lunes, 11 de junio de 2018

Proyecto Azorian: (3ª parte); A la escucha.



 Hidrofono.

Viene de aquí:


  En abril de 1968, en el anillo interior del Pentágono, James Bradley, oficialmente un asesor  de la oficina de inteligencia naval para la guerra submarina, tuvo una idea.


  El capitán Bradley,que en realidad coordinaba el esfuerzo clandestino estadounidense para aplicar la tecnología en el desarrollo de  la guerra submarina, y la captura de información de inteligencia humana ( lo que se llamaba en aquellos años HUMINT), llevaba a cabo su tarea de coordinación en un bunker sin ninguna identificación en el 5º piso del Pentágono, protegido por 3 grupos  de puertas con vigilancia.

 Alli, Bradley cavilaba  maneras de utilizar algunos de las mas sofisticadas y secretas herramientas de la armada USA para descubrir los secretos del arsenal marino soviético, sobre todo sus submarinos, sus sistemas de comunicaciones codificadas y sus nuevos misiles balísticos.


  Cuando Bradley recibió la informacion del inusual despliegue de la flota sovietica en un lugar situado a 1.500 kilómetros al noreste de las islas Hawai,inmediatamente llegó a una conclusión: los rusos habían perdido un submarino.


  Si se podía localizar el lugar exacto del hundimiento, y de alguna manera se pudiera llegar a los restos del submarino, sin duda seria el mayor éxito de los servicios de inteligencia estadounidenses durante lo que llevaban de guerra fría.


  Básicamente,ambas potencias, USA y URSS conocían lo que el otro tenía en cuestion de  armamento, aunque no sabían las especificaciones técnicas de misiles balísticos y cabezas nucleares.Asi,si los estadounidenses podían poner las manos sobre un misil balístico nuclear soviético intacto podrían conocer todos los secretos del arsenal enemigo, incluyendo la composición exacta de la cabeza nuclear y el diseño de su sistema de guía, lo que permitiría a los estadounidenses construir mejores defensas antimisiles especialmente calibradas para  contrarrestar el diseño soviético.


  Pero, mientras los soviéticos habían desistido de continuar la búsqueda del submarino desaparecido en pleno Océano Pacifico, incluso aunque tenían una cierta idea de donde se encontraba, el capitán Bradley era mucho mas optimista, ya que tenía una mejor forma para localizarlo.


  A primeros de los años 50, la armada USA había comenzado a instalar un sistema de hidrófonos submarinos anclados al fondo marino.Ya en 1960, la importancia de estos aparatos se fue incrementando hasta hacerlos imprescindibles para los EEUU, que se habían dado cuenta que el balance de fuerzas de la guerra fría podía alterarse en las profundidades marinas.


  Asi,localizar un submarino soviético y tener una estimación aproximada de su posición y dirección se convirtió en una prioridad absoluta para la armada USA.


  Cada submarino, independientemente de su origen, su modelo, sus helices, el tipo de  motor, su sistema de refrigeracion, etc, emitia un sonido único e intransferible, no había dos submarinos que emitiesen sonidos iguales .

  Basicamente, el sonido que cada submarino soviético emitía era una "firma sónica", que los analistas de la armada USA podían diferenciar de otras similares y catalogarla. Colocar cientos de hidrófonos en el suelo marino proveía a la armada USA de una red de “oídos” siempre a la escucha.

   El primer hidrófono exclusivamente para servir en el mar abierto  había sido diseñado y construido en secreto por Western Electric, una división de la American Telephone and Telegraph Company (AT&T), como parte  de un programa de absoluto secreto llamado proyecto Jezabel.


  Para construir el hidrófono se recurrió en su mayor parte a componentes que ya estuvieran funcionando en otros proyectos y que hubieran sido exhaustivamente probados. Por ejemplo, el "LOFAR actuator", un analizador de señales de baja frecuencia que “escribía” los sonidos emitidos por el submarino en papel ,estaba basado en una tecnología utilizada por los laboratorios Bell de la AT&T para estudiar los patrones de la voz humana, para mejorar el servicio telefónico a los clientes.

 La primera prueba de los hidrófonos para la armada USA tuvo lugar en la isla de Eleuthera, en las Bahamas, en 1952.Se colocaron 40 hidrófonos a lo largo de una línea de 2000 metros, a una profundidad de 500 metros. Una vez puesto en marcha, el sistema detectó perfectamente un submarino de la Armada USA.


Instalando un hidrofono.
  Rápidamente, el programa se extendió para cubrir toda la costa este estadounidense, desde el Caribe hasta Nueva Escocia.Dos años más tarde, la red de escucha se extendía por la costa de California, y más tarde, las islas Hawái.


  Toda la red paso a denominarse SOSUS, Sound Surveillance System (red de escucha pasiva), y en 1958 cubría toda la costa norteamericana, aunque a un coste superior a los 16.000 millones de dólares de la época.

 La red SOSUS en el oceano Atlantico,entre los años 1958 y 1978.


  El agua del océano resulta ser un excelente transmisor de algunas frecuencias de sonido, ya que la energía del sonido es absorbida por el agua oceánica en un pequeño porcentaje.Asi, el sonido puede desplazarse por el agua oceánica a gran distancia sin perder apenas intensidad.


  Además, las capas más profundas de los océanos disponen de una capa horizontal o SOFAR (Sound Fixing and Ranging Channel ) que sirve como una guía para el sonido, permitiendo a las ondas sónicas viajar grandes distancias en horizontal sin dispersarse en demasía.


  La profundidad de esta capa SOFAR dependía y variaba según lo hacían la temperatura y la presión del agua, pero a la profundidad a la que operaban los submarinos en misión de combate tales factores no tenían apenas importancia. Los comandantes de los submarinos tenían muchas precauciones para pasar el menor tiempo posible en la zona de influencia de esa capa SOFAR, ya que cualquier sonido que emitieran podía ser escuchado a una gran distancia.

  Los operadores del sistema SOSUS estaban altamente especializados, aunque tenían un trabajo realmente aburrido. Normalmente pasaban semanas o meses sin ninguna actividad fuera de lo normal, pero de vez en cuando sucedía algo interesante. Los analistas del sistema, todos ellos entrenados en la escuela secreta en la base naval estadounidense de Key West, habían comenzado a  identificar y catalogar a los diferentes submarinos soviéticos de los que conocían su sonido.

 Gracias a eso,habian podido aislar todos los sonidos para los que no tenían registro anterior, como las erupciones de volcanes submarinos o los sonidos de ultra baja frecuencia emitidos por las ballenas azules.


  El capitán Bradley conocía perfectamente la enorme extensión de la red SOSUS en el Pacifico, y que los analistas del sistema estaban perfectamente entrenados para distinguir una señal registrada de un sonido, y el sonido de un submarino en problemas (ya hubiera explotado en al superficie o se hubiera hundido y explotado a gran profundidad) sin duda hubiera sido monitorizado por el sistema SOSUS.


  Bradley pregunto al capitán Joseph Kelly, supervisor del sistema SOSUS en aquellos momentos, si durante el periodo entre el día 1 de marzo hasta el día 15 los analistas habían escuchado algún evento anormal en la zona en la que la flota soviética había estado buscando.


  Los analistas de SOSUS no habían  encontrado nada sospechoso durante esos días. Pero  Bradley estaba convencido de que algo había ocurrido, y decidió buscar pistas en otro lugar, en otro sistema, el sistema AEDS (sistema de detección de energía atómica), en teoría una red de sismógrafos para detectar seísmos, pero en realidad  una red para detectar señales anormales que pudieran indicar explosiones nucleares.

 "Detectando la bomba,el rol de la sismologia durante la guerra fria"


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