Viene de aquí:
Bonaparte estaba confiado. A
pesar de su escasez de artilleria (que se encontraba aun en el asedio a la fortaleza de Bardo) tenía en el norte de Italia a mas de 65.000 hombres.Sumados a los más de
18.000 que Messena tenía a sus ordenes en Genova,hacian un total de 83.000 soldados, prácticamente a la par con las tropas que tenía el ejercito
austriaco sobre el terreno de Italia.
Aunque los austriacos mantenían
en su poder los centros urbanos más importantes de Italia, sus mejores tropas
se encontraban desplegadas en un semicírculo alrededor de Turin,demasiado lejos de la zona de
concentración de las tropas francesas,y con nula capacidad para impedirlo.
Con el ejercito de reserva ya concentrado
en Ivrea, Bonaparte decidió mantener la iniciativa y no esperar acontecimientos.
Se abrían tres caminos: podía marchar
hacia Turin, para enfrentar directamente a las tropas austriacas; podía marchar sobre Génova
y levantar el asedio austriaco a la ciudad, o podía marchar hacia Milán.
La ocupación de Milán rompería las
líneas de comunicacion y aprovisionamiento austriacas entre el rio Po y Brescia.Ademas, los bien surtidos
almacenes de la ciudad proveerían al ejercito francés de todo lo que necesitaba:
desde botas para los soldados hasta cañones, provisiones, municiones, etc
En el aspecto político, Milan
también significaba un lugar de importancia en el que Bonaparte podía apoyarse.Los milaneses
estaban muy descontentos con los
ocupantes austriacos, y la liberacion de la ciudad podía convertirla en la capital de una nueva "Republica Cisalpina",
un nuevo reino títere en Italia con Francia moviendo los hilos.
Las dos primeras opciones no tenían
apenas ventajas. Un avance rápido sobre Turín o Génova llevaría al ejercito francés a un encuentro prematuro
con las tropas austriacas, que si disponían de su artilleria al completo.
Tomando en consideración todos
los factores, Bonaparte eligió Milan.Ivrea fue designada centro de operaciones
para la siguiente fase de la ofensiva. Para tratar de engañar a los
austriacos,Bonaparte envió al general Lannes con un par de divisiones a la localidad de Chivasso, como si la intencion del ejercito francés fuera atacar Turín.
Como Bonaparte había previsto,
los austriacos cayeron en la trampa: las tropas de Lannes tomaron Chivasso en 24 de mayo.Por la noche,los soldados de Lannes encendieron
centenares de hogueras para hacer creer a los austriacos que allí se habia
concentrado buena parte del ejercito francés.
Mientras, Bonaparte confiaba en
que Messena mantuviera Génova en su poder al menos hasta el 4 de junio, así que
el ejercito frances tenía 10 días para recorrer los 150 kilómetros de distancia
entre Ivrea y la estratégica ciudad de Stradella, lugar de paso obligado para los convoyes de municiones y provisiones austriacos.
El día 27, el ejercito francés se ponia en marcha, y el día 28 la vanguardia de Murat tomaba Vercelli. Dos días más
tarde, avanzadillas de caballería francesa entraban sin oposion en Novara.
Los austriacos estaban
absolutamente desconcertados.Creain que el grueso del ejercito francés se
preparaba para atacar Turín, y desconocían por completo que unidades del
ejercito frances avanzaban hacia Milán y cuál era su potencial militar.
El día 30, Murat llegaba a
orillas del rio Ticino, y al día siguiente lo cruzaba, superando así el último
obstáculo natural que separaba al ejercito francés de Milán.
El día 2 de junio, Bonaparte hacia
su entrada en Milán, “en medio de demostraciones generalizadas de alegría:
habitantes de ambos sexos y de todas las
edades aclamaban al hombre que les habia llevado la libertad y les había
librado del yugo austriaco”.
Los austriacos ya habían evacuado
la ciudad un par de días antes, dejando una pequeña guarnicion en la ciudadela
que se rindió a las tropas de Murat sin combatir.
Pero el mismo día 2, Bonaparte recibía
una noticia aun mejor.Lannes habia llegado a Pavía tras una marcha a paso
ligero por la ribera occidental del rio Po, y en los almacenes militares de la ciudad había
encontrado entre 300 y 400 cañones,algunos de asedio pero la mayoría cañones
de campaña, de los que medio centenar se incorporaron a la artillería francesa
de inmediato.
Bonaparte permaneció en Milán
durante una semana, moviendo sus peones. Ordenó la creacion de una zona de
seguridad entre los ríos Oglio y Trebia, al suroeste de milan, para prevenir
cualquier intento de ataque de los austriacos desde Mantua.
Envió al general Duhesme a tomar
y mantener el puente de Lodi, y Murat fue enviado a Piacenza para establecer una
cabeza de puente al otro lado del Po.Desde allí la ruta hasta Stradella estaría
abierta.
El día 5, la resistencia de la fortaleza de Bardo llegó a su fin,liberando a la artilleria francesa que de
inmediato se puso en marcha hacia el sur para reunirse con el grueso del ejercito.
El día 7, Murat cruzaba el Po y
tomaba Piacenza.Inmediatamente, los ingenieros de Murat comenzaban a construir dos puentes de pontones.El ejercito de
reserva se puso en marcha para cruzar el Po
por Piacenza de inmediato.
Mientas esperaba el momento para
partir hacia Piacenza y Stradella, Bonaparte se dedico a disfrutar de la
intensa vida cultural de Milan.Acudio a la opera un par de veces, visitó las colecciones
de arte privadas de los Sforza en varios domicilios particulares,y en la iglesia de san Lorenzo se
reunió con 200 sacerdotes, con los que discutió de lo divino y lo humano, igual
que había hecho un par de años antes con los imanes musulmanes en Alejandría.
La correspondencia capturada a
los mensajeros enemigos llamo su atencion, sobre todo los documentos austriacos
que se burlaban de sus tropas : “los soldados franceses no son más que perritos
de agua, y sus generales no tiene ningún talento”
La mayoría de las burlas se referían
al ejército de reserva francés: se describia a la caballería francesa montada
sobre burros, a la infantería como a un puñado
de ancianos lisiados armados con palos,y la artilleria francesa no eran más
que dos trabucos.
En Piacenza, Murat se apoderó de
varios almacenes repletos de provisiones y municiones, pero su más importante descubrimiento fue un manojo de mensajes enviado por el
general Melas al Consejo Aulico en Viena.
El día 8, las cartas llegaban
a manos
de Bonaparte. Una de ellas, fechada el día 2, informaba que Génova se había
rendido a las tropas austriacas. Tras la rendición, la guarnición francesa había sido
escoltada hasta el rio Var.
Al principio, Bonaparte se
nego a creer las noticias, y acusó a su traductor
de austriaco de ser un espía e intentar confundirle.
La perdida de Génova era un golpe
duro para la estrategia de Napoleon.SI los austriacos decidían hacerse fuertes
en Genova, todo el plan francés se venia abajo. Tras el asedio de San juan de Acre, Napoleón conocía a la perfección la extrema habilidad de los artilleros de la Royal Navy británica
para ayudar a una guarnición costera en apuros.
Pero un análisis más detenido de
las cartas de Melas mostraba una muy buena noticia.Rindiendose el día 2, Messena había conseguido fijar en Génova al ejercito del general Ott,impidiendo
que pudiera reunirse con el grueso del ejercito austriaco del general Melas.
El ejercito del general Ott
tardaría al menos tres días en marchar a encontrarse con las tropas de Melas,
tres días que iban a ser vitales para que el ejercito frances completase sus preparativos
libre de interferencias del enemigo.
El general Melas, que seguía
pensando que el ejercito de reserva francés era de muy baja calidad,habia
preferido tomar Génova antes que reunir a todas sus tropas disponibles.
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