lunes, 17 de enero de 2022

1945: Texel, la última batalla (12ª parte)

 


Viene de aqui :

  A principios de noviembre de 1942, la victoria aliada en la segunda batalla de El Alamein había marcado el principio del fin de las esperanzas alemanas en el frente del norte de África, y para buena parte del liderazgo aliado, había sido el principio del fin. Como dijo Winston Churchill “antes de El Alamein, nunca habíamos vencido: después de El Alamein, nunca fuimos derrotados”.

  Pocos mese mas tarde, la batalla de Stalingrado había terminado también con las esperanzas alemanas en el frente del este.Y a principios del año 1943, las tropas aliadas desembarcaban en Sicilia. Quedaban aun más de dos años de guerra, pero las tropas del eje retrocedían en todos los frentes.

  Los antiguos soldados del ejercito rojo que se habían pasado a las legiones del este, ostlegionen, sabían lo que pasaba, y comenzaron a considerar la posibilidad de cambiar de nuevo de bando. No se sabe exactamente cuando los georgianos que servían en el batallón 822 se dieron cuenta que estaban, otra vez, en el lado equivocado, pero una vez que fueron trasladados desde Polonia a Francia y desde alli a Holanda, se puso en marcha una organización clandestina.

Legion Georgiana en Holanda, 1944.
  

  Los líderes de la organización clandestina eran el capitán Shalva Loladze y Eugeni Artemidze, que en abril de 1944 habían establecido contacto con los miembros de la resistencia holandesa. Su contacto era un antiguo oficial zarista, un tal Bogdarev, que había sido capturado por los alemanes en la primera guerra mundial y que había decidio quedarse en Holanda cuando estallo la revolución bolchevique en Rusia.

Capitan Shalva Loladze.

 
Los georgianos ,que a su llegada a la zona habían sido desplegados en Zandvoort también contaron con la agrupación local del partido comunista holandés, liderado por Annie Van Ommeren, alias Annie Klein, que mas tarde seria miembro del parlamento holandés.

  Los georgianos robaban armas, alimentos  y explosivos a los alemanes y los pasaban a la resistencia. Tambien desactivaron zonas de los campos de minas costeros para facilitar algún asalto anfibio aliado si llegaba a producirse.Y se dedicaban a repartir por la zona números  de la publicación ilegal De Waarheid, una octavilla publicada por el partido comunista local.

  

  Miembros de la resistencia comenzaron a animar a los georgianos para intentar una revuelta contra los alemanes. El primer plan consista en una marcha del batallón 822 hasta Ámsterdam, en donde tomarían contacto con la resistencia holandesa para tomar la capital . Pero los georgianos se negaron ,sabian que los 800 hombres del batallón 822, aunque contaran con la colaboración  de la resistencia holandesa, serian muy pocos para arrebatar Ámsterdam de las tropas alemanas que lo ocupaban.

  Tras varias acaloradas discusiones, se llego al acuerdo de posponer cualquier levantamiento hasta que los georgianos del batallón 822 fueran avisados de que iban a ser enviados al frente .Ese seria el momento escogido para rebelarse.

  En Zandvoort, y posteriormente en Texel, los georgianos habían preferido buscar la ayuda de los comunistas holandeses en vez de la ayuda de otros grupos de la resistencia.Parece que los georgianos buscaban la comprensión de los comunistas al hecho de que los georgianos habian traicionado a la URSS en dos ocasiones, primero rindiéndose a los alemanes (algo terminantemente prohibido por Stalin) y después se habían unido al ejercito alemán. Pero a los comunistas holandeses eso no parecía importarles, ya que una colaboración con los georgianos podría limpiar algunos de los “pecados” que también habían cometido.

  Porque la historia de los comunistas holandés, (al igual que la de los comunistas de otros países europeos) durante la segunda guerra mundial tiene mas sombras que luces, y los holandeses necesitaban borrar alguno de los comportamientos que habían dañado su reputación antes que terminara la guerra.

  Antes (y después) de la invasión germana de Holanda en 1940, la política del partido comunista holandés (CPH) había estado guiada por completo por Moscú, en concreto por la internacional comunista, (Komintern).El Komintern, una organización internaciónal de partidos comunistas de numerosos países, habia sido fundada por Lenin en 1919, y habia evolucionado para convertirse en el brazo de la política exterior soviética. Sus instrucción salían de Moscú, y eran obedecidas por todos los comunistas del mundo.

  Cuando la recién nacida URSS se sintió amenazada por el crecimiento del nacional-socialismo en Alemania, en la década de los años 30,todos los partidos comunistas afiliados al Komintern tomaron una clara oposición a los nazis. Su actitud, dirigida desde Moscú ,acuso incluso a los socialdemócratas denominándoles social-fascistas, e insistiendo que solo los comunistas eran verdaderos antifascistas. Apremiados por las circunstancias, y sobre todo por su escaso número en muchos países europeos, los comunistas no tardarían en formar frentes populares, coaliciones en las que a menudo se incluían los socialdemócratas, que apenas unos días atrás eran enemigos declarados.

  Los partidos comunistas  europeos sobrevivieron a duras penas a esas variaciones en las alianzas politicas. Pero la política de seguir servilmente los dictados del camarada Stalin y el PCUS iba a llevar a los comunistas europeos  a una estrafalaria vuelta de tuerca en agosto de 1939, cuando la URSS y la Alemania nacional-socialista firmaban el pacto de no agresión.

Molotov firmando el pacto bajo la atenta mirada de Ribbentrop y el camarada Stalin.
  

  Ambos países, enemigos jurados desde hacía siglos, se comprometían a no invadir al otro (aunque los alemanes no tenían ninguna intencion de cumplirlo, y seguramente los soviéticos tampoco).Los nazis, que hasta un par de días atrás eran enemigos del proletariado y de la URSS, se convertían de pronto en aliados de Stalin.

  Para algunos comunistas, pocos, el pacto Ribbentrop-Molotov era una línea que no estaban dispuestos  a cruzar, y abandonaron el partido. Pero la inmensa mayoría de los comunistas europeos siguieron pensando que Stalin sabía lo que hacía.

  Cuando Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939,dando comienzo a la 2ª guerra mundial, no fueron pocos los líderes de los partidos comunistas de Europa occidental que apoyaron la invasión, y aun mas, se regocijaron cuando la URSS aprovecho para invadir también Polonía y vengarse asi de la derrota sufrida por el ejercito rojo ante los polacos en los primeros años de la década de los 20.

  Por ejemplo, la líder del PCE, Dolores ibarruri “la Pasionaria”, afirmaba en un artículo en el semanario España Popular (editado en Méjico el 18 de febrero de 1940) que los trabajadores de todos los países han saludado con entusiasmo la acción libertadora del Ejército Rojo sobre el territorio del antiguo Estado de los terratenientes polacos”.

  

  La Pasionaria también acusaba a Polonia de ser un estado creado artificialmente, un “conglomerado heterogéneo creado por el pacto de Versalles”, y que había sido utilizada en el pasado como una base de ataques militares sobre la URSS,el país del socialismo.

  En Francia, el órgano de oficial de expresión del PCF, el diario L´Humanite en su numero del 9 de septiembre de 1939, justificaba la invasión alemana: “El proletariado mundial no debe defender a la fascista Polonia”. Y acusaba a Gran Bretaña y Francia de ser los verdaderos culpables de la guerra por haber entrado en ella para defender a Polonia:

"La accion de  la Union Sovietica con el pacto de no agresion con Alemania contribuye a reafirmar la paz general".
  

  “los comunistas debemos declararnos en contra de la guerra, exponer su carácter imperialista, votar en contra de los presupuestos militares e informar a las masas que la guerra solo traerá miseria y agravara la situación de las clases populares”.

  Pero el problema de la nueva amistad entre la URSS y la Alemania nacionalista y sus implicaciones ”morales” sobre los comunistas del mundo no iba a quedar solo en la invasión de Polonia.El problema se iba a acentuar aun mas cuando la Werhmacht se volvió hacia el oeste en la primavera del año siguiente. Repentinamente, los partidos comunistas de la Europa occidental se vieron bajo ocupación alemana,  mientras Alemania y la URSS seguían siendo aliados.

  Algunos comunistas, trataron de lidiar con el nuevo problema, tratando de convencer a quienes quisieran oírles que la guerra no era más que una batalla entre dos formas de imperialismo: el nuevo imperialismo fascista de Alemania e Italia y el antiguo imperialismo reaccionario, de Francia y Gran Bretaña.

  Pero la inmensa mayoría siguieron obedeciendo sin rechistar las ordenes de Stalin, y mientras sus países eran ocupados, no movieron un solo dedo para actuar contra los invasores.

"España Popular, año 1, num. 1.
 

(Continuara…)

 

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