Viene de aquí :
Inexplicablemente para Reno y sus hombres , buena parte de los guerreros que les acosaban dieron media vuelta y se dirigieron hacia el poblado.
Diez minutos después de que un grupo de rezagados alcanzara la relativa seguridad de Reno Hill, el capitán Benteen y sus tres compañías llegaron al lugar, y Reno le imploró ayuda porque había perdido muchos hombres.
Mientras se desarrollaba esta discusión, muchos soldados, aunque no Reno o Benteen, dijeron que oían disparos hacia el norte. La pregunta en la mente de todos era: "¿Dónde está Custer?".
El capitán Arthur Weir, a la cabeza de una de las compañías que formaban el batallon de Benteen, solicitó permiso para tratar de encontrar a Custer y sus hombres. Se le denegó el permiso, pero tras esperar 25 minutos, Weir tomo sin permiso la compañía D y se dirigió hacia el sonido de la lucha.
Finalmente, al llegar a un montículo, ahora llamado “Weir Point”, se detuvo para realizar un reconocimiento adicional.
Mientras, en Reno Hill, Benteen encontró a muchos que querían que relevara del mando a Reno , pero se negó . Veinte minutos después de que Weir se fuera, Benteen tomó tres compañías y le siguió.
Minutos después, tras ordenar instalar un hospital de campaña, Reno partió con las compañías A, B y G. Mientras Reno estaba en camino, los hombres en Weir Point notaron un gran grupo de hombres que se dirigía hacia ellos. Una mirada a través de binoculares disipó rápidamente cualquier esperanza de que fuera Custer, ya que una inmensa ola de lakota y cheyenne marchaba en su dirección.
A las 6 p. m., Weir decidió retirarse y regreso a Reno Hill, un poco menos desorganizado que antes. Si no hubiera sido por la rápida reacción del oficial al mando de la Compañía K para formar apresuradamente una retaguardia, podría haber ocurrido una masacre.
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La ruta seguida por el teniente Weir. |
Custer vio desde lejos al contingente de Reno y comenzó a buscar algún camino que le condujera hasta el río. Custer envió su flanco izquierdo al mando del teniente Yates a encontrar y asegurar un cruce por el rio .
Yates encontró un vado frente al campamento lakota , pero estaba protegido por numerosos guerreros lakota y cheyenne que comenzaron a disparar en cuanto lo vieron.
Yates intento cruzar el rio, pero La llegada de más guerreros lo obligo a retroceder a las colinas a través de Deep Coulee.
Custer se preguntaba cuándo llegaría Benteen, ya que todavía tenía intención de lanzar un ataque general y necesitaba tener a todos los refuerzos que pudiera conseguir.
Alrededor de las 4:30 p. m., el batallón se reunió por última vez con la llegada de Boston Custer , que viajaba con los carros que transportaban municion y provisiones.
Tras un breve descanso, Custer fue con el ala izquierda a buscar otro vado, mientras el ala derecha se desplegó en Calhoun Hill. Con la Compañía L en una línea de escaramuza y la Compañía C posicionada detrás de ella, la Compañía I de Keogh quedo en reserva.
Pronto varios cientos de guerreros, más de un millar según algunos de los supervivientes, fluyeron desde las colinas y valles, convergiendo hacia los soldados.
Los defensores rechazaron el asalto inicial, el aire estaba cargado de balas y flechas con punta de acero, pero más guerreros Hunkpapa y Minneconjou llegaron por el sur , mientras que Caballo Loco y sus Oglalas atacaban desde el norte y los Cheyenne bajo el mando de Lame White Men se aproximaban desde el oeste.
El ala izquierda se reunió en lo que mas tarde llegaría a conocerse como Custer Hill (también llamada Last Stand Hill). Después de un intento fallido de la Compañía C de eliminar a los guerreros lakota ocultos en un barranco desde el que disparaban sobre la compañía L, el colapso del ala derecha comenzó rápidamente.
El líder cheyenne Lame White Man reunió a sus guerreros e inmediatamente salió en persecución de algunos soldados que intentaban retirarse. La cohesión del grupo se disolvió cuando la Compañía C abandono sus posiciones y se dirigió a intentar unirse a la compañía L.
Estalló un combate cuerpo a cuerpo en el que los guerreros tenían mucha ventaja ,usando sus hachas de guerra. El pánico comenzó a extenderse por toda la Compañía I y mas tarde por los supervivientes de las Compañías L y C.
A continuación, los Oglalas abrumaron a Keogh. No más de 20 soldados, sin incluir a Keogh, sobrevivieron al ataque y se dirigieron a reunirse con la Compañía F en Custer Hill. Lame White Men lidero una carga hacia Deep Ravine, donde Custer había enviado a la Compañía E para eliminar a los infiltrados. Más tarde, un guerrero Minneconjou mataria a Lame White Men, confundiendolo con un explorador crow, y le arrancaría la cabellera.
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Lame White Man, sentado. |
Cuando comenzó el ataque final a su batallón, Custer tenía menos de 100 hombres entre las dos compañías y los supervivientes del ala derecha. Unos 40 soldados de la Compañía E fueron aniquilados mientras intentaban escapar. En un último esfuerzo en Last Stand Hill, Custer, sus hermanos y la Compañía F utilizaron sus caballos muertos como parapetos improvisados. La batalla por Custer Hill terminó a las 6 p. m., según la hora en que los soldados de Weir Point oyeron cesar los disparos.
En total, perecieron 210 hombres en la última resistencia de Custer. Su cadáver fue encontrado con disparos en el pecho y la sien derecha. La "suerte de Custer" finalmente se había acabado.
"El ultimo combate de Custer", obra de Cassilly Adams. |
Tras aniquilar al batallón de Custer, los guerreros dirigieron su atención a los casacas azules restantes. En Reno Hill, los dos comandantes supervivientes hasta entonces, Benteen y Reno ,organizaron un perímetro defensivo y colocaron cajas de galletas alrededor de las tiendas que formaban el hospital de la unidad.
Tras el primer ataque cheyenne, se vio a Reno caminando por la línea, comprobando las posiciones, u oculto en un agujero del terreno con su inseparable petaca de whisky.
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Perimetro defensivo en Reno Hill. |
Algunos afirmaron que Benteen era el verdadero líder y que recorrió las líneas sin inmutarse por el fuego enemigo, mientras que Reno pasó la mayor parte de la noche escondido.
A partir de las 6 p.m., los lakota y los cheyennes sitiaron Reno Hill. Afortunadamente para los soldados, el terreno casi absolutamente llano entorpecía la aproximacion de los cheyennes y permitía a los soldados un buen campo de tiro sin obstáculos. El ataque se ralentizó con la oscuridad y finalmente se detuvo alrededor de las 9:30 p. m.
Los soldados escucharon gritos que interpretaron como celebraciones de los guerreros en su poblado. En realidad, los lakota y los cheyennes estaban de luto por sus muertos. Reno ordenó a los hombres cansados que cavaran pozos de tirador y construyeran terraplenes con lo que pudieran encontrar. Benteen no hizo caso de la advertencia, y sus hombres sufrirían por ello.
El amanecer a las 3 a. m. del 26 de junio trajo consigo un nuevo ataque. Los hombres exhaustos y sedientos se mantuvieron firmes. La Compañía H de Benteen controlaba parte del perímetro sur y se vio obligada a montar una carga para despejar a los guerreros enemigos de delante de su posición. La situación se volvió lo suficientemente crítica en el perímetro norte como para que Reno decidiera por fin encabezar un contrataque .
La temperatura subió y la sed aumentó, especialmente entre los heridos. El soldado Peter Thompson tomó dos cantimploras y corrió hacia y desde el río. Después de despejar el barranco que llevaba al rio, siguieron más aguadores y Benteen desplegó cuatro francotiradores para fuego de cobertura. ( más tarde, 15 portadores de agua y 4 francotiradores recibieron la Medalla de Honor).
Alrededor de las 2 p. m., los guerreros cheyenne lanzaron su mayor ataque hasta el momento. Hubo intercambio de disparos hasta que este disminuyó aproximadamente una hora después. Tras no conseguir acercarse lo suficiente a los hombres de Reno y Banteen, los jefes de guerra lakota supieron que era hora de partir. Sesenta minutos después, el fuego prácticamente cesó.
A las 5 p. m., quienes se encontraban en Reno Hill vieron ondulantes nubes de humo negro. Toro Sentado, Caballo Loco y el resto de los cheyenne ya habían desmantelado sus tiendas y prendido fuego a la pradera, para que el humo los ocultara.
Tras la retirada de los lakota y los cheyennes, Reno trasladó su puesto de mando y el hospital más cerca del río. Además del agua, todos se alegraron de estar lejos del hedor de los caballos muertos. Reno y Benteen no permitieron que sus hombres se relajaran, creyendo que la retirada era solo una finta y que habría otro ataque.
Al amanecer del 27 de junio, Terry llegó al poblado lakota, desierto, y encontró objetos saqueados a los soldados muertos. El día anterior, algunos exploradores Crow se habían puesto en contacto con Terry y le habían dicho que algo muy grave le había sucedido a Custer, pero no les habían creído hasta ese momento.
Lo impensable se confirmó al ver la multitud de cadáveres de hombres blancos. Terry llegó a la posición de Reno a media mañana. El asedio de Reno Hill se había cobrado la vida de 18 soldados más y 52 heridos.
En Custer Hill, el soldado Jacob Adams encontró el cuerpo del comandante del Séptimo de Caballería. Los caídos del batallón de Reno, así como los de Custer Hill, fueron enterrados. Al día siguiente, 28 de junio, la fuerza escoltó a los heridos río abajo , donde embarcaron en el vapor Far West.
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Custer Hill, hoy en dia. |
Los lakota y los cheyennes habían luchado hasta lograr una gran victoria sobre los wasi'chu, el hombre blanco. Pero la victoria solo sirvió para motivar a las fuerzas estadounidenses. A mediados de 1877, los lakota y los cheyennes se vieron obligados a rendirse. Little Bighorn se habia convertido en la peor derrota del Ejército de los Estados Unidos contra las fuerzas nativas americanas desde la Batalla de Wabash de 1791.
Confiado en la victoria, Custer había desestimado a los guerreros lakota y cheyene. En la Batalla de Little Bighorn, Toro Sentado, Caballo Loco y los guerreros Cheyenne protegieron ferozmente sus hogares y a su gente.
La impactante derrota se ha debatido durante casi 150 años. El capitán Moylan opinó junto a sus compañeros oficiales supervivientes de la batalla : "Caballeros, en mi opinión, el general Custer cometió el mayor error de su vida al no atacar con todo el regimiento de una vez en el primer ataque".
Aunque puede que no importara lo que hiciera Custer, ya que, segun las visiones de Toro Sentado, el gran Wakan Tanka garantizaba la victoria.
Custer and his commands, from West Point to Little BigHorn - Kurt Hamilton Cox.
Bluecoats, the US Army in the west, 1848-1897 - John Langellier.
Son of the morning star,Custer and the Little Bighorn - Evan S. Conell.
The last Stand, Custer, Sittin Bull and the battle of Little Bighorn - Nathaniel Philbrick.