lunes, 11 de septiembre de 2017

1799: Napoleon,la campaña de Egipto (8ª parte )



Viene de aqui :


  El 21 de diciembre se decretó una amnistía general, en la que no estaban incluidos los líderes de la rebelión y los saqueadores. Napoleón decidió encargar la represión al comandante del contingente  jenízaro del Cairo y a su lugarteniente, un mercenario griego llamado Bartolomé Sera.


  Ambos se pusieron a  la tarea con entusiasmo, sin escatimar en detenciones ilegales y torturas para arrancar confesiones y delaciones.


  Bonaparte quería encontrar los depósitos de armas que los rebeldes poseían, para que una nueva rebelión  no fuese tan sangrienta.Reunió a los lideres locales del diwan (asamblea de notables ) y les exhortó a confesar todo lo que sabían, sobre todo, los nombres de los líderes de la revuelta.

 Reunion de Napoleon con el diwan de El Cairo.


  Los jeques confesaron todo lo que sabían, solo para darse cuenta que los franceses ya habían arrestado a todos los ulemas,los lideres espirituales que estaban detrás de la revuelta.


  Los jeques suplicaron a Bonaparte que tratara a los ulemas con la debida consideración a su alto cargo religioso, y Bonaparte, que quería limitar la represión, decidió mantenerlos en arresto domiciliario.


  Algunos oficiales  del ejército expedicionario francés en Egipto no estaban de acuerdo con la aparente permisividad de Bonaparte con los ulemas, y exigían un castigo mayor. 

  Pero la clemencia de Bonaparte no era tal, era una táctica política para no enfrentarse a los jeques. Mientras dejaba que los jeques besaran su  mano en señal de agradecimiento, seis de los cabecillas de la rebelión estaban siendo ejecutados, aunque no públicamente.


 A partir del 24 de diciembre, más de 2.000 rebeldes fueron ejecutados  silenciosamente en la ciudadela del Cairo,por el expeditivo método de la decapitación, sin juicio previo. Los cuerpos eran arrojados al Nilo, mientras las cabezas se enterraban en una fosa común.


  Para evitar que se repitieran los problemas entre egipcios y soldados franceses, Bonaparte decidió sacar sus tropas de la ciudad y acuartelarlas en la isla de Roudah, comprendiendo la necesidad de separar a ocupantes y ocupados, un concepto que los franceses aplicarían en sus colonias los siguientes siglos.


  Suprimida la revuelta en el Cairo, Bonaparte tuvo que enfrentarse a otra revuelta, esta vez de las tribus beduinas, que envalentonadas por el éxito inicial de la revuelta en el Cairo  se habían ido aproximando poco a poco a las murallas de la ciudad y acosaban todas las líneas de comunicaciones y aprovisionamiento de la ciudad con el resto de Egipto.


  El griego Bartolomé fue de nuevo encargado de lidiar con la revuelta beduina.


  Bartolomé encaro el problema beduino reuniéndose en primer lugar con los líderes de las tribus, para tratar de lograr algún tipo de  acuerdo pacifico.Pero no fue posible, y el griego decidió utilizar un método brutal, pero muy efectivo.


  Cada mañana salía del Cairo acompañado de su escolta de mamelucos. Pasaba todo el día fuera de la ciudad, y al atardecer volvia, con una docena de cabezas de beduinos clavadas en picas. Si los mamelucos de Bartolome no encontraban beduinos a los que decapitar, atrapaban simples campesinos en su lugar. A Bonaparte no le importaba de quienes fueran las cabezas, solo quería aterrorizar a la población civil para que se sometiera.


  Los lideres religiosos de cada localidad ponían el grito en el cielo y protestaban airadamente ante las autoridades francesas, no tanto por  las torturas y las ejecuciones del  imperio de terror que los mamelucos de Bartolomé Sera estaban extendiendo, sino por el hecho que Bartolomé era un griego cristiano, un infiel que habia llegado a tener un alto grado de responsabilidad , lo que era algo intolerable para un musulman.



  El día de navidad de 1798, Napoleon y una pequeña escolta partían de el Cairo en dirección a Suez, oficialmente para visitar las fuentes de Moises.Pero en realidad, iba a reunirse en secreto con un grupo de  poderosos mercaderes de Hedjaz, Muscat y el Yemen, que se iban a  encargar de surtir de todo lo necesario a las tropas francesas en la futura invasión a Siria.

 Fuentes de Moises,un oasis cerca de Suez donde se supone se detuvieron a beber los israelitas tras escapar de Egipto.


  También buscaba asegurar el apoyo de algunas de las minorías  de Siria (drusos y meronitas) .Cuando Bonaparte regresó a el Cairo en la primera semana de 1799, ya tenía todo lo referente a la invasión de Siria bajo control.


  Todo,excepto el objetivo final de la campaña ; ¿crear un imperio frances en Oriente, con base en la India ?¿ conquistar Constantinopla al imperio otomano y desde allí volver a Francia ?


  En una carta enviada al “victorioso" sultán Tippoo Saib, rey de Ceilán en enero de 1799, napoleon anunciaba su inminente llegada  a la India al mando de un invencible ejercito, para expulsar a los ingleses.


  Las provisiones y munición necesarias para la invasión fueron almacenada en  Salahieh, en el borde oriental del desierto del Sinai, mientras que las tropas comenzaron a concentrarse en Katia, cerca de la frontera con Siria a partir de primeros de febrero.


  Bonaparte escribió al Directorio de París declarando que su intención al lanzar un ataque preventivo contra Siria era  asegurar la conquista de Egipto y evitar que los puertos sirios pudieran ser utilizados por la flota inglesa para su aprovisionamiento.Tambien se trataba de deponer a Ibrahim Bey y proteger Egipto de un ataque terrestre por parte  de los soldados otomanos del gobernador de Acre, Djezzar Pasá, que había amenazado con atacar Egipto por tierra.


  Los espías de Bonaparte en Siria habían informado durante noviembre y diciembre que Ibrahim Bey y Djezzar Pasá estaban preparando una ofensiva sobre Egipto.Pero el gran visir Yousseff Pasá había detenido las intenciones de ambos, ya que se estaba preparando tambien una intervención combinada anglo-turca contra Egipto liderada por  el gobernador de Damas, Abdullah Pasa,que lideraria el ataque terrestre contando con el apoyo de la flota britanicaa en el Mediterraneo oriental.


  Bonaparte envió emisarios a Acre para entregar en mano a Djezzar pasa un ultimátum ;   “no quiero una guerra contigo si no quieres ser mi enemigo, pero debes explicar tu comportamiento.Si continuas dando protección  a los soldados de Ibrahim Bey en las fronteras de Egipto, lo considerare como un acto de guerra y marchare sobre Acre”.


  Djezzar Pasá nunca respondió a la misiva, y Bonaparte,despreciando la opinión de algunos de sus generales, decidió seguir adelante con su plan y dirigirse hacia territorio enemigo en busca de una batalla decisiva.


  El 10 de febrero Bonaparte salía del Cairo a la cabeza de un ejercito de 13.000 hombres liderados por los generales Kleber, Bon, Lannes, Reynier y Murat.


  Esta vez, con el ejercito no iban a marchar civiles, ni científicos, ni mujeres.Bonaparte había recibido las ultimas noticas de lo que pasaba en Europa, el inicio de la guerra de Francia con la Segunda Coalición (Inglaterra,Austria, Rusia, Portugal, etc),y tenia prisa.


  Gran cantidad de provisiones y munición se habían almacenado a lo largo del camino a Siria. Varias tribus beduinas habían sido amenazadas con el exterminio total si entorpecían de alguna manera el esfuerzo bélico francés y se habían tomado un gran número de rehenes, hijos de las más ricas e influyentes familias egipcias, para asegurar que Egipto iba a permanecer en calma tras la partida del grueso del ejército francés.


  Grandes rebaños de dromedarios y ovejas fueron escamoteados a los beduinos con la promesa del pago de una jugosa prima al termino de la campaña (prima que nunca se pagó) y se creó un regimiento especifico de caballeria dromedaria, para servir como correos o exploradores.


  Pero muy pronto los problemas debidos al desconocimiento del terreno y  la falta de preparativos  específicos para la zona desértica que se iba a transitar salieron  la luz.


1 comentario:

  1. No lo habia pensado pero claramente Napoleon estaba siguiendo el camino de Alejandro Magno, no tanto por megalomania sino por necesidad de volver a Francia conservando Egipto. Pero Inglaterra no era Persia y Napoleon no era el magno.

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