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Pero Heraclio no tenía que preocuparse por no poder haber llegado a Ctesifonte, la capital del imperio sasánida. El daño que había causado al régimen del rey Cosroes iba a terminar con el de un modo especialmente sangriento.
Cuando Cosroes había escapado de Dastagard a finales de 627 no solo había tenido que enfrentarse a las consecuencias políticas y militares de la presión ejercida por el emperador Heraclio y el ejército bizantino.
El rey Cosroes sufría de disentería, lo que iba a afectar aun más a su capacidad de tomar decisiones, y además iba a animar a sus descendientes directos a pelear por la sucesión.
Sin hacer caso a la ley atávica que obligaba a acceder el reinado al primogenito del rey, Cosroes decidió elegir para el cargo a su segundo hijo Mardan Sha por delante de su primogénito Siroes.
Cosroes había entrado en una espiral de destrucción, y el 22 de enero había ordenado la ejecución en masa de todos los prisioneros de las cárceles persas. Entre ellos se encontraba Anastasio el persa, estrangulado en la prisión de la ciudad de Bethsaloe.
Anastasio de Persia había predicho la muerte del rey Cosroes en uno de sus sermones: “Hermanos, por la gracia de Dops, mañana moriré. Pero en unos pocos días seréis liberados y el impío y malvado rey será asesinado”.
La profecía de san Atanasio no tardo en hacerse realidad.
Animado por la mayor parte de la nobleza sasánida, descontenta con el curso de la guerra y preocupada por lo que el victorioso ejercito bizantino pudiera hacer en Persia, Siroes se puso en contacto con Aspad Gusnasp (Gousdansapa, según fuentes bizantinas ), quiliarca del general Sarabaraz, para proponerle un aumento de la paga para el ejercito si colaboraba en el derrocamiento del rey Cosroes.Tambien prometió hacer las paces con los bizantinos si Aspad conseguía convencer al ejercito para apoyar la conspiración.
Con la aquiescencia del emperador Heraclio y el apoyo de los clérigos cristianos de Persia, Siroes ordenaba el arresto del rey Cosroes el día 23 de febrero del año 628,asumiendo el trono sasánida con el nombre de Kavad II.
Tras cinco días de torturas y burlas, el ex rey Cosroes II fue ejecutado por un grupo de arqueros, junto a su previsto sucesor Mardan Sha. Otras fuentes del final de Cosroes lo muestran aprisionado, en una habitación de uno de sus muchos palacios, donde muere de hambre, ya que sus captores le proporcionan oro, plata y piedras preciosas, pero nada de comida, mostrando así su amor por la riqueza sobre el bienestar de su pueblo.
Kavad II contacto de inmediato con el emperador Heraclio, (que había llegado a a Ganzak el 11 de marzo), buscando una reunión para restaurar las buenas relaciones que décadas atrás habían tenido Cosroes y el emperador Mauricio.
Desde su posicion de fuerza y control sobre todas las mas importantes rutas de comunicaciones del imperios sasánida, y habiendo superado todos los intentos de los generales de Cosroes enviados contra él, el emperador Heraclio veía el colapso del imperio sasánida como una oportunidad para la paz y no como una posibilidad de venganza.
Además, Heraclio sabía también que su imperio seguía estando en una posición un tanto débil, con enemigos al oeste, en los Balcanes, con las tropas del general Sarabaraz al sur, y un poder naciente pero muy agresivo desde la península arábiga.
Así, no tuvo problema en aceptar una paz que en definitiva devolvía la zona al status quo ante bellum del año 602.Tras recibir la oferta del nuevo rey sasánida el 24 de marzo, Heraclio presentaba sus propios términos, que incluían la liberacion de todos los prisioneros bizantinos en manos persas, el pago de una enorme cantidad de oro como reparacion por los daños causados, la evacuación persa de todo territorio bizantino ocupado y la firma de un tratado de paz con los turcos, los pueblos del Cáucaso y los aliados árabes del imperio bizantino.
El rey Kavad aceptaba los términos del emperador bizantino el 3 de abril, y el día 8, el emperador nombraba al tabularius Eustatios como su representante oficial en Persia.
(Tabularius: funcionario de muy alto rango de la administración bizantina, cuyas funciones podían variar entre ser una especie de secretario, un contable, y en ocasiones, el jefe absoluto de la oficina financiera del palacio imperial.)
En el caso del tabularius Eustatios, parece que su tarea iba a ser la de recuperar para Bizancio los trofeos arrebatados por los persas anteriormente, ya fueran seculares o reliquias religiosas, adema de encargarse de valorar el montante de las reparaciones que los persas debían pagar al imperio bizantino, repartiéndolo entre iglesias y monasterios destruidos por la furia de Cosroes en los últimos días de su vida.
El 8 de abril, el emperador Heraclio se ponia a la cabeza de su ejercito y salía de Ganzak en direccion a Armenia, primera etapa de su regreso a Constantinopla.
Mientras, Eustatios se reunía por primera vez con el rey Kavad, al que “sugería” que debía traer de vuelta a Persia al ejercito de Sarabaraz, que aun se encontraba en Mesopotamia y en Siria.
Heraclio no se fiaba de Sarabaraz, que ya había demostrado anteriormente que podía traicionar a su señor sin mayor problema. Heraclio quería tener a Sarabaraz controlado, y quería que su ejército abandonara territorio bizantino.
Pero Sarabaraz no reconocía la autoridad del nuevo rey, y se nego a abandonar Siria. Además, muchos de sus soldados habían echado raíces, y no querían abandonar las granjas y pueblos en los que vivian.Tampoco los judíos querían tenar cerca a los bizantinos, tras las tensiones de décadas pasadas.
Dada la poca capacidad militar que tenía el nuevo rey sasánida, Heraclio decidió encargarse por si mismo del asunto, y envió a la vanguardia de su ejercito liderada por su hermano Teodoro para recuperar las tierras bizantinas.
Poco a poco, la mayoría de las veces de forma pacífica, bastaba con enseñar alguna de las cartas enviadas por el rey Kavad al emperador Heraclio, para que las guarniciones persas que guardaban ciudades anteriormente bizantinas abandonaran sus posiciones.
Pero cuando la vanguardia de Teodoro llego a Edesa, el problema estallo. La guarnición persa pudo ser disuadida para abandonar sus posiciones. Pero cuando los judíos de la ciudad comenzaron a lamentarse e insultar al emperador Heraclio y a los cristianos, las tropas de Teodoro masacraron a parte de la población judía de la ciudad.
Uno de los judíos que pudo escapar consiguió llegar hasta el emperador, que envió una carta a su hermano Teodoro para que cesara en la persecución.
Teodoro cumplio escrupulosamente la orden, envió a la guarnición persa a Persia, desalojó al arzobispo monofisita Isaías de la catedral de la ciudad y la puso bajo control de varios monjes calcedonios que habian acompañado al ejercito bizantino desde el inicio de la campaña en Constantinopla.