"Llegada de los franceses a Lisboa", obra de Louis Gudin. |
Viene de aquí:
El primer indicio de resistencia del ejército portugués a la invasión francesa fue protagonizado por el marqués de Alorna, comandante de la fortaleza de Elvas,al sudoeste de Lisboa.
"Marques de Alorna", obra de Francesco Pellegrini. |
El marques había ordenado cerrar las puertas de la fortaleza ante la inminente llegada de las tropas españolas que iban a ocuparla, el ejercito del general Solano.
El marqués de Alorna había conseguido reunir una milicia ciudadana de 3000 hombres para reforzar la guarnición de la fortaleza, bien aprovisionada y con unas fuertes defensas. Pero el marques recibió la orden del Consejo de Regencia de no resistir, y entregar la fortaleza al general Solano.
Fortaleza de Elvas. |
Cuando volvio a Lisboa, el marqués de Alorna estaba muy enfadado, y llego a la capital portuguesa justo cuando los lisboetas empezaban a expresar los primeros signos de descontento.
El 13 de diciembre Junot habia organizado un desfile de 6.000 de sus hombres dentro y alrededor de la plaza del Rocío, para presentar en sociedad a sus nuevas tropas con sus flamantes nuevos uniformes, muy diferentes a los que habían llegado a Lisboa apenas un par de semanas antes.
Miles de personas se arremolinaron en la plaza para ver el desfile, mientras escuchaban las salvas de artillería lanzadas desde el castillo de San Jorge.
Entonces, la bandera real portuguesa fue arriada, y la tricolor francesa ocupo su lugar en el mastil central de la plaza.
Se creía que la bandera portuguesa había sido consagrada y presentada al primer rey de Portugal tras la batalla de Ourique del año 1139, convirtiéndose asi no solo en un símbolo patriótico, sino también en un símbolo religioso, y muchos ciudadanos lisboetas se sintieron profundamente ofendidos.
Batalla de Ourique. |
Entre los ofendidos espectadores se encontraban muchos veteranos soldados portugueses, que habian derramado su sangre defendiendo esa bandera, y, tras verla insultada por manos hostiles, los invasores de su pais, decidieron espontáneamente tomar alguna medida de fuerza.
Cuando finalizo el desfile y los soldados franceses marcharon a sus cuarteles, grupos de lisboetas comenzaron a gritar consignas a lo largo de toda la plaza: " ¡Siempre
Portugal, muerte a los franceses! "
Los incidentes y peleas con emigrantes franceses y portugueses que apoyaban la invasión francesa comenzaron a producirse, y grupos de soldados franceses que aun no habian abandonado la plaza recibieron una lluvia de piedras y botellas.
Plaza del Rossio, en la actualidad. |
La infantería francesa volvió a la plaza y comenzó a formar en líneas para repeler la agresion.Se comenzaron a oir disparos contra los soldados franceses, y Junot amenazó con severas consecuencias si el Consejo de Regencia portugues, que había asistido al desfile y aun no había abandonado la plaza, no ayudaba a restaurar el orden.
Dirigiéndose a las masas, los consejeros consiguieron apaciguar la situación, pero no fue hasta que Junot llevo a la plaza a varias unidades de caballería y algunos cañones que los manifestantes fueron dispersados.
Para que los incidentes no volvieran a repetirse, Junot emitió un decreto militar prohibiendo a los civiles portar armas dentro de los limites de la ciudad sin permiso de la autoridad militar. El Consejo de Regencia anuncio la imposición de un toque de queda para todos los soldados, independientemente de su nacionalidad, prohibiendo a las tabernas permanecer abiertas mas alla de las 7 de la tarde. Cualquier tabernero que incumpliera el toque de queda seria penado con 100 cruzados la primera vez y 400 por un segundo incumplimiento, además de un mes de prisión.
Al principio de la ocupación, Junot permitió que el Consejo de Regencia gobernara Portugal, con un mínimo de intromisión del ejercito francés.
El emperador había aleccionado a Junot para que actuara en Portugal con total rectitud, y ser un ejemplo de absoluta incorruptibilidad. Para el emperador, estaba claro que Portugal no era un lugar en donde Junot pudiera ganar el prestigio militar que buscaba, pero allí podría labrarse una reputación honrada y de buen administrador.
Pero a Napoleon poco le importaba la corrupción o la economía portuguesa, sus prioridades eran obtener allí soldados portugueses para engrosar su ejército e ingresos, que solo podría obtener oprimiendo al pueblo portugués con leyes muy estrictas. Negar al imperio británico las ventajas de su anterior alianza con Portugal era mucho mas importante para Napoleón que darle a los portugueses los beneficios del republicanismo.
Napoleón seguía creyendo en el antiguo axioma revolucionario que indicaba que cada guerra debe financiarse por si misma. Así que, como los reyes portugueses que habían marchado al exilio en Brasil se habían llevado consigo prácticamente la mitad de la riqueza del país luso, el emperador impuso a Portugal un impuesto extraordinario de 100 millones de francos.
Para un país pequeño como Portugal, privado de sus colonias y del comercio con el imperio britanico, 100 millones de francos era una suma enorme.
Junot, sus oficiales y los administradores civiles que había llevado consigo sabían que intentar obtener tal cifra iba a causar un gran resentimiento entre el pueblo portugués, ya que las oportunidades de obtener aunque fuera una parte apreciable eran muy escasas.
Todos los portugueses debían contribuir, y Junot sabía lo que debía hacer: “va a ser necesario poner nuestras manos en los más sagrados objetos de veneración publica, incluidos los platillos para las limosnas de las iglesias”.
Aunque el pago del impuesto podía ser tomado como una excusa para el saqueo que los soldados franceses realizaron en Portugal posteriormente,es difícil de creer que un hombre tan inteligente como Napoleón creyera que tan enorme suma pudiera ser conseguida.
Por supuesto, la idea napoleónica que cada nación debia pagar a Francia por ser invadida por ella , fue tomada por los portugueses como un insulto.
El 1 de febrero de 1808, Junot anuncio al Consejo de Regencia que iban a asumir la autoridad suprema, y que dicho consejo quedaba disuelto desde ese mismo momento.
Así, aunque algunos portugueses de probada lealtad a los franceses mantuvieron sus puestos en la administración del estado portugués, desde París llegaron a Lisboa un muy considerable numero de administradores civiles para ocupar los más importantes puestos del gobierno de Portugal. Y todos los símbolos del antiguo régimen fueron retirados de los edificios oficiales, siendo sustituidos por el águila imperial francesa.
Los actos de desafío contra los ocupantes comenzaron extenderse por lageografía portuguesa, y fueron reprimidos con dureza. En Mafra, un hombre que insultaba a los franceses en público fue arrestado, juzgado sumariamente y fusilado.
En Oporto, una pelea entre soldados portugueses e infantes franceses del 58º regimiento provoco la disolucion de todas las unidades militares portuguesas de la ciudad.
Miliciano portugues, 1809. |
Pero Junot se sentía seguro, creía tener Portugal dominado, y se permitió el lujo de enviar refuerzos a las tropas francesas que ocupaban España, ya que había dado comienzo lo que más tarde se denominaría “la guerra de la independencia”.
Así, Junot envió al mariscal Bessieres a pacificar Galicia y Castilla la Vieja, y ordeno al mariscal Dupont tomar sus tropas e internarse en el sur, hacia Andalucía.
"Muerte de Daoiz y defensa del cuartel de Monteleon", obra de Manuel Castellano. |