civiles chismosos con buen oido.
Cuando a principios de 1776 Washington
decidió lanzar un ataque sobre Boston a través de su puerto, apenas tenia conocimiento
del despliegue británico en la ciudad.Afortunadamente para los soldados de las trece colonias,
los oficiales de Washington pudieron convencerle para que no llevase a cabo el
ataque, que de haberse producido hubiera llevado a las tropas
norteamericanas a enfrentarse a los ingleses en Boston sobre una superficie
absolutamente helada.
Washington creyo intuir entonces cual sería el
siguiente movimiento britanico : el ataque sobre New York. El ejército
continental pasó la primera mitad de 1776 fortificando New York,esperando ingenuamente que las tropas británicas se lanzarían en masa
sobre la ciudad.
Así que la logica llegada de la flota británica a New York fue una
sorpresa para los oficiales continentales, y obligó a Washington a enfrentarse al problema de su casi absoluto desconocimiento
de las intenciones del enemigo.
Encargó a varios de sus oficiales
conseguir información creible, pero los informes, realizados en base a charlas
de taberna, subestimaban en gran manera las fuerzas britanicas, que un
movimiento de pinza atraparon a buena parte de la guarnición continental en New York, derrotándolos en la batalla de Long Island el 27 de agosto de 1776.
La derrota obligó a Washington a retirar su ejercito de Manhattan y New Jersey,
y por fin comenzó a convencerse de la necesidad de disponer de un servicio
de inteligencia minimante preparado. Aunque en los primeros meses se limitó a
nombrar a los exploradores del ejercito y poco más.
En el verano de 1777, la flota británica
sorprendió de nuevo al ejercito continental, transportando un gran ejercito
desde New York hasta la cabecera del rio Chesapeake.
Desde allí, los casaca
rojas y los contingentes hessianos (tropas auxiliares de origen alemán que combatían
para los británicos) marcharon sobre Filadelfia, que capturaron en septiembre
tras derrotar de nuevo a los continentales en la batalla de Brandywine.
Hessianos.
Tras un año de derrotas,
Washington decidió dedicarle más interés no solo a los exploradores de su
ejercito,sino a los espias.Durante la
estancia del ejercito continental en Valley Forge,Washington revisó detalladamente las hojas de servicio de sus oficiales y encargó a
varios de ellos la tarea de investigar las posiciones británicas en Filadelfia.
Uno de sus oficiales contrató como informante a la
cuáquera Lydia Darragh, que tras obtener
información plausible de las intencines británicas,
salió de Filadelfia y atravesó las líneas para informar a Washington, que en
junio derrotaba a los británicos en la batalla de Monmouth.
Continentales en la batalla de Monmouth.
El inicio de la intervención
francesa en la guerra de la independencia americana en la primavera de 1778 dió
un cambio total a la situación. Por primera vez, el ejercito continental iba a
disponer de una poderosa flota, la francesa,
para poder desafiar la superioridad naval britanica, y bombardear y bloquear
ciudades costeras en poder británico.
Washington deseaba terminar la
guerra lo antes posible, la desintegración de la economía norteamericana lo
hacia necesario, y para ello se centró en atacar New York, la base principal del poder británico en Norteamérica.
Para tener posibilidades de éxito
en su ataque sobre New York,Washington iba a necesitar imperiosamente de un
servicio de inteligencia que aportara información absolutamente exacta sobre la
disposición y los movimientos de las tropas británicas en New York y los desplazamientos
navales de su flota por la costa aledaña a la ciudad.
Pero el entusiasmo con el que
Washington y sus oficiales se acercaron al espionaje no era del todo correcto.
Aunque militares veteranos en mil batallas, para el espionaje eran unos aficionados, que
dedicaban su tiempo a los mensajes en tinta invisible, a los disfraces, a las
rutas secretas a través de las líneas enemigas, códigos, seudónimos para los
futuros agentes, etc, nada de organizar una verdadera red de informadores en New York.
Una de las cartas con tinta invisible recibidas por Washington.
La tarea de crear una autentica y
eficaz red de espionaje en New York le fue entonces encomendada al mayor Benjamín Tallmadge, un graduado de Yale de 25 años de edad nacido en Long island.
Benjamin Tallmadge.
El mayor Tallmadge puso en marcha
la Red Culper, que originalmente solo tenía dos miembros, Abraham Woodhull y Robert
Townsend, que compartían el mismo pseudónimo “Samuel Culper”.Woodholl firmaba
sus informes como Samuel Culper senior,
mientras Townsend firmaba como Samuel Culper junior.
Townsend, un pacifista de una
buena familia cuáquera, vivía en la misma ciudad de New York,en donde poseia varios negocios , donde recogía información sobre los movimientos de tropas británicas en la zona.Pasaba los informes a Woodhull,que a
su vez los enviaba a “John Bolton”, el pseudónimo que usaba Tallmadge,que a
su vez los pasaba al general Washington.
(Continuara…)
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