Denario de Caius Annius Luscus,proconsul.
Viene de aquí:
En las ultimas semanas del
invierno del año 81 a.c.,el procónsul
Cayo Annio Lusco marchaba hacia Hispania, al mando de dos legiones.Habia sido designado por el dictador Sila como nuevo gobernador de Hispania,reemplazando a Sertorio que
desde ese mismo momento pasaba a ser considerado un proscrito.
Sila había actuado con rapidez,
no quería que Sertorio pudiera pasar mas
tiempo asentandose en Hispania y reuniendo mas tropas. Pero esa rapidez en el envío
de tropas era una ventaja para Sertorio, que sabia por donde iban a llegar sus
enemigos.
Si Sila hubiese esperado hasta primavera,
sin duda hubiera enviado a las tropas a Hispania por mar.Pero en enero y febrero,
el mar Mediterráneo seguramente hubiera terminado con cualquier flota romana.
Por eso,los romanos llamaban al Mediterráneo Mare Clausum (cuando Roma
controlaba la mayoría de las costas del Mediterráneo se denominaba Mare Nostrum, "Mar nuestro". Pero el invierno era muy peligroso para la navegación, y se
declaraba Mare Clausum, "Mar cerrado", una especie de prohibicion de navegación).
Así que las legiones del
procónsul Annio Lusco iban a llegar a Hispania por tierra, cruzando la cordillera
pirenaica. Y Sertorio envío una legión al mando de Julio Salinator para impedirles el paso.
Las tropas del procónsul Annio superaban
a las tropas sertorianas en una proporción de dos a uno, pero los sertorianos conocían
la zona a la perfección y fortificaron los pasos claves de los Pirineos.
Con los pasos de los pirineos
bloqueados, Cayo Annio no supo cómo proceder, y decidió permanecer acampado, a
la espera que mejorara el clima y pudiera encontrar algún paso no bloqueado por
los legionarios de Salinator.
Entonces, y no seria la primera
ni la ultima vez, la traición y el asesinato jugaron un importante papel en
los asuntos militares y políticos de la península ibérica. Publio Calpurnio Lanario,un magistrado de la facción popular que había huido de Roma tras ser ocupada
por Sila, decidió cambiar de bando y hacerse perdonar ante los silanos.Asesinó
a Salinator, y Cayo Annio aprovechó la confusión para atacar a los sertorianos,que
se dispersaron sin apenas combatir. El camino a
Hispania a través de los Pirineos estaba abierto.
Las noticias de la llegada de las
legiones de Cayo Annio hicieron cambiar de opinion a las ciudades costeras del Mediterráneo
sobre a que facción pertenecer.Sabedoras del comportamiento de las legiones,las
ciudades costeras no dudaron en cambiar de bando,
rindiéndose lo más rápido posible para no sufrir daños.
Sertorior había quedado aislado de
sus bases en el Mediterráneo,y apenas podía recuperar sus pérdidas materiales y
humanas. Sus intentos de reclutar un nuevo ejército no prosperaron, ya que los ciudadanos
de Hispania consideraban que no merecía la pena perder la vida por combatir al lado de
los optimates de Sila o los populares de Mario, y que lo que ocurría en Hispania no era mas que la continuacion de la guerra
civil en Roma.
Sertorio y tres mil hombres que
le quedaban se trasladaron a Cartago Nova.La rendición no era una opción.
Superado numéricamente en una proporción de cinco a uno, combatir tampoco era
una opción. Solo podía tratar de escapar para reagruparse y regresar mas tarde.
Sertorio renunció al cargo de
gobernador romano de Hispania y se convirtió en un proscrito del senado romano,
un rebelde.
Embarcó a sus tropas y
zarpo de Cartago Nova cruzando el Mediterráneo hasta la costa de Mauritania.
Allí descubrió que no era bienvenido.Mientras sus hombres buscaban agua y
alimentos tras desembarcar , los habitantes locales reunieron un
potente ejercito y atacaron.
Sertorio se vió obligado a volver
a Hispania, pero cuando llegaba a la costa levantina su flota fue atacada por una flota de piratas cilicios, obligando a los barcos supervivientes a dirigirse hacia
la islas Pitiusas ( Ibiza y Formentera).
“atravesando el Mediterráneo aportó al África por la parte de la
Mauritania. Sorprendieron los bárbaros a sus soldados, mientras, sin haber
puesto centinelas, se proveían de agua, y habiendo perdido bastante gente se
dirigía otra vez a España; vióse, no obstante, apartado de ella, por haber
tenido la desgracia de dar con unos piratas de Cilicia, y arribó a la isla
Pitiusa, donde desembarcó, habiendo desalojado la guarnición que allí tenía
Anio.”
Tras derrotar a la guarnición romana, Sertorio pudo disfrutar de una breve pausa, que dedicó a construir una nueva flota.Mientras,en Cartago Nova ,el gobernador Annio hacia lo mismo,
disponiéndose a construir trirremes para lidiar primero con los piratas cilicos y
después con la flota de Sertorio.
Pero las flotas de Annio y Sertoroi nunca llegaron a enfrentarse, ya que una
tormenta desmanteló la flota de Sertorio, con barcos mas ligeros.Sertorio pudo
salvar aproximadamente a la mitad de su flota, pero tuvo que dirigirse hacia el oeste para escapar de los trirremes
de Annio.
Los navíos de Sertorio no podían
atracar en la costa del este de Hispania, con todos sus puertos ocupados por
los romanos de Annio, pero tampoco podían salir a mar abierto, ya que su
ligereza los convertiría en un juguete del viento y el fuerte oleaje de la
zona.
Al menos, el fuerte viento ayudó
a la flotilla de Sertorio a cruzar las columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar).Normalmente, los buques de aquella
época tenían muchas dificultades para abandonar el Mediterraneo, ya que un
fuerte viento del oeste y las corrientes del Atlantico complicaban mucho el paso. Era necesario ayudarse de los
remos para superar la fuerza del viento, o aprovechar los momentos en que el
viento cambiaba de dirección.
Tras superar las columnas de Hercules, la flotilla de Sertorio se dirigió hacia el noroeste, intentando
alejarse lo más posible de la parte de la península ibérica mas romanizada,
esto es, la costa este.Sertorio llegó a la desembocadura del rio Betis.
Allí habló con unos marineros que
le informaron de la existencia de unas islas, a las que llamaban afortunadas
(fortunatae insulae), que distaban de África 10.000 estadios ( 1 estadio romano = 185 metros,aprox. ):
“Las lluvias en ellas son moderadas y raras, pero los vientos,
apacibles y provistos de rocío, hacen que aquella tierra, muelle y crasa, no
sólo se preste al arado y a las plantaciones, sino que espontáneamente produzca
frutos que por su abundancia y buen sabor basten a alimentar sin trabajo y afán
a aquel pueblo descansado. Un aire sano, por el que las estaciones casi se
confunden, sin que haya sensibles mudanzas, es el que reina en aquellas islas,
pues los cierzos y solanos que soplan de la parte de tierra, difundiéndose por
la distancia de donde vienen en un vasto espacio van decayendo y pierden su
fuerza; y los del mar, el ábrego y el céfiro, siendo portadores de lluvias
suaves y escasas, por lo común, con una serenidad humectante es con la que
refrigeran y con la que mantienen las plantas “.
Según los marineros, que habían
estado en las islas Afortunadas varias veces, allí habían estado en la antigüedad
los Campos Elíseos, mansión de los bienaventurados.
Sertorio estuvo tentado de
abandonar la lucha y marchar a las isla Afortunadas y vivir alli en sosiego, alejado de toda guerra. Apenas le quedaban un puñado
de barcos,unos cientos de hombres,Italia estaba en manos de su enemigo Sila,y en Hispania parecía llevar el mismo camino.
Tenía tres opciones: unirse a alguno
de los enemigos de roma (Mitridates), escapar a las islas Afortunadas o intentar continuar la lucha contra Sila en un
lugar diferente a Hispania.
Mientras pensaba que decisión tomar,
los piratas cilicios prácticamente decidieron por él. Habían sido reclutados
por un tirano africano, Ascalis, para que le ayudaran a ocupar el trono de
Mauritania. (Parece que Ascalis era un títere de Sila, que quería poner sus manos
sobre el norte de África.).
Para Sertorio, Mauritania podía
ser un lugar perfecto para continuar su lucha contra los silanos.Asi que
embarcó a sus hombres en sus ligeros navíos y navegó hacia África.