lunes, 4 de julio de 2016

1863: Gangs of New York.(6ª parte ) ; Primeros altercados.



 Viene de aqui :


  La decisión del coronel  Nugent, encargado de la oficina de reclutamiento en Manhattan, de organizar el sorteo en un sábado se demostró equivocada rápidamente.


  El domingo comenzaron a oírse rumores de una conspiración por la que los “elegidos” en el sorteo se habían organizado para tomar una de las armerías de la ciudad por asalto. El rumor era falso, pero los ciudadanos de Manhattan pasaron el domingo discutiéndolo mientras bebían whisky en la gran cantidad de establecimientos dedicados al alcohol que prosperaban en la ciudad de New York.


  Otro rumor avisaba que se avecinaba una insurrección “católica romana”, rumor avivado por el hecho que el domingo por la tarde un grupo de alborotadores había asaltado y saqueado la Misión Metodista Episcopal de Five Points.Habian saqueado todo lo que de valor habían encontrado,habían pintado las paredes con mensajes como “muerte e los protestantes” y finalmente habían incendiado la misión, que había ardido hasta los cimientos.La actitud poco comprensiva del arzobispo católico Hughes y su negativa a condenar el asalto a la misión protestante hizo muy poco por calmar los ya alterados ánimos de la población.

 Cena Benefica de Accion de Gracias ( solo para mujeres ) en la  Mision Metodista Episcopal de Five Points.

  El sorteo había elegido a 1200 nombres, prácticamente todos de origen irlandes,practicamente todos  trabajadores de baja cualificación, absolutamente incapaces de costearse un sustituto que tomara su lugar en el ejercito.Pero aun había que elegir más de 300 nuevos reclutas, y el sorteo se reanudaría el siguiente lunes.


  Alrededor de las 4 de la mañana del lunes, un numeroso grupo de hombres se dirigió hacia la esquina suroeste de Central Park.Canteros,calderereros,bodegeros,marineros,etc,casi todos de origen irlandés, acompañados también por un numeroso grupo de alemanes,todos decididos a desobedecer las órdenes de reclutamiento.Tras unos discursos ,la multitud se dirigió hacia a la 5ª avenida, donde se unió  a una aun más grande multitud ,mayoritariamente de mujeres que trabajaban en los talleres y telares del este de Manhattan.


  A las 10 de la mañana, la multitud se había concentrado ante la comisaría de policía militar del 9º distrito, en la calle 47.En ese momento aparecieron los bomberos voluntarios de la brigada  móvil nº 33, todos ellos pertenecientes a la banda de la Broma Negra.


   Anteriormente, los bomberos voluntarios de New York habían estado exentos de tener que cumplir el servicio militar. Pero la nueva ley de reclutamiento del presidente Lincoln había terminado con ese privilegio, y los bomberos (alguno de ellos había resultado “agraciado” en el sorteo) estaban furiosos.Comenzaron a lanzar piedras y adoquines que arrancaban del pavimento contra la comisaria de policía militar.


  Entre gritos de “abajo con los ricos”, buena parte de los presentes se unió a los bomberos y asaltaron la comisaria, buscando todos los documentos relativos al sorteo. Pero uno de los funcionarios de la comisaria había tenido a la precaución de esconderlos cuando había comenzado el lanzamiento de piedras.


  Cada vez más furiosos al no encontrar los documentos, los bomberos decidieron prender fuego al edificio. En poco tiempo, las llamas se habian propagado a los edificios adyacentes. Las llamadas de auxilio  desesperadas de los residentes de los edificios en llamas fueron desoídas por los bomberos, que decidieron dedicarse al saqueo.


  Los policías que habían salido de la comisaria antes de que fuera consumida por el fuego dispararon sobre los manifestantes para tratar de dispersar a la multitud, matando o hiriendo a media docena de ellos. Los manifestantes respondieron atrapando a un par de policias, que fueron apaleados hasta la muerte. Otro fue lanzado al rio, y utilizado como blanco móvil por el populacho, que no dejo de tirarle piedras a la cabeza hasta que su cadáver desapareció bajo las aguas.


  A las 9 de la mañana, y ante el cariz peligroso que estaban tomando los acontecimientos, el jefe de la policía de New York, John A. Kennedy, puso en estado de alerta a todas las comisarias de Brooklyn y Manhattan, y ordenó que todos los oficiales que disfrutaban de permiso o estaban en la reserva acudieran inmediatamente a sus puestos.


  Para tener una mejor perspectiva de lo que estaba ocurriendo, el jefe Kennedy se dirigió a la zona en donde estaban ocurriendo los disturbios.Reconocido por varios de los alborotadores, Kennedy fue salvajemente golpeado, y solo salvo la vida porque un amigo fue capaz de convencer a la multitud que Kennedy estaba ya casi muerto.

 John A. Kennedy,jefe  de la policia de New York en 1863.


  Otro alto jefe policial, el superintendente James Crowley,encargado del mantenimiento del sistema telegráfico de la policia, sufrió un destino similar. Cuando las fuerzas del orden trataban de apartar un tranvía que había sido colocado en el centro de la 3ª avenida, el superintendente Crowley se dispuso a intentar arreglar varios cortes en la red telegráfica. Pero los alborotadores no dieron tiempo, y cayeron sobre el desventurado policía, al que mataron a golpes de adoquín.


  Con el jefe Kennedy gravemente herido, el control de la policía de Manhattan recayó en Thomas Acton, presidente de la comisión electoral de la policía. Tras un breve recuento, Acton se percató rápidamente de la situación. Con 1600 policias desplegados para proteger Westchester, Brooklyn y Staten Island, apenas le quedaban 600 hombres para disolver a los alborotadores.


  Acton era un republicano convencido, acérrimo seguidor del presidente Lincoln, y estaba absolutamente dispuesto  a hacer cumplir la ley. No era un hombre  amigo de discursos para calmar al populacho, prefería usar la metralla.


  A principios de esa misma mañana del lunes, el jefe Kennedy había asignado 12 policías a cada una de las 6 oficinas de reclutamiento en donde iba a continuar el sorteo. El nuevo jefe policial, Acton, canceló la orden de Kennedy e hizo volver a los policías a sus respectivas comisarias, para estar dispuestos a actuar cuando fuera necesario. Con las líneas telegráficas destrozadas, no había ningún tipo de comunicación entre las comisarias de Manhattan.


  A las 11:30, el jefe Acton, el alcalde George Opdycke y el coronel Robert Nugent ordenaron que fueran evacuadas las 6 oficinas en las que iba a continuar el sorteo, y que toda la documentación debía ser transferida a Governor Island,una isla fortificada que protegia el puerto de New York.

Governor Island.


  El alcalde Opdycke se puso en contacto con el mayor general Charles Sandford, comandante de la milicia estatal, y le ordeno llamar a la milicia para suprimir a los alborotadores.

                                 George Opdyke,alcalde de New York en 1863.

  Pero el general Sandford afirmó que solo debia seguir las ordenes del gobernador Seymour, y se limito a poner centinelas en las armerías para evitar que fueran asaltadas por el populacho. Ante la actitud poco colaboradora del general Seymour, el alcalde Opdyke se  entrevistó con el general al mando de las tropas federales que se ocupaban de la defensa de los fuertes que protegían el puerto de New York, brigadier general Harvey Brown.


  Tras una corta conversacion,,el alcalde Opdyke se convenció que el general Brown era el hombre perfecto para la tarea que se avecinaba, y le puso al cargo de todas las tropas federales que se encontraban en New York y sus cercanias.Brown estableció entonces su cuartel general en las oficinas centrales de la policía, y se reunió de urgencia con el jefe de la policia,Acton.Ambos estuvieron de acuerdo en solicitar ayuda al secretario de la guerra Edwin Stanton,para que enviara tropas federales a la ciudad,ya que apenas se disponía en ella de 500 soldados.


  A la espera de refuerzos, Acton decidió enviar un grupo de 125 policías  al mando del inspector Daniel Carpenter a tratar de detener a los alborotadores que estaban intentando asaltar el domicilio del alcalde Opdycke, en la Quinta Avenida.


  Carpenter encontró a la multitud marchando por Brodway, armados de barras de hierro, bates, horcas y algún arma de fuego. Decidió dividir sus fuerzas, y envió un grupo de policías por la calle 4ª para tomar a los alborotadores por la retaguardia. El resto, armados con sus porras, cargaron sobre la cabecera de la manifestación.


  La carga policial fue altamente efectiva. Cuando terminó, varios manifestantes yacían gravemente heridos sobre el pavimento, mientras el resto huía a la carrera.





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