lunes, 6 de agosto de 2018

Sertorio, rebelde con causa ( 10ª parte) ; Iberia-Hispania.(V)


 "El ultimo dia de Numancia",obra de Alejo Vera Estaca.

Viene de aquí:


  Los siguientes comandantes romanos en Hispania prefirieron mantener un perfil bajo en relacion a  Numancia. No querían que les ocurriese lo mismo que a Hostilio Mancino, y las hostilidades entre romanos y celtiberos se redujeron a escaramuzas de poca importancia.


  Pero en el 134 a.c., el senado romano eligió a Publio Cornelio Escipion Emiliano, el conquistador de Cartago ,para desempeñar de nuevo el consulado,esperando que  fuera capaz de derrotar a los numantinos.

  El ejercito enviado a Hispania contaba con 60.000 hombres, y en el estado mayor de Escipion se encontraba un aun joven Cayo Mario.

   
  Numancia resistió hasta el último hombre, literalmente.La ciudad había sido rodeada completamente, y Escipión dejó pasar el tiempo hasta que el hambre terminó con la resistencia numantina. Cuando los defensores estaban tan débiles que sabían no iban a poder resistir un asalto romano, se suicidaron, prefiriendo la muerte a caer en manos romanas.


  Aunque la guerra numantina fue la última gran guerra disputada en Hispania en los siguientes 50 años, las provincias hispanas estaban lejos de estar pacificadas.


  Roma puso sus ojos en el norte de de África en su lucha contra el renegado rey númida Yugurta, y en el este, contra los cimbrios.Pero algunos de los gobernadores romanos entre los años 107 y 93 a.c. celebraron triunfos obtenidos en Hispania, lo que indica que los habitantes de Hispania no estaban dispuestos a rendirse fácilmente.


  Desde Quinto Servilio Cepión contra los lusitanos, en el año 107 a.c, hasta Tito Didio contra los celtiberos en el año 93 a.c, los cónsules romanos continuaron con la “tradición” romana de la traición y el asesinato en masa usando unas tribus contra otras para terminar liquidando a todas.


  Pero más allá del clima de violencia, frecuentes emboscadas  y guerrilla de baja intensidad que parecía la costumbre en aquellos años en Hispania, a partir de la segunda mitad del siglo II a.c. comenzaron a  producirse evidentes cambios sociales ,politicos y culturales. Los habitantes de Hispania empezaban a disfrutar de las ventajas de las ciudades romanas en comparación con los poblados en los que habían vivido anteriormente.


  En la decada de los años 130-120 a.c fueron fundadas en Hispania un numeroso grupo de  ciudades al estilo romano; Valentía (Valencia), Brutobriga (quizas Villanueva de la Serena o Santaerm,en Portugal ) ,Corduba, Palma, Polentia (actual Alcudia–Pollensa ).En la siguiente década,ciudades que habían permanecido más o menos independientes de Roma, como Asta ,Urso (actual Osuna ) ,Nebrissa Veneria (actual Lebrija ) y Gades (Cádiz) comenzaron a tomar un  aspecto "romanizado".

                      Moneda de un "as" de Brutobriga; 1 denario romano = 10 ases.

  Un gran grupo de mercaderes romanos y latinos construyeron sus lujosas residencias en las ciudades portuarias del mediterraneo, el mejor lugar para controlar y procesar la ingente cantidad de valiosos minerales y de esclavos procedentes del interior de la península ibérica.


  Otra gran grupo de  exlegionarios romanos decidió establecerse en Hispania, dedicándose a la agricultura o el comercio mayoritariamente."Contactaron" con las  mujeres hispanas y pronto Hispania comenzó a poblarse con “híbridos” hispano-romanos,conocedores de ambas culturas,aunando lo mejor y lo peor de ambas.

Restos del teatro romano de Gades.


  Asi, en los años previos a la llegada de Sertorio, Hispania no era en absoluto una sociedad homogeneizada.Habia zonas (sobre todo al noroeste) habitadas por tribus semisalvajes que solo conocían a los romanos o los iberos de la Hispania Citerior para el intercambio de objetos y bienes.Pero, en otras zonas de la península, como en  las cercanías de Baetulo (actual Badalona) las villas rurales de construcción típicamente romanas se adaptaban perfectamente al paisaje,como si estuvieran en pleno Latium italiano.

Restos de una "domus" romana en Badalona.


  Incluso los pueblos que seguían oponiéndose a la colonización romana adquirían las costumbres del invasor. Por ejemplo, el senado típicamente romano como forma de gobierno fue adoptado por numerosas ciudades celtiberas,com la ciudad de Belgida, como cuenta Apiano:


  “Mas tarde los celtiberos se rebelaron de  nuevo. El cónsul Valerio Flaco fue enviado contra ellos y extermino a 20.000 .Los habitantes de Belgida clamaron por rebelarse también, pero el senado de la ciudad no apoyo la palabra del pueblo y se negó a la rebelión.Entocnes, el pueblo prendió fuego al senado de la ciudad, con los senadores dentro.Cuando Valerio Flaco llegó a Belgida, ordenó ajusticiar  a los responsables del crimen"




- Historia de Roma, sobre Iberia


  Los romanos pasaron a utilizar con los iberos la táctica que mas tarde, en la época imperial, perfeccionarían hasta un nivel inusitado.


  Una vez que alguna tribu marchaba (forzada o voluntariamente) a alguna nueva ciudad ibera de estilo romano, el jefe de la tribu descubría que se había convertido en el magistrado de la ciudad, y que sus comandantes guerreros y ancianos de la tribu se habían convertido en senadores del nuevo senado.


  Los magistrados y senadores de una ciudad romana eran muy bien tratados y respetados por los ocupantes romanos, asi que los miembros de la tribu convertidos en ciudadanos se daban cuenta muy pronto  de lo conveniente que era convertirse en clientes de los senadores, que les ofrecían protección y favores a cambio de su lealtad.


  Asi, era normal para las nuevas elites urbanas (los antiguos aristócratas de las tribus) apoyar la romanización de sus ciudadanos para que lo más rápidamente posible olvidaran sus antiguas costumbres guerreras y se convirtieran en ciudadanos ansiosos de complacer al senador o magistrado.


  Otro de los factores que contribuyeron a la rápida romanizacion de  gran parte de la península ibérica fueron las calzadas. A mediados del siglo III a.c., los romanos habían construido la calzada que transcurría desde Roma hasta el río iber, pasando por la Galia Transalpina y cruzando los Pirineos. Un siglo despues,la experiencia había aconsejado a  los gobernantes romanos a tener en cuenta la necesidad de tener un gran número de soldados prestos para marchar hacia Iberia en un corto plazo de tiempo, y nadie quería arriesgarse a enviar un gran número de soldados por mar si podía hacerlo por tierra.


  Echando un vistazo al mapa de las primeras calzadas romanas en Hispania no parece haber existido un plan estratégico para su construcción, todo parece reducirse a diferentes  gobernadores limitándose a construir una calzada cuando y donde lo necesitaban, por ejemplo, por razones económicas  (transporte  de mineral de plata desde el noroeste peninsular hasta la costa atlántica en el sur, la actual Ruta de la Plata ) o por razones militares, para enviar rápidamente las tropas a donde más posibilidades había de producirse serios problemas.


  Debido a los problemas en algunas regiones, la romanización en Hispania no se produjo uniformemente.Decadas de presencia romana en la costa mediterránea la habían pacificado por completo, y las tribus que allí habían vivido habían llegado a la conclusion que cualquier problema con Roma era mejor resolverlo ante los magistrados que empuñando una espada.


  El sur, la Betica, era sin duda la parte más pacífica de la península ibérica. Pero en el centro, los celtiberos seguían negándose a ser romanizados.Muchos de ellos habían servido como mercenarios para los romanos, ya que eran excelentes combatientes en terrenos quebrados y montañosos.


  Esa situación llevo a que, a mediados de la década de 80 a.c., los celtiberos conocían a la perfección las tácticas militares romanas, y, por tanto, sus debilidades.


  Los lusitanos del oeste de la península, los carpetanos , los vetones, etc seguían pensando que el único romano bueno era el romano muerto.Todos estos pueblos habían sufrido terribles masacres a manos de los romanos, y solo esperaban la llegada de alguna figura que pudiera dirigirlos y unirlos contra el invasor.


  Esas eran las circunstancias con las que se iba a  encontrar el propretor Quinto Sertorio cuando en el año 83 a.c.  llegaba a Hispania.


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