El 27 de julio de 1937, el
emperador japonés Hiro Hito emite la orden para transferir el primer batallón
de guerra química del ejército de tierra japonés al frente chino.
Al día siguiente, el tío-abuelo
del emperador y jefe del estado mayor del ejercito nipon, príncipe Kanin
Kotohito, autorizó al comandante en jefe de la unidad química, comandante Seiji Kogetsu, el uso de gas venenoso contra las tropas chinas.
Principe Kotohito.
Otros batallones especializados
en guerra química fueron desplegados en la zona ocupada por Japón en las
semanas siguientes ,entre el 15 de agosto y el 30 de octubre, siempre con la
autorización del emperador.
El uso de los gases tóxicos estaba
prohibido por varias convenciones internacionales, a todas las cuales se había adherido
el imperio del Japon, como la convención de la Haya de 1899, (articulo 23), y
el protocolo de Ginebra de 1925 y el tratado relativo al empleo de submarinos y
de gases nocivos en tiempo de guerra. En mayo de 1938, la Sociedad de Naciones
acuso formalmente al imperio del Japón de violar repetidamente los términos de
ambos tratados.
El interés del ejército imperial
japonés por el uso de gases tóxicos se remonta a 1918, la época del reinado del
emperador Taisho.
A principios de 1918, fue creada
una comisión especial para examinar el impacto de los principales gases tóxicos
que estaban siendo utilizados en los frentes europeos.
El emperador japonés y su estado
mayor temían una invasión de la recién creada Republica Socialista Soviética sobre las posesiones del imperio en Siberia,
y estaban muy interesados en la producción y el uso de las nuevas armas utilizadas
con profusión en la guerra europea.
Un miembro de la comisión, el doctor Chikahiko Koizumi ya había experimentado el año anterior con los efectos del
cloro sobre pequeños mamíferos en su laboratorio de Tokio.
Koizumi tuvo la oportunidad de
experimentar en su propio cuerpo los efectos del cloro, cuando en 1918,
mientras probaba una máscara anti-gas, esta falló y se vio expuesto a los gases del
cloro . Perdió el conocimiento y la vision, teniendo que permanecer durante dos meses en
tratamiento.
Entre los años 1919 y 1923, el
teniente coronel Taneki Hisamura, comandante en jefe de la Oficina General de Tecnología de la armada japonesa, realizó una gran cantidad de viajes a Europa,
incluyendo Alemania, y a Estados Unidos, para investigar métodos de producción
de gas.
Tras presentar las
conclusiones de los informes de sus
viajes al estado mayor del ejercito nipon, recibió una subvención de 50.000
yenes para poner en marcha un programa
de investigación y otros 25.000 yenes para la construcción en Tokio de un laboratorio
especializado.
Las investigaciones progresaron a
buen ritmo, y en 1928 su departamento de investigación paso a denominarse Instituto
de Ciencia y Tecnología del ejercito, compuesto de más de 100 empleados, que
trabajaban en dos grandes edificios donde se encontraban 40 laboratorios y 20 talleres,
donde se experimentaba con iperita (gas mostaza ),lewisita,adamsita ( un agente
nauseante, mortal tras una exposición prolongada ),acido cianhídrico y difenilcianoarsina,un
fuerte irritante sensorial que obligaba al que sufría sus efectos a quitarse la mascara antigas,facilitando así
la contaminación por otros agentes tóxicos.
Para acelerar la producción de gas,
el cuartel general del ejército ordenó la construcción de un complejo fabril
en la isla Okunoshima, prefectura de Hiroshima.
Okunoshima,la "isla de los conejos".A comienzos de los años 30 se llevaron a la isla varias decenas de conejos para experimentar con los gases.Una vez derrotado Japon y destruidas las fabricas de gas de la isla,los conejos no tuvieron nada que impidera su extraordinaria capacidad reproductiva.
La isla, de solo 4 kilómetros de circunferencia,
fue elegida debido a su lejanía de cualquier zona densamente poblada, al mismo
tiempo que era fácilmente accesible por los trabajadores de la ciudad de Tadanoumi, solo a 3 kilómetros del complejo.
Construido en dos años, el
complejo fue inaugurado el 19 de mayo de
1929 por el gobernador de Hiroshima, que había visto en la fábrica de gas una inesperada
fuente de trabajo para sus ciudadanos. Pero seguro que ni el gobernador ni sus
electores sabían para que iban a ser dedicados los gases producidos en Okunoshima.
Una vez terminada la construcción
del complejo, todo lo que había en la isla paso a convertirse en alto secreto militar,
y la isla de Okunoshima desapareció incluso de los mapas de uso común.
A los tres meses de funcionamiento del complejo,
la neumonía, la bronquitis y la conjuntivitis se habían convertido en
enfermedades crónicas de los 220 trabajadores, que aunque estaban muy bien pagados
tenían un gran riesgo de resultar intoxicados, ya que la cercanía al mar
provocaba una alta humedad que favorecía la acción de la iperita.
Otras plantas de producción de gas se construyeron en el arsenal de Tadanoumi
y en la base naval de Sagami.
El ejército japonés comenzó a
utilizar gas toxico siguiendo un proceso por fases. Entre 1937 y 1938 básicamente
utilizó los llamados gases verdes, esencialmente gases lacrimógenos e irritantes
sensoriales.
A partir de primavera de 1938, el Daihonei (consejo imperial), formado por el emperador y los jefes del estado mayor
(el príncipe Kanin y los generales Sugiyama, Tojo y Umezu) autorizaron el
empleo de los gases rojos, básicamente gases con efecto inflamatorios de
las vías respiratorias.
Y a partir del verano de 1939 se autorizó
el uso de gases amarillos, como el gas mostaza, gases plenamente letales.
“10:00 : Dolor de cabeza, fatiga
,aceleración cardiaca, temperatura corporal sube rapidamente a 38 grados,la piel de la cara se vuelve
negra y cubierta de ampollas.Grandes ampollas en hombros y vientre, ojos irritados,
dificultad de visión, lagrimeo continuo, conjuntivitis aguda, secreción nasal,voz
ronca,flema,disfagia,dolor y opresión en el pecho,disnea,obstruccion de vías respiratorias…”
Extracto del acta del 12 de
septiembre de 1940 sobre los experimentos con gas mostaza llevados a cabo sobre
16 prisioneros chinos por las unidades 516 y 731 del Ejercito japonés.
(Continuara…)